Falacia de amor [RenMasa]

Capítulo VIII: "Inesperada acción"

Capítulo VIII: "Inesperada acción"

Tanto tiempo había transcurrido desde que mi padre me mandó a matar a ese traidor. Los planes de la familia Nakahara poco a poco se iban cumpliendo, aunque aún faltaba una plaga de la que debía deshacerme, sin duda alguna es el trabajo más complicado que haré ya que esta vez es el líder de la familia Fujiwara, he oído rumores que dicen que el hijo de ese clan tuvo que matar a su propio padre para poder heredar todas las riquezas. Bastante intimidante para cualquier otro novato, pero para mí son simples rumores. Cuando era apenas un niño, llegué a hacer una inseparable amistad con él, pero terminó traicionándome.

Llevaba días siguiéndolo a donde fuera que valla, tendía a ser muy sigiloso por lo que estoy seguro que para cuando se diera cuenta de que lo seguía ya estaría en el suelo con una bala atravesando su pecho. Al parecer, sencillo pero no puedo permitir ningún margen de error ya que eso me costaría mi propia vida.

Entró a un callejón sin sus guarda–espaldas, que idiota, ahora es mi oportunidad y no la desaprovecharé. Caminé hasta adentrarme a las paredes de ese lugar.

– ¿Pero qué?

No había nadie. ¿Cómo es eso posible?

–Vaya, ¿enserio pensaste que sería tan tonto como para dejar que me mates tan fácilmente? Eh~ Nakahara Shun.

Una voz y unos pasos se escucharon a mis espaldas interrumpiendo mis pensamientos, por lo que rápidamente giré mi cuerpo hasta quedar cara a cara con la persona.

–Yo pienso lo mismo...Fujiwara Iori.

Nuestros ojos se encontraron por fin, él usaba un traje de color blanco, su cabello marrón bien peinado hacia atrás; sin embargo, eso no impidió que unos cuantos taparan uno de sus ojos cafés.

–No eres el único que se ha tomado su tiempo para investigar personas.

–Entonces ya debes de saber quién soy.

– Sí, por eso te pregunto... ¿qué es lo que quieres?

–No es necesario que lo diga.

Saqué el arma que tenía guardado en mi bolsillo y le apunté directamente a su pecho. Pensé que iba a estar asombrado pero simplemente dio un suspiro y seguía sin decir nada respecto al arma.

–Mira, no tengo tiempo para juegos ¿ok?

–Esto es ningún juego, por eso acabemos rápido.

–Yo no creo eso.

No permitió que dijera algo, simplemente me terminó quitando el arma de mis manos ágilmente. Ahora me tenía a su merced, pues me había acorralado contra la pared con un fuerte agarré en mis muñecas, las cuales, ahora se encontraban sobre mi cabeza. Aunque seguíamos estando frente a frente.

– ¿Q-Qué estás haciendo?

–No comprendo porque tanta insistencia en querer matarme, si cuando éramos niños fuimos casi como hermanos

– ¡Te equivocas, tú me traicionaste!

–Sigues con esos pensamientos, sabes perfectamente que no fue así.

– ¡Entonces, si me equivoco, ¿por qué continuas defendiendo a la persona que mató a mi madre?!

– ¡Lo que pasó fue un accidente! ¡Entiende que ella se puso en medio!

– ¡Porque tu padre quiso matarme!

–Yo...no puedo justificar lo que mi padre intentó hacer. Pero, ¿has estado viviendo con ese estúpido pensamiento?