Narra Kenzie:
Adiós vacaciones y hola escuela.
Al entrar todo se sentía igual, todos con la máxima energía de querer salir de allí lo más pronto posible y los maestros no se veían diferentes.
Además hacia un frío horripilante y no estaba para nada preparada, pues los jeans rasgados no servían de mucho.
Eran las 7:42 de la mañana y no encontraba a ninguno de los chicos, otro momento más para extrañar a Jade.
Me senté en una de las bancas del patio vacío y tome mi celular, intentando distraerme en Instagram.
-¿Tienes frío?-Pregunto una voz delante de mí, subí la mirada y por un momento quedé petrificada.
El chico era moreno, tenía el pelo castaño y sonreía abiertamente, con las manos en sus bolsillos.
La pregunta era, ¿Por qué Ashton me estaba hablando? Nunca había tenido ninguna charla con él y todos lo tachaban como el chico malo de la escuela y también, el peor enemigo de Johnny.
-Sí, un poco. -Conteste riendo nerviosamente, esperando a que siguiera su camino.
Pero no.
Volvió a sonreír aún más y se sentó a mi lado, entregándome su chaqueta.
-¿Q-que?
-Tomala, yo estoy bien.
-No puedo hacerlo...
-¿Por qué? Estás muriendo de frío y yo de calor, aceptalo. -Insistió y me mantuve con la mirada en un punto fijo. -Puedes devolverme la luego del primer período, no es una molestia.
Miré mis manos rojas del frío una vez más y finalmente tomé la chaqueta, poniéndomela de inmediato.
-Gracias de verdad.
-Denada de verdad.
Ambos reímos y tocaron el timbre, nos levantamos y volvió a sonreír.
¿No sé cansaba de hacerlo?
-Buscame en la sala de música. -Dijo y luego besó mi mejilla.-Nos vemos, Kenz.
No respondí, tomé mis cosas y me dí la vuelta para ir a la sala de química, pero al voltearme, Johnny estaba observando desde un rincón.
Ay no.
Estaba por correr hacia él cuando negó rodando los ojos y se fue hasta quien sabe dónde.
Muy bien Mackenzie, acaba de empezar el día y ya la cagaste.
(...)
-Recuerdan hacer la tarea de la página cincuenta y cuatro. -Dijo el maestro y sonreí, porque la clase ya había acabado.
Pero cuando puse un pie fuera de la sala, una mano me tocó mi hombro, Maya.
-Hola... -Saludé un poco insegura.
-Hola, ¿Qué tal el regreso?
-Bien, supongo. -Conteste y luego fruncí el ceño. -¿Sucede algo?
-¿Por qué lo dices?
-Es solo que ya sabes, nosotras nunca...hablamos.
-Oh, buen punto.-Río y sonreí incómoda. -Quería preguntarte sobre Lauren.