Narra Kenzie:
El timbre sonó de nuevo y finalmente decidimos abrir la puerta, con los dos chicos a mis espaldas.
-Hayden. -Susurró Lauren, petrificada, al ver al castaño afuera.
-Hola. -Saludó, sonriendo incómodo. -¿Podemos hablar?
-Claro. -Aceptó la chica, mirándolo.
-¿A solas?
Yo miré a Casey y Casey me miró a mí.
-Bien. -Contestó, la rubia y los tres subimos a la plata alta. -¿Puede ser en tu habitación?
-Por supuesto. -Respondí y ambos entraron, dejándome en medio del pasillo, sola.
¿Y dónde quedó Casey?
-¿Cas? -Pregunté, hablando casi en un susurro, para no interrumpir a los chicos. -Casey, ¿Dónde te metiste?
No recibí respuesta. ¿Cómo era posible, que lo perdiera en mi propia casa? Además literalmente hace menos de un minuto que estaba a mi lado.
Hasta que el sonido, de un objeto caerse, desde la habitación de Maddie, contestó mi pregunta.
Abrí la puerta, esperando ver a Casey de inmediato, pero no había nadie, solo estaba la ventana del balcón, completamente abierta.
Caminé a cerrala, con tranquilidad y luego me volteé, para salir del cuarto otra vez y seguir buscando a mi mejor amigo, pero en cuanto le dí la espalda nuevamente, al balcón, choqué con alguien.
Estaba por gritar, pero tapó mi boca rápidamente y tomó mi cintura, intentando que me calmara.
Mordí su mano, con fuerza y me separé de el, quedando atónita al verlo.
-¡Mackenzie! -Chilló de dolor, tomando su mano. -¿¡Por qué hiciste eso?!
-¿¡Por qué te apareces como un ladrón?!
-¡Era para sorprenderte!
-¡Actuar como si fueras a secuestrar me, no es una linda sorpresa! -Exclamé, alterada, para luego dar un suspiro. -¿Qué haces aquí, Johnny?
Narra Lauren:
-¿No podías esperar a que volviera a casa, para hablar? -Pregunté, al cerrar la puerta.
-No. -Contestó y volteé a verlo.
-¿Por qué? -Pregunté confusa y él negó, suspirando.
-Lau, no hay nada de que hablar.
-¿Entonces?
-Estoy haciendo tiempo, para que Johnny, entre por el balcón. -Explicó, dejándome atónita.
-¿Qué tu, qué?
-No pude convencerlo de venir más tarde, dijo que necesitaba ver a Kenzie pronto y que quería hablar contigo.
-¡Hayden, no hablaron por semanas, no sabemos si la reacción de Kenzie, al verlo por sorpresa, va a ser buena!
-Lo sé, pero hay que pensar que todo saldrá bien y si algo sale mal, tendrán tiempo ahí mismo, para arreglarlo. -Dijo y negué, acercándome a la puerta.
-Iré con ella.
-¡No! -Chilló, tomando mi muñeca e impidiéndome avanzar. -No puedes estar siempre para Kenzie, si Johnny quiere darle una sorpresa y a ella no le gusta, lo hablarás después con ella...
Soltó mi muñeca delicadamente y asentí, rendida, volviendo a sentarme en la cama y él imitó mi acción.
-Bueno... Sí hay algo de que hablar, en realidad. -Dijo y lo miré, atenta. -¿Qué pasó ayer?
-¿A qué te refieres?
-Johnny, me contó que lo llamaste y que sonabas rara. -Explicó y corrí la mirada, rápidamente. -Fue cuando Annie y yo fuimos a hablar...¿Qué pasó, Lau?
-No fue nada importante. -Respondí, evitando su mirada.
-Si lo llamaste, aunque estabas enfadada con él, es porque si lo fue. -Dijo y rode los ojos. -¿Tuvo que ver con Carson?
-No quiero hablar de eso ahora, Hayden. -Dije. -Además yo no llamé a Johnny, él me llamó a mí.
-Bueno... Me preocupaste, cuando te fuiste sin avisar
-Perdón, estaba demasiado impactada por la noticia de Johnny que no tuve tiempo de avisarte, además de la noticia de Carson, fue demasiado. -Expliqué, hablando rápido.
-¿Qué noticia te dió Carson?
-¿Qué?
-Acabas de decirlo. -Rió, pero me quedé observándolo. -¿Te dijo algo malo?
-¿Cómo te fue con Annie?
-Lau, no intentes cambiar el tema.
-No lo estoy intentando, lo estoy haciendo.
-¿Fue algo malo? -Repitió y negué.
-No, no, fue esto de... Se hizo amigo de Hayley.
-Claro, eso nos lo explicó Annie.
-Cierto.
Piensa, piensa, piensa.
-Pero el me lo explicó más detalladamente... Después.
-¿Y por qué fue una noticia que te dejó tan impactada? -Preguntó, sonriendo, con el ceño fruncido.
-Porque es un imbécil y Hayley es un ángel.
-Okey...
-¿Cómo te fue con tú papá? -Pregunté, sonriendo inocente.
-¿Alcanzaste a verlo?
-Sí, iba saliendo... -Respondí nerviosa. -También perdón por no avisarte que vendría aquí.
-Esta bien. -Rió. -Tengo que dejar de perdonarte todo tan rápido, tú siempre eres la que se enoja conmigo, nunca yo contigo.
-Ya llegará el día.
-Espero que no. -Susurró y sonreí.
Volteé a verlo y el también, por lo que sonrió.
-¿Te bañaste antes de venir aquí? -Pregunté y abrió los ojos de par en par.
Prometo que mi cerebro no aprobó que mi boca preguntara aquella barbaridad.
-¿Por qué preguntas? -Dijo riendo y reí, nerviosa.
-Esque cuando tu cabello está mojado tus rizos cambian de forma... Por decirlo así. -Explique y negó, riendo.
-Sí, me bañé. -Contestó. -Y gracias por notarlo, ni Annie me había dicho lo de los rizos.
Sonreí, queriendo morir.
-En fin, mi papá, no me dijo nada malo sobre haberme ido a Canadá, incluso fue lo que le hizo darse cuenta que no estaba bien, viviendo con mi mamá.
-Eso es genial, Hayden.
-Sí... -Sonrió. -Dijo que comenzaría a hacer trámites y que tal vez tendría mi custodia absoluta.
-¿Pero... Te irías a Texas? -Pregunté, mirándolo preocupada.
-No, el se mudará aquí. -Respondió y asentí, sonriendo. -Oh y tengo un nuevo hermano.
-¿Qué?