Filadelfia. #63

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Narra Kenzie:

-¿Que tal si salimos? -Preguntó Lexi y dejé mi celular de lado, para escucharla.

-¿A donde?

-No sé, hemos estado encerradas aquí desde que llegamos.

-No tenemos otra alternativa, además Pittsburgh es aburrido. -Contesté, sin interés.

-Dilo por ti, yo no conozco nada. -Dijo la chica, levantándose de la cama.

-¿A dónde vas?

-Voy a la casa de Joshua.

-¿Qué? -Pregunté viendo cómo comenzaba a abrigarse.- ¿Por qué, justo ahora?

-Porque me aburro y quedamos de acuerdo en vernos otra vez, no lo hemos echo ¿Por qué no ahora?

-Porque tengo sueño. -Mentí y volví a poner mi cabeza en el cojín, cerrando los ojos.

-Bueno no es por ser antipática, pero tú opinión ahora me vale un pepino, voy a salir me pierda o no me pierda.

-Suerte. -Respondí tranquilamente, sabiendo que no haría nada de lo dicho.

Hasta que escuche las escaleras y luego puerta.

-¿Lexi? -Pregunté, pero solo hubo silencio.

Oh no, en serio se fue.

Me levanté rápidamente y tomé una chaqueta, corrí hasta fuera, donde por suerte solo se encuentraba a tres metros de la salida de la casa.

-Viniste. -Dijo triunfadora y yo rodé los ojos.

-Sí y solo porque después no quiero ver tu foto en las noticias porque te perdiste. -Contesté y de igual forma siguió sonriendo, hasta que movió la cabeza, hacía arriba.

-Dime que la casa que está frente a mis ojos es solo una ilusión. -Susurró y con el ceño fruncido, miré a la misma dirección de sus ojos.

Wow...

Frente a nosotras se encuentraba una casa gigante, o mejor dicho una mansión, lo cual era extraño porque era la única casa del vecindario así.

-Residencia Rush, ¿En qué puedo ayudarlas?

Lexi y yo nos miramos aún más sorprendidas, sin saber que decir.

-Am...veníamos a ver a Joshua. -Contestó Lex, pero no hubo respuesta por parte de la grabadora. -Somos sus amigas.

Un extraño ruido sonó de la grabadora y luego el portón comenzó a abrirse automáticamente, igual que la casa de Asher

Lexi y yo nos miramos, la chica tomó mi brazo y luego entramos a la gran casa, dudosas. Hasta que vimos en la entrada a una mujer, de unos cuarenta años, esperándonos frente a la puerta, con una sonrisa.

-¡Bienvenidas! -Chilló y nosotras sonreímos incómodas o almenos yo. -Es una alegría inmensa tenerlas aquí, generalmente no recibimos muchas visitas de los amigos de mi hijo, pasen, pasen.

Las tres ingresamos al interior de la casa y si ya la parte exterior era bastante parecida a la casa de Asher, adentro lo era aún más.

-Teresa. -Llamó a la madre de Joshua, a otra mujer que se encuentraba con un delantal. -Dile a Joshua que vinieron sus amigas.

La mujer asintió y la madre del chico, volvió a vernos, dándonos otra cálida sonrisa.

-¿Y cuáles son sus nombres?

-Yo soy Lexi y ella es Kenzie. -Contestó la castaña.

-Ay, que lindos nombres. -Dijo y sonreí. -¿Quieren comer algo chicas?

𝚅𝚘𝚕𝚟𝚎𝚛 𝚊 𝚂𝚎𝚛.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora