Falacia de amor [RenMasa]

Capítulo VII: "La diferencia entre tú y yo"

Capítulo VII: "La diferencia entre tú y yo"

Sus brazos habían rodeado mi cintura en un fuerte abrazo. Estaba quieto, mi cuerpo no respondía, y yo no sabía qué hacer con certeza. Intenté imaginarme que era Ren pero eso estaría mal, porque él nunca me abrazó como si llevara años sin verme, como si realmente me extrañara...

Su voz hizo que saliera de mis pensamientos.

– ¿Cómo sigues con lo de tu herida, Ma-chan? ¿Ya estás mejor?

–Algo así, aún tengo un poco de dolor, pero eso es todo. Nada grave.

– ¿Y ya tomaste tus medicamentos?

–Todavía no. De hecho, eso iba a hacer.

– ¡Pues vamos!

– ¿Eh?

–No quiero que empeores.

– ¡E-Espera!

Me cargó como si de una princesa se tratara, está vez no me quedaré dormido, pero aun así, esto es bastante incómodo. Sin dificultad alguna subió las escaleras hasta llegar a mi habitación. Una vez adentro, me dejó sentado en la cama.

– ¿Dónde están tus medicinas?

–En el cajón derecho –dije.

Apunté al mueble que estaba junto a mi cama, el alfa sin pensarlo dos veces, abrió dicho cajón y sacó las pastillas para después dejarlas encima de este.

– ¿Ya desayunaste?

–No tengo hambre.

– ¡¿Eh?! ¡No puedes quedarte sin comer! –gritó–. Mmm...eso se puede arreglar, iré a prepararte algo, sino no podrás tomarlas.

–N-No es necesario que hagas eso por mí.

–No hay ningún problema. Espera aquí.

–Como si pudiera ir a otro lugar –contesté en un pequeño susurro.

–Ah...jajaja~ es cierto.

Salió del cuarto después de aquella pequeña plática, dejándome totalmente solo. ¿Cómo llegué a esta situación? Apenas llevo unos días conociéndolo y ya llegado al extremo que cocinar algo para mí. ¡No soy un inútil! ¡¿Cuántas veces lo tengo que repetir?!

No tardó tanto como creí; sin embargo, trajo consigo una bandeja, la cual puso encima de mis piernas tratando de no tirar nada. Mis ojos se agrandaron de la impresión al ver lo que contenía. Un plato de Hot Cakes en forma de corazón con unas cuántas fresas a los costados dándole un toque tierno, al lado suyo se encontraban dos tazas que contenía café, pero lo que más me asombró fue que había un florero con una linda rosa de color rojo.

–Sé que es bastante ligero pero lo hice con mucho cariño para ti, Ma-chan.

Un sonrojo apareció en su rostro adornando sus mejillas. Se rascaba la nuca nerviosamente mientras me observaba.

–Gracias –agradecí–. Itadakimasu.

Agradecí por la comida para después agarrar el tenedor y comencé a probar el primer bocado.

–Está delicioso –fue la frase que salió de mis labios. En su rostro se notaba lo feliz que estaba ante mi respuesta.

– ¡¿Enserio?! –preguntó con los ojos brillantes.

–Sí...

–Vaya, jeje~ no sé cocinar muy bien, pero esto es lo más básico que puedo hacer y que a Ma-chan le haya gustado...me hace realmente feliz.