CUIDANDO DE ELLA® - (SAGA MC - ELLA#2)

Capítulo 11. (¿Salida?)

Recaigo mi cuerpo en mis pies y trato de respirar mejor. Mi pecho duele horrores y siento que todo el mundo gira con fuerza. Que me intentan llevar.

El aire no llega.

Mamá...

Te extraño.

Mis manos están en puños.

—¿Vida?

Siento mi pulso recobrar de nuevo y despacio levanto mis ojos. Alguien golpea la puerta de mi baño.

>>No me gusta que jodidamente la puerta tenga puesto el pestillo...

Mi cuerpo se aliviana un poco, pero mi pecho duele. Me levanto con dificultad y camino al espejo con la toalla envuelta. Respiro mejor.

Inhala.

Exhala.

Repito el proceso por algunos minutos y salgo con un conjunto de licra. Sonrío forzada cuando Chester me mira con sus ojos verdes y beso sus labios desviando la mirada.

>>Delicioso —gime en mi boca y aprieta mis glúteos.

Pongo mis manos en su pecho y lo alejo. No me siento bien para eso.

>>¿Qué pasa, vida? Te noto decaída.

—Me duele un poco el estómago, eso es todo. —Sus grandes brazos me atraen a él y aprieto mis manos para no llorar. Siempre pasa eso, llega una etapa en los que mis días se nublan de oscuridad. Siempre los recuerdo con fuerza y eso duele.

—Nada...solo quiero descansar un rato.

—Llevas dos meses a mi lado, vida. Aquí no se descansa, no contigo aquí, en mi cama y desnuda como una diosa.

Sonrío decaída y él lo nota. Su expresión cambia y me lleva a sentarme en el colchón. Sus ojos solo me observan y siento como mi cuerpo lo mira sin explicación alguna.

Su mano se aprieta alrededor de la mía y mis ojos tristes se conectan con los de él.

>>¿Quieres decirme algo?

Muevo la cabeza en negación y me apego su pecho. Cierro los ojos con fuerza con la esperanza de que no diga ni pregunte más.

******

Gimo dolorida cuando abro mis ojos. Me levanto impaciente sabiendo lo que ha pasado y llamo a Agnes de inmediato.

La rubia entra calmada y me extiende un paquete de toallas y mis pastillas. Salgo del baño sintiendo mi útero querer estallar junto a mis ovarios y me recuesto en la cama. Siempre es así. Cuando me detectaron endometriosis pensé que era sencillo, lo fue el primer año, pastillas y un largo tratamiento. Estaba bien mientras tanto, pero en este tiempo que no he pedido ni ir al médico por una gripe siento y ha empeorado. Solo me mantengo con unas simples pastillas anticonceptivas que no me cuidan en las relaciones, solo calman el dolor y disminuyen el problema. Lo malo es que con la escasez de dinero era difícil tomarlas todos los días y parece ser que eso afecta demasiado. Lo sé porque mis ciclos llegan en jornadas largas, puedo pasar meses sin enfermarme y quince días enferma.

—¿Todo bien? —pregunta Agnes.

—Cólicos, nada grave —hablo pausando la voz.

—Eso luce como algo grave. Estás pálida.

—Siempre pasa, tranquila.

—A mi hermano no le parecerá nada tranquilo.

—No es la primera vez que me pasa esto. Lloraré, vomitaré y luego terminaré dormida del cansancio. Mañana el dolor será más leve, créeme.