Bite. #11

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Narra Kenzie:

El timbre sonó de nuevo y finalmente decidimos abrir la puerta, con los dos chicos a mis espaldas.

-Hayden. -Susurró Lauren, petrificada, al ver al castaño afuera.

-Hola. -Saludó, sonriendo incómodo. -¿Podemos hablar?

-Claro. -Aceptó la chica, mirándolo.

-¿A solas?

Yo miré a Casey y Casey me miró a mí.

-Bien. -Contestó, la rubia y los tres subimos a la plata alta. -¿Puede ser en tu habitación?

-Por supuesto. -Respondí y ambos entraron, dejándome en medio del pasillo, sola.

¿Y dónde quedó Casey?

-¿Cas? -Pregunté, hablando casi en un susurro, para no interrumpir a los chicos. -Casey, ¿Dónde te metiste?

No recibí respuesta. ¿Cómo era posible, que lo perdiera en mi propia casa? Además literalmente hace menos de un minuto que estaba a mi lado.

Hasta que el sonido, de un objeto caerse, desde la habitación de Maddie, contestó mi pregunta.

Abrí la puerta, esperando ver a Casey de inmediato, pero no había nadie, solo estaba la ventana del balcón, completamente abierta.

Caminé a cerrala, con tranquilidad y luego me volteé, para salir del cuarto otra vez y seguir buscando a mi mejor amigo, pero en cuanto le dí la espalda nuevamente, al balcón, choqué con alguien.

Estaba por gritar, pero tapó mi boca rápidamente y tomó mi cintura, intentando que me calmara.

Mordí su mano, con fuerza y me separé de el, quedando atónita al verlo.

-¡Mackenzie! -Chilló de dolor, tomando su mano. -¿¡Por qué hiciste eso?!

-¿¡Por qué te apareces como un ladrón?!

-¡Era para sorprenderte!

-¡Actuar como si fueras a secuestrar me, no es una linda sorpresa! -Exclamé, alterada, para luego dar un suspiro. -¿Qué haces aquí, Johnny?

Narra Lauren:

-¿No podías esperar a que volviera a casa, para hablar? -Pregunté, al cerrar la puerta.

-No. -Contestó y volteé a verlo.

-¿Por qué? -Pregunté confusa y él negó, suspirando.

-Lau, no hay nada de que hablar.

-¿Entonces?

-Estoy haciendo tiempo, para que Johnny, entre por el balcón. -Explicó, dejándome atónita.

-¿Qué tu, qué?

-No pude convencerlo de venir más tarde, dijo que necesitaba ver a Kenzie pronto y que quería hablar contigo.

-¡Hayden, no hablaron por semanas, no sabemos si la reacción de Kenzie, al verlo por sorpresa, va a ser buena!

-Lo sé, pero hay que pensar que todo saldrá bien y si algo sale mal, tendrán tiempo ahí mismo, para arreglarlo. -Dijo y negué, acercándome a la puerta.

-Iré con ella.

-¡No! -Chilló, tomando mi muñeca e impidiéndome avanzar. -No puedes estar siempre para Kenzie, si Johnny quiere darle una sorpresa y a ella no le gusta, lo hablarás después con ella...

Soltó mi muñeca delicadamente y asentí, rendida, volviendo a sentarme en la cama y él imitó mi acción.

-Bueno... Sí hay algo de que hablar, en realidad. -Dijo y lo miré, atenta. -¿Qué pasó ayer?

-¿A qué te refieres?

-Johnny, me contó que lo llamaste y que sonabas rara. -Explicó y corrí la mirada, rápidamente. -Fue cuando Annie y yo fuimos a hablar...¿Qué pasó, Lau?

-No fue nada importante. -Respondí, evitando su mirada.

-Si lo llamaste, aunque estabas enfadada con él, es porque si lo fue. -Dijo y rode los ojos. -¿Tuvo que ver con Carson?

-No quiero hablar de eso ahora, Hayden. -Dije. -Además yo no llamé a Johnny, él me llamó a mí.

-Bueno... Me preocupaste, cuando te fuiste sin avisar

-Perdón, estaba demasiado impactada por la noticia de Johnny que no tuve tiempo de avisarte, además de la noticia de Carson, fue demasiado. -Expliqué, hablando rápido.

-¿Qué noticia te dió Carson?

-¿Qué?

-Acabas de decirlo. -Rió, pero me quedé observándolo. -¿Te dijo algo malo?

-¿Cómo te fue con Annie?

-Lau, no intentes cambiar el tema.

-No lo estoy intentando, lo estoy haciendo.

-¿Fue algo malo? -Repitió y negué.

-No, no, fue esto de... Se hizo amigo de Hayley.

-Claro, eso nos lo explicó Annie.

-Cierto.

Piensa, piensa, piensa.

-Pero el me lo explicó más detalladamente... Después.

-¿Y por qué fue una noticia que te dejó tan impactada? -Preguntó, sonriendo, con el ceño fruncido.

-Porque es un imbécil y Hayley es un ángel.

-Okey...

-¿Cómo te fue con tú papá? -Pregunté, sonriendo inocente.

-¿Alcanzaste a verlo?

-Sí, iba saliendo... -Respondí nerviosa. -También perdón por no avisarte que vendría aquí.

-Esta bien. -Rió. -Tengo que dejar de perdonarte todo tan rápido, tú siempre eres la que se enoja conmigo, nunca yo contigo.

-Ya llegará el día.

-Espero que no. -Susurró y sonreí.

Volteé a verlo y el también, por lo que sonrió.

-¿Te bañaste antes de venir aquí? -Pregunté y abrió los ojos de par en par.

Prometo que mi cerebro no aprobó que mi boca preguntara aquella barbaridad.

-¿Por qué preguntas? -Dijo riendo y reí, nerviosa.

-Esque cuando tu cabello está mojado tus rizos cambian de forma... Por decirlo así. -Explique y negó, riendo.

-Sí, me bañé. -Contestó. -Y gracias por notarlo, ni Annie me había dicho lo de los rizos.

Sonreí, queriendo morir.

-En fin, mi papá, no me dijo nada malo sobre haberme ido a Canadá, incluso fue lo que le hizo darse cuenta que no estaba bien, viviendo con mi mamá.

-Eso es genial, Hayden.

-Sí... -Sonrió. -Dijo que comenzaría a hacer trámites y que tal vez tendría mi custodia absoluta.

-¿Pero... Te irías a Texas? -Pregunté, mirándolo preocupada.

-No, el se mudará aquí. -Respondió y asentí, sonriendo. -Oh y tengo un nuevo hermano.

-¿Qué?

𝚅𝚘𝚕𝚟𝚎𝚛 𝚊 𝚂𝚎𝚛.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora