Narrador Omnisciente:
Hayden y Lauren se levantaron rápidamente, dejando el computador en el que veían la película, de cabeza.
Pero ninguno se preocupó de eso, pues todavía estaban mirándose confundidos, mutuamente.
-Yo ya me voy. -Interrumpió Maya, apareciendo atrás de ellos, hasta que analizó la situación. -Oh...
-Pensé que estabas en tu casa. -Dijo Johnny, mirando a Hayden, para luego voltear hacia Lauren. -Y tu enferma.
-No, pretendí estar enferma para ir a buscarlo... -Explicó.
-¿Entonces dormiste aquí?
-No, llegamos en la mañana. -Contestó Lauren, por él. -Ni siquiera se dieron cuenta de que yo no estuve toda la noche.
Johnny asintió, intentando no parecer todavía tan confundido, mientras que la rubia volteó a ver a Kenzie.
-¿Cuando llegaste?
-Hace unos minutos... ¿No vieron los mensajes del grupo? Quedamos en juntarnos. -Dijo Kenzie y los chicos negaron.
-¿Y tú que haces aquí? -Preguntó la rubia, mirando a Maya.
-Le pedí a Johnny una tarea. -Respondió y asintió.
Hayden sacó su teléfono y comenzó a leer los mensajes en voz alta, informando a los demás.
-Organizar una fiesta para Johnny. -Terminó de leer y abrió la boca en una gran "o"
-¿Cuando es tu cumpleaños? -Preguntó Maya, igual de sorprendida.
-Mañana. -Contestó Kenzie y Johnny, sonrió de lado, asintiendo.
-Bueno... Yo no tengo nada más que hacer aquí. -Murmuró Maya, sonriendo forzada mente.
-Te acompaño a la puerta. -Dijo Johnny. -¿Hayden, vienes conmigo?
El castaño asintió y luego de dirigirle una última mirada a Lauren, los tres salieron de la habitación, dejando a las dos chicas.
-No voy a preguntar. -Rió Kenzie, refiriéndose a la escena con Lauren y Hayden, por lo que la chica negó, sonriendo.
-¿Cómo reaccionaste al ver a Maya? -Preguntó la rubia, cambiando el tema.
-Es que fue raro, justo hoy había soñado con que Maya me decía que habían vuelto. -Respondió la castaña. -Pero no les dije nada malo, de hecho solo vine aquí lo más rápido que pude... Y pasó lo que pasó.
-Claro. -Rió Lauren. -Entonces... ¿Le organizaremos a Johnny?
-Eso creo, pero hay un problema.
-¿Qué?
-Debo volver a Pittsburgh.
-Oh... ¿Cuándo?
-Pasado mañana. -Suspiró. -No sé cómo decírselo a Johnny, se supone que ahora estamos... Bien.
-No importa cómo, lo importante es que se lo digas, no puedes irte sin decirle.
-Sí lo sé, no sería capaz de hacerlo de todas formas... Pero tampoco quiero decirle mañana, no sé cómo se tomará la noticia y no quiero arruinar su cumpleaños.
-Debe ser hoy.
-Pero no estoy preparada aún.
-¿Entonces?
-Ay no lo sé. -Suspiró, lanzándose a la cama de la chica, dramáticamente.
Y aunque ambas rieron por unos segundos, Kenzie no podía sacar ese pensamiento de su cabeza, de cómo se lo tomaría Johnny... De lo único que estaba segura, era que hoy no se lo diría.
(...)
-Dale mis slaudos a Katlyn. -Dijo Johnny, despidiendo a la rubia, pero ella no se movió.
-¿Maya? -Consultó Hayden, mirándola confuso.
-No. -Dijo decidida. -Johnny, tengo que hablar contigo sobre algo.
(...)
Kenzie bajó del autobús, frente a la casa de Casey, mientras pensaba en cómo decirles una vez más a sus amigos, que se iría... Y eso que todavía faltaban más de la mitad de los chicos.
Tocó la puerta y está fue abierta en un par de segundos, dejando ver a su mejor amigo.
-Cariño, que agradable sorpresa. -Saludo el rubio, imitando a Edna Moda.
-No estoy de humor, Cas. -Suspiró y el chico asintió, haciéndose a un lado para que entrara.
Todo estaba en total oscuridad a excepción de la televisión que mostraba lo que parecía ser una película de terror, Kenzie estaba más que confundida hasta que el chico encendió la luz, dejando ver a Asher en el sofá, comiendo palomitas.
-Ay hola. -Sonrió el castaño al verla, Casey arregló su cabello y se sentó al lado de Asher, pausando la película.
Kenzie se sentó en el sofá individual, quedando frente a ellos en un total silencio.
-Debo volver a Pittsburgh. -Soltó de repente.
Hubó otro silencio por unos segundos, hasta que Casey habló.
-Y aquí es donde me desmayo. -Dijo y ambso rieron, dejando a la castaña confusa.
Esperaba de todo, menos esa reacción.
-¿No les molesta?
-No... Osea lo peor ya pasó, ahora ya sabemos que volverás de todas maneras. -Explicó Casey. -No es el fin del mundo, Mack.
Kenzie asintió, intentando entender porqué el hecho de que ninguno había soltado una lágrima, la hacía sentirse mal, cuando debería ser todo lo contrario.
-Llenaremos tu buzón de cartas de igual manera, no te sorprendas. -Dijo Asher y río forzada mente.
El silencio volvió y aunque para manos chicos, no era un silencio incómodo, para ella si lo era y lo único que podía pensar en esos momentos, era en irse a casa.
-¿Quieres quedarte a ver la película? -Propuso Casey, sonriendole. -Podrías querte a dormir.
-No sé...
-Vamos, no aceptaremos un no como respuesta.
-De acuerdo. -Aceptó, pensando en que en algún momento de la noche, podría olvidarse de ese pensamiento. -Le preguntaré a mi mamá.
(...)
La noche había pasado de ser un infierno al paraíso, tal como lo había pensado. Ya habían visto dos películas pero a ninguna le habían prestado la suficiente atención, pues se la pasaron haciendo chistes o hablando de cualquier cosa.
Hasta que el tema surgió.
-¿Y por qué ahora Asher vive en tu casa y tú no en la de él? -Preguntó Kenzie riendo. -Antes era todo al revés.
Asher y Casey se miraron al mismo tiempo, preocupando a la castaña.
-¿Qué dije?
-Hay algo que debemos decirte. -Contestó Cas, evitando el contacto visual.
-¿Qué? -Preguntó sin rodeos y Asher suspiró.
-Soy bisexual. -Dijo el castaño. -Se lo dije a mis padres la noche de Navidad, terminamos muy mal y...Casey me dejó quedarme aquí.
El rubio sonrió mirando el suelo, mientras que Kenzie no dijo ni hizo nada, pues seguía en shock.
-Y yo soy homosexual. -Dijo Casey, sonriendo nervioso.
Y otra vez el silencio.
Como Mackenzie aún no decía nada, los chicos ya se estaban imaginando lo peor, hasta que la castaña se lanzó a abrazarlos, tomándolos por sorpresa.
-Los amo. -Dijo Kenzie y ambos rieron.
-Y nosotros a tí.