Cuando los primeros rayos de sol pegaron en la ventana de aquella habitación, el chico pelirrojo comenzó a despertarse. Talló un poco sus ojos para acostumbrarlos a la luz del día que acababa de iniciar y entonces, como un balde de agua fría, todos los recuerdos lo atacaron. Su corazón se estrujó de una manera en que no sabía que podía ocurrir, el rostro de Alan, Freddy, la habitación, las sábanas blancas, las pequeñas manchas de sangre y Jos.
El chico pelinegro por fin le había contado todos sus secretos, habían acordado no mentirse más y aunque deseaba que todo hubiese sido parte de una pesadilla no era así, sin embargo, estaba bien, quería olvidar todo lo vivido y dedicarse a ser feliz, se lo merecía.
La puerta de la habitación se abrió dejando ver a dos pequeños que entraron corriendo y saltaron hacia la cama dando pequeños brincos sobre ésta, Jos entró tras ellos con una bandeja llena de comida en las manos, por estar sumido en sus pensamientos, ni siquiera había notado que el pelinegro no se encontraba a su lado en la cama.-Buenos días Alon- lo saludó dando un beso en su frente a la vez que dejaba la bandeja sobre la cama, él no pudo evitar sonreír ante ese acto.
-Te extrañé mucho Alon, que bueno que volviste de tu viaje- comentó Braulio, el pelirrojo miró al mayor de todos los presentes en la habitación, entendió que por obvias razones su pequeño hermano no había sido notificado de la verdadera razón de su ausencia los últimos días y agradecía eso. Lo jaló de la cintura para poder abrazarlo, su hermano era de las personas más importantes para él. Al abrazo se unió también el pequeño Miguel y posteriormente también Jos, este último tuvo que separarse antes de lo que hubiese querido del abrazo, pues su móvil comenzó a sonar desde la mesita de noche.
Cuando contestó la llamada que estaba recibiendo, su rostro se tornó duro y sin expresión, cosa que no pasó desapercibida para el pelirrojo. Pronto su expresión se transformó en una de alivio y su mirada se dirigió a las tres personas más importantes de su vida. Una vez terminada la llamada regresó a lado de Alonso y plantó un pequeño beso en sus labios, acto ante el cual los pequeños sólo sonrieron y jalando del brazo al pelinegro lo abrazaron con fuerza.
-Bueno, es mejor que desayunemos de una vez.
Cada uno tomó un plato de fruta y un vaso de jugo, comieron en la tranquilidad de aquella habitación mientras miraban un programa de contenido infantil. Las risas de todos podían escucharse cuando algo gracioso sucedía en dicho programa.
Cuando Alonso se percató de que los niños estaban demasiado entretenidos mirando la pantalla de la televisión como para prestar atención a algo más, es que decidió hablar.-¿Quién llamó?
-Era Antonio, Alan se declaró inocente de todo- el ceño del pelirrojo se frunció demostrando su enojo- tranquilo amor- Jos colocó su mano sobre la cabeza de su chico y con el pulgar acarició su ceño deshaciéndolo- al parecer antes de marcharse, Freddy dejó una carta firmada donde hablaba de todo lo que su primo había planeado y...- detuvo su hablar, no estaba seguro de decir lo siguiente, pero Alonso pidió que continuara- habían cámaras en la casa, en la habitación donde estabas- hizo una corta pausa- tienen en video lo que te hizo- los ojos de ambos comenzaron a llenarse de lágrimas- él va a pagar por todo y nunca volverá a lastimarte, te prometo que nunca nadie volverá a lastimarte, ni a ti ni a ellos- miró a los pequeños que ahora se habían bajado de la cama y corrían por la habitación- ustedes lo son todo para mí, son mi familia.
Alonso no hizo más que aferrarse al cuerpo de Jos, a pesar de todo, estaba seguro de que Jos lo amaba, que amaba la familia que ahora eran y estaba dispuesto a que todo fuera diferente de ahora en adelante. Iniciarían de cero si era necesario, todo con tal de hacer las cosas bien esta vez.
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Comenzamos con este maratón, rumbo hacia el final de esta historia.
Capítulo final en los próximos minutos.
Gracias a ti que estás aquí hoy.
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Coleccionista de HOMBRES|Terminada|
FanfictionEsta es la historia de un chico común y corriente, con una vida común, una pareja común y una familia común; que conoce a un chico... Nada común ¿su nombre? José Miguel Canela Rivera. Un hombre nuevo cada mes.