Falacia de amor [RenMasa]

Capítulo XLIV: "Un paso más a nuestro amor"

Capítulo XLIV: "Un paso más a nuestro amor"

–Mmm... –susurré en medio de aquel beso. Un cosquilleo invadía mi estómago mientras que mis manos se movían por sí solas, tocando la gran espalda de mi alfa a través de la ropa que la cubría.

Con el paso de los minutos, nuestros cuerpos cada vez pedían más, por lo que los ligeros toques y caricias que nos dábamos, ya no eran suficientes para poder calmar el calor que comenzaba a arder en nuestro interior.

El beso se iba volviendo más apasionado y caluroso. Sin embargo, los nervios me invadían provocando que mis movimientos sean torpes y lentos. Ren en ningún momento dejó de verme a los ojos, por esa razón mis mejillas se sentían calientes debido a la vergüenza que me invadía al darme cuenta de mis acciones.

Sí, incluso mi corazón latía con ímpetu solo por sentir ese delicioso olor a chocolate invadir mi sentido del olfato.

Inconscientemente, mis caderas comenzaron a moverse sin mi consentimiento. Ocasionando un vaivén placentero, no solo para mí...sino para mí alfa también, pues la respiración del mismo se volvió agitada y errática.

No importa que siempre termine negándolo. En el único lugar en el que puedo incluso gritar lo bien y feliz que me siento al estar así con mi pareja, es en mis pensamientos puesto que sería demasiado vergonzoso decirlo frente a Jinguji. Aunque, sigo creyendo que es una idea errónea que el deber de un omega sea complacer a su alfa y seguir procreando... ahora no puedo pensar en otra cosa, más que en la persona que me reclamó como suyo.

Sobre todo en estos momentos.

–J-Jinguji...ah... –suspiré ante las caricias que proporcionaba a mi piel expuesta, pues se había atrevido a meter su mano debajo de mi camisa–. ¿Qué haces...?

– ¿No es obvio? –preguntó burlonamente–. Sé que no me permitirás llegar hasta el final, así que solamente déjame tocarte.

– ¿Por qué...me preguntas eso cuando ya has comenzado? –comenté a duras penas.

–Ah...cierto, perdón –rió después de haberme dado un pequeño beso en el cuello.

–Nghn... –acarició mi pierna izquierda cuando sintió el roce que producía mis caderas al moverse–. Deberíamos detenernos...alguien podría entrar aquí.

–No quiero parar, no cuando ya he esperado demasiado –dijo antes de comenzar a besarme desesperadamente. Me encantaba sentir como iba pasando sus grandes manos por mi cintura, solo para pegarme más a su cuerpo.

Eso solamente colaboraba en ayudarme a sentir más su calidez que me era brindado cada vez que se acercaba. Además de que se aprovechaba de la casi nula distancia para morder y dejar pequeñas marcas en mi piel descubierta.

–Jinguji...ahh... –acaricié su cabello, él simplemente fue acercando sus dientes a mis clavículas para lograr morderlas como si tratase de degustar de un postre–. N-No dejes tantas marcas, los demás sabrán lo que pasó si lo ven.

Comenté entre suspiros pues intentaba regularizar mi agitada respiración. Después, sentí como su mano descendía desde una de mis tetillas hasta llegar a mi parte baja, ya que con anterioridad las había estado estimulando sin restricción alguna. Incluso se atrevió a lamerlas.

–No me importa lo que opinen de nuestra vida privada –dijo con el ceño levemente fruncido–. Es solo nuestra y de nadie más –se acercó a besarme.

– ¡¿Mm...?! –cerré mis ojos con fuerza al sentir mi miembro siendo apresado por una de las manos de mi alfa, tocándolo por encima de la tela del bóxer. Este, al ver mi reacción, se atrevió a morder mi labio inferior con lujuria para poder empezar a recorrer mi cavidad vocal con su lengua–. ¡Jinguji! ¡...Ah!