Falacia de amor [RenMasa]

Capítulo XXX: "Esperanza"

Capítulo XXX: "Esperanza"

Después de aquella amenaza, decidió que ya era momento de apostar todo. Aunque mantenía intactos esos sentimientos que apreciaba con todo su ser por su amado Masado e hijo, pues son de las pocas cosas que no lo abandonaron durante este lapso de tiempo.

Subió de nuevo al taxi, agradeciendo que este lo esperara después de esa pequeña pelea. Le pidió que lo llevara a un hotel para que pudiera descansar después de un día muy cansado.

– ¿Y es su primera vez en Kyoto? No parece de por aquí –habló el conductor del taxi, pues trataba de sacar un tema de conversación.

–Ah...no, señor. La verdad es que he venido en más de una ocasión; sin embargo, esta vez...fue para tratar de recuperar a unas personas que son muy importantes para mí.

–Puede decirme Kento, mucho gusto.

Esa persona que lo saludaba con normalidad era un beta. Además de ser un señor de aproximadamente 30-35 años de edad. Al parecer, era muy amigable, así que Ren decidió continuar hablando con este.

–Me presento, me llamo Jinguji Ren, el gusto es mío.

– ¿No es usted integrante de la banda STARISH? –preguntó con asombro.

–Sí... –susurró casi sin interés.

–Vaya, no creí encontrarme con un idol famoso.

–Ah...no porque sea idol significa que sea mejor que los demás. Solo soy una persona común y corriente que trata de buscar su propia felicidad –comentó.

–Oh, ya veo. Aunque, dígame, ¿es su familia la que busca?

–Se podría decir que sí...pero un terrible error logró separarnos.

–Mmm...eso suena bastante grave. Cuando me peleo con mi esposa, siempre buscamos la manera para reconciliarnos porque no podemos estar separados. Además de que hay dos cosas valiosas que nos mantienen unidos...mi hija y el amor que nos tenemos.

–Eso es bueno, Kento-san –bajó levemente la cabeza–. Ni siquiera estoy seguro de que me siga amando después de todo lo que le hice.

– ¿Por qué lo dice? ¿Acaso le gritó?

–Ojalá y fuera solo eso –rió levemente y después se puso serio–. Lo trataba de la peor manera y a veces, incluso, llegaba a ignorarlo sin razón aparente. Eso solo causaba que lo hiciera sentir desconsolado, a tal grado de hacerlo llorar casi todos los días –hizo una pequeña pausa, pues sus ganas de llorar lo podían superar; no obstante, esto no sucedió–. Pero, según él, no tenía ningún derecho a reclamarme nada ya que no teníamos una relación más allá de lo físico.

–Creo que ese tipo de relación lo hizo sentir bastante inseguro.

–Sí, lo sé. Aunque eso no fue lo peor, mis celos lograron acabar con todo lo que manteníamos entre nosotros ya que, al final...prácticamente, lo violé.

– ¿Eh?

–Lo sé, soy de lo peor –habló míseramente–. Sólo gané que él terminara marchándose. Cerca de cinco años después, supe que vivía aquí en Kyoto con su padre y, hace apenas dos días, gracias a unas cartas que me llegaron por él, me enteré que era padre de un niño de cuatro años de edad. En ellas, me decían lo que realmente sentía por mí y todo lo que tuvo que pasar para tener a nuestro hijo.

–Yo...no pensé que fuera así de grave.

–Finalmente tengo la oportunidad de compensar todo lo malo que le hice pasar y no pienso perderla. Durante todo este tiempo, lo he estado buscándolo sin parar...solamente...quiero decirle que lo amo, tanto a él como a mi hijo...y que me arrepiento de no haber estado en su embarazado y nacimiento de Takumi...