Capítulo L: "Mentira"

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Capítulo L: "Mentira"

–Te amo... –lo escuché murmurar contra mi oído.

–"Yo también...y mucho..." – ¿Por qué no lo puedo decir? Ese sentimiento es tan difícil de confesar, pero sencillo de sentir.

Que irónico.

–Masa, date la vuelta –ordenó.

–No quiero, Jinguji –me negué.

Simplemente ignoró mis palabras, casi como si no las hubiera dicho. Cuando me di cuenta, ya estaba frente a su rostro...me veía fijamente. Con sus ojos brillosos y mostrando la belleza del azul de estos.

Acarició mi mejilla con cariño, logrando sacarme un suspiro ante su acto.

– ¿Podemos dormir abrazados? –preguntó suavemente. Simplemente asentí con la cabeza. No lo dudó más, puesto que ya me encontraba entre sus brazos. Me encantaba la calidez y el olor que desprendía mi alfa.

–Por cierto, Jinguji –hablé un poco adormilado, debido a la comodidad y cansancio que sentía en ese momento–. ¿Por qué tienes una foto mía durmiendo en tu celular? –comenté. Esa pregunta quería hacerle desde hace ya bastante tiempo.

– ¿Revisaste mi celular? –cuestionó con asombro. Aprovechó para agarrarme y colocarme sobre de él, mi cabeza ahora estaba posada sobre su pecho, al igual que el resto de mi cuerpo.

–N-No es cómo si lo hubiera revisado –dije.

–Entonces, ¿cómo sabes que tengo una foto de ti?

– ¿Recuerdas la vez que le llamé a Kurusu?

–Mm... –expresó dudoso.

–Cuando...cuando escuchaste que dije que eras mi prometido...

– ¡Ah! ¡Ya recuerdo!

–Bueno, pues ese día yo le marqué a Kurusu, y tu celular era el que estaba más cerca. Así que lo agarré y lo desbloqueé, ahí fue cuando me di cuenta de la imagen que tenías puesta. Por eso te pregunto, ¿cómo es que tienes esa foto?

–Mmm... –no quiere responder el muy idiota, y de eso me di cuenta.

–Jinguji, dime –repliqué–. O me voy a dormir en otra habitación.

Ya estaba por levantarme, al menos, hasta que aplicó más fuerza en mi cintura para impedir que me fuera, ya que aún seguíamos abrazados.

– ¿Ya me dirás?

–Sí –dijo derrotado–. La tomé después de que lo hicimos por primera vez.

– ¿Eh? –me sonrojé–. N-No puede ser, eso fue hace mucho.

–Ya sé. Es que te veías tan lindo y feliz mientras dormías que... no pude evitarlo...

–No digas más, idiota. Eres un pervertido –comenté. Después, fui acomodándome nuevamente en su pecho.

No debería de acostumbrarme a dormir siempre con Jinguji, no quisiera volverme completamente dependiente a él. ¿Qué tal si un día decide dejarnos? No podría soportar el no tenerlo conmigo. Mucho menos Takumi.

Mi pequeño quiere mucho a su papá, lo puedo ver cada vez que la pasan juntos. Y, ahora que finalmente está con nosotros, no creo que podamos seguir sin el idiota de Ren.

Es parte indispensable de nuestra familia.

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Fui despertando gracias a la luz que daba en la habitación. Qué bien, se me olvidó cerrar las cortinas. Aunque, seguía recostado en el pecho de Ren.

Falacia de amor [RenMasa]Where stories live. Discover now