Capítulo 18. (Cambiando)

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-¡Ay Dios! -gimo desesperada mientras Chester empuja su cuerpo más a fondo. Sus labios tienen agarrado un tieso pezón y mi vista se encuentra obstruida por una neblina de pasión.

Sus caderas se menean de una manera arrasadora y mientras me mira poniendo sus puños a cada lado mío, se empuja mucho más fuerte.

Mis labios se abren en pequeños silbidos y con tranquilidad, jadeo, despacio sin ser muy escandalosa. Beso sus labios y es inevitable no bajar mi mirada hacia la parte que nuestros cuerpos se unen.

¡Es excitante!

Su ronca risa su oye y muerde el lóbulo de mi oreja, mientras besa la parte más sensible de mi nuca. Mi cabeza se va para atrás y su mano desciende para rondar mí clítoris. Mi cuerpo se paraliza y un frío me invade, sabiendo lo que llegará. Chillo con fuerza y mis piernas tiemblan mientras mi clímax llega de manera cegadora.

Chester gruñe fuerte mientras se corre y descansa su cuerpo encima del mío. Paseo mis manos por su espalda sudada y el besa mi hombro antes de salir de mí.

Me atrae a su pecho y lo beso.

-¿Cansado?

-No me tientes, vida. Esto puede resultar malo para ti. -Río mientras veo el reloj de nuestra cama. En una hora amanecerá y apenas nos dormiremos, sabía que no iba a llegar muy lejos cuando subió las escaleras tras mío, desde ahí me hizo suya dos veces, me dejo dormir y luego se levantó con hambre de más, hasta ahora.

Repaso las líneas de su abdomen y bostezo sin darme cuenta. Él lo nota y levanta las cobijas para taparme y acariciar mi cabello.

Mis ojos se cierran y duermo sin ningún tipo de pesadilla.

*******

Jadeo en busca de aire, despacio. Mis terminaciones nerviosas están alertas y mientras resbalo de la ducha, abro el agua fría para que mi cuerpo reaccione.

Otro ataque...

Con calma, tratando de que mi cuerpo no colapse, recupero la respiración y abro mis ojos.

Estás aquí, Eva.

No con él.

Estás a salvo.

¿Debo hablar con Chester?

Y sí él no te cree.

Todo el mundo no lo hace, ¿por qué el sería diferente? Más cuando hay "pruebas" en tu contra.

Atontada salgo de la ducha y me coloco algo sencillo. Hoy iré a visitar a Agnes, le dieron el alta unos días después y ahora Blair la tiene en su casa.

Lleva dos semanas viviendo con ella y Chester no parece ceder. Su actitud con Troya es déspota, pero al menos y ha aceptado la realidad.

Peor es nada.

Me coloco un pequeño vestido floreado con unas sandalias blancas y peino mi largo cabello. Salgo de la habitación y bajo las escaleras. Sigo mi camino a la cocina y diviso el cuerpo de Delia queriendo coquetear con un prospecto.

-No pierde su tiempo. -Pienso, pero lo digo. Ella de inmediato me mira y camina hacia mí. ¡Jesús! Ella lleva un vestido súper corto y sin sostén.

Cruza los brazos mientras coloco un poco de leche en mi vaso y agarra mi mano.

>>Suéltame.

-Repite lo que dijiste. ¿Qué? ¿Sin Agnes no tienes fuerza de nada?

La miro.

-De hecho, estoy segura que si ella estuviera aquí haría esto. -Tiro el contenido de mi vaso en su rostro. Sus ojos se abren aún bañados en leche y observa el daño que le he proporcionado a sus perfectas tetas.

CUIDANDO DE ELLA®  - (SAGA MC - ELLA#2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora