Narrador Omnisciente:
Kenzie tocó la puerta de la casa, la cuál fue abierta de inmediato por Nadia, quien le dió un cálido abrazo, llevándola al patio, donde se encontraban los demás.
Su vista buscó directamente a Johnny que estaba conversando alegremente con Connor, fuí hasta el y en cuanto el chico notó su presencia loz dejó solos.
-Hola. -Saludo abrazando su cintura por detrás, Johnny se dió la vuelta con una sonrisa.
-Hola.
-Feliz cumpleaños. -Dijo, entregándole el regalo.
-No tenías porque. -Sonrió y ella negó.
-¿No lo vas a abrir?
-Am...¿Me acompañas a mi habitación?
-Seguro.
Ambos subieron al cuarto del chico en completo silencio, Kenzie sabía que le sucedía algo, el problema era saber que era.
-¿Puedo decirte algo antes?
-Claro. -Acepto la castaña y Johnny se suspiró.
Si ya había sido difícil decírselo a Lauren, no imaginaba como sería con Kenzie.
-Maya me propuso un papel protagónico para una serie.
-¿Qué? -Pregunto sorprendida.
-¿No estás feliz?
-Sí es solo que...¿Cómo lo consiguió?
-No tengo idea pero no quiero pensar en eso. -Respondió y Kenzie asintió confundida. -Estoy pensando en aceptarla.
-¿Por qué?
-Es una serie de nickelodeon podría aumentar mi capacidad de actor y tal vez incluso se traté de algo relacionado con la música.
-Sí, lo entiendo, pero no creo que sea confiable. -Admitió. -Es Maya.
-Sí, la misma chica que los invitó y pagó todo, para ir a Alaska, solo para arreglar sus errores. -Dijo y la castaña suspiró. -Ya hemos hablado de la confianza, Kenz.
-Esto no tiene nada que ver con eso, confío plenamente en ti, pero en ella no.
-No necesitas confiar en ella, Maya no tendrá nada más que ver solo fue quien me ofreció el apoake.
-Johnny, ni siquiera sabes cómo lo consiguió. -Suspiró y el chico volteó a verla, serio. -Escucha, estoy feliz por ti y creo que actuar sería genial para tu carrera futura y tu felicidad... Pero no con ella.
-¿Entonces qué? -Preguntó. -¿Debo esperar que se me presenté otra oportunidad así de importante, solo porque tu no estas de acuerdo?
-¡Yo nunca dije eso! -Aclaró. -Te estoy dando mi opinión, porque ambos sabemos todo lo que ella mintió en el pasado y si ahora estas pensando arriesgarte otra vez, tengo que al menos intentar convencerte.
Se formó un gran silencio en la habitación, donde Kenzie lo único que podía pensar era en si decirle ahora mismo lo de Pensilvania o simplemente evitarlo.
-Pensé que esta vez podríamos ser algo de verdad, otra vez. -Soltó Johnny. -Pero ya veo que no es así.
-Claro y solo porque estás pensando en cagarla una vez más y con la misma chica que arruinó todo, en primer lugar.
-Esto depende de mi carrera.
-Y de nuestra relación.
-No puedes pedirme que eliga entre esas dos cosas.
-Exacto. -Contestó y se levantó, decidida. -Que disfrutes tu regalo.
Y sin más, salió de la habitación.
(...)
-No puedo creer que estemos haciendo esto. -Habló Annie, cuando los cuatro entraron al centro comercial.
Habían logrado llegar corriendo hasta el lugar, pues si querían ir a la fiesta de Johnny, debían llegar con un regalo.
El único problema era que los chicos estaban de traje y las chicas de vestido, por lo que ir al centro comercial no era la mejor opción.
Pero ya estaban allí.
-Bien, Jayden y yo iremos a verle una gorra, ustedes busquen un gran paquete de kit-kat.
-Vaya que conoces a tu amigo. -Rióla chica y el castaño sonrió.-Nos vemos aquí en veinte minutos.
-De acuerdo.
(...)
-Han pasado treinta minutos y aún no encontramos los malditos chocolates. -Dijo Annie frustrada, mientras se paseaban por todas partes.
-Lo sé, ¿Que tal si le preguntamos a alguien?
-No, ya es demasiada vergüenza social con esto. -Apunto su ropa y Carson frunció el ceño.
-¿No te gusta como te ves?
-Almenos no aquí.
-Annie te ves hermosa donde quiera que vayas, es de lo menos que debes preocuparte. -Aseguro el chico y Annie sonrió, sonrojándose un poco.
-Gracias...
Siguieron caminando por todas las tienditas de dulces, sin encontrar ningún rastro de kit-kat, tenían bastantes mensajes de sus padres preguntándoles a dónde habían ido y la fiesta había comenzando hace ya casi dos horas.
Todo era un caos.
-¡LISTO! -Gritó una voz a sus espaldas, ambos se dieron la vuelta viendo a Brandon jadeando, pero con una bolsa de kit-kat en la mano
-¿Dónde las escontraste?
-Larga historia para la que no hay tiempo. -Contesto y Carson hizo una mueca. -Vamos debemos tomar un taxi lo antes posible.
Salieron muy apurados hasta la salida y se quedaron a esperar que pasara un taxi, hasta que llegó uno.
Cada uno comenzó a subirse, pero al llegar el tiempo de Annie, Carson sostuvo su brazo, deteniendo la.
-¿Que pasa?
-Vayan ustedes, yo me quedo.
-¿Que? No, no, vamos. -Insistió Annie y el chico negó con una media sonrisa.
-Te mentí.
-¿Sobre qué?
-Sobre lo de Brigthon... me afectó un poco.
Ignorando al taxista que debía avanzar por estar en plena calle, Annie se bajó completamente del taxi y le dió un gran abrazo a Carson.
-Te hablaré en la noche, por favor contesta. -Pidio Annie, aceptando sus desición.
-Lo haré, pásenla bien y dale saludos al cabeza de plátano.
-Bien. -Rió Annie y luego de una última sonrisa, volvió a subirse al taxi, el cual avanzó de inmediato, pues ya había hecho mucho tráfico por la culpa de los chicos.
-¿Por qué no vino? -Preguntó Jayden a su mejor amiga.
-Necesitaba ir a casa. -Respondió y Brandon asintió, posando su vista por la ventana.
-Shippeo Cannie. -Susurro Jay y Annie negó riendo.