Capítulo 25. (Tiempo)

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Observo desde la ventana los cuerpos de esos hombres colgados desde los brazos en una rama de los árboles, suspiro.

No me gusta.

Yo no soy así, no me gusta ver a la gente sufrir,

-Vida...

-Llevan ahí horas, Chester. Sus cuerpos debe dolerles horrores. ¡Están en putillas! ¡En el suelo!

-Así se aprende, vida. Cómo crees que yo lo hice, eso también pasó conmigo. Si desobedecía, el castigo era peor. El club es un símbolo de respeto. Ellos saben a lo que se exponen cuando aceptan poner un pie aquí dentro.

-Solo...

-Ven, vida.

-¿Le hiciste algo a Delia?

Su mandíbula se tensa y asiente. -No entiendo porque te importa ella, Agnes fue muy sutil al golpearla.

-Ella solo está celosa.

-Lo seguirá estando, le di dos oportunidades, no habrá una tercera, vida.

-No sé cómo actuar con estas reglas...es un poco difícil ver a la gente sufrir.

-Vida, la gente también es mala.

Lo sé. Más de lo que crees.

>>He visto tanta mierda que tomar la justicia por nuestras manos es la mejor opción a veces. Este es mi club, mi propiedad, la gente sabe y conoce las reglas. Nadie puede hacer algo malo y salirse con las manos en alto.

-Quizá fue mi culpa, no debí salir sola...

-Vida, no te culpes por eso. Alguno de ellos tuvo que cuidarte, no lo hizo y ahora mismo estoy volviéndome loco al saber que alguien te atacó.

-¿Qué crees?

-Hace un tiempo ayudé a uno de mis hermanos a eliminar a alguien peligroso, no había pensado, pero puede ser que por ahí llegó el intento de asesinato y ahora esto.

-¿Qué tan mala era esa persona?

-Dejémoslo como malo. Aunque las cosas no cuadran, fue una investigación de años, la policía está a cargo del caso, sé que ellos no actúan de esa manera. Ellos me hubieran liquidado con 20 tiros, vida. Hay algo que no encaja aquí y no podré estar tranquilo hasta que sepa quien se atrevió a tocarlo.

La vena de su cuello late con fuerza y sus dientes crujen, me acerco donde él, sosteniéndolo con mis brazos. El me envuelve en su pecho y besa mi frente.

>>Perdóname por no cuidarte, vida. Debí estar aquí. Te prometo que nunca volverá a pasar esto.

-Solo quiero un poco de calma. No me gusta como pinta esto, Chester. No quiero perderte nunca.

-No lo harás, vida. Soy como un puto caballo, Hourse, con una U de único, vida. Eso me vuelve inmune.

Aun con todo lo acontecido logra sacarme una sonrisa y beso su espalda.

>>Ahora, boca abajo. Soy tu hombre y me encargaré de quitar esas feas manchas de tu dulce piel.

Me recuesto en la cama, mis pechos presionando el colchón. Sus dedos suben mi camisa y lo escucho suspirar con rabia. Besa mi espalda y posa una crema desinflamante en los chupetones. Se demora un buen rato y deja que se seque mientras hurta mi crema de almendras por mis piernas. No puedo evitar suspirar cuando sus dedos trabajan mis músculos tensos. Me relajo con su masaje y abro los ojos cuando me da la vuelta. Con mi cuerpo usando un par de bragas, dejo que se ocupe de mi cuerpo. Abre mis piernas para ver el morado de mis muslos y jadeo cuando su boca se desvía de lugar.

CUIDANDO DE ELLA®  - (SAGA MC - ELLA#2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora