Capítulo XVI: "Adiós sin despedida"

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Capítulo XVI: "Adiós sin despedida"

Podía observar el paisaje que veía desde la ventana del coche, hace un buen rato que había dejado de llorar, creo que me cansé de hacerlo. El lapso del camino fue demasiado largo, ya que tuvimos que irnos en coche y no en un avión. Pues no quería que mi embarazo se complicara.

Finalmente entramos a la casa. Los empleados de la casa me saludaban alegremente mientras que yo les devolvía el gesto para no ser grosero o descortés con ellos. Me habían dicho que mis maletas ya se encontraban dentro de mi habitación, la cual, me aseguraron que estaba idéntica a como la había dejado la última vez que estuve aquí.

Mientras los demás continuaban con sus quehaceres. Mi padre y yo nos sentamos en la mesita que se encontraba en medio de la habitación. Ambos usábamos la ropa tradicional, unas yukatas; mientras tomábamos un té. Nunca me atreví a verlo a los ojos cuando hablábamos o comíamos, desde niño eran las cosas así. Por ello, es que solamente veía la taza con el líquido que traía dentro.

–Solté un suspiro bastante pesado–. Bueno... supongo que sabes cómo se hacen los bebés, ¿no?

–No estoy para bromas estúpidas Masato, cuéntame todo de una maldita vez.

–No fue mi culpa, si desde el principio me hubieras dicho que era un omega, yo me hubiera cuidado.

–No me vengas a echar la culpa de tus errores.

–No es necesario que me recuerdes la situación.

–Al parecer si lo es, creo que tú eres el que no entendió los riesgos que traían consigo.

–Los conozco perfectamente. Además, debes de estar feliz porque serás abuelo.

–Eso ya lo veremos.

Su comentario me molestó bastante pero no era como si yo le pudiera contestar; por ende, continúe callado mientras tomaba un sorbo del té.

– ¿En dónde ésta Mai? –pregunté después de dejar la taza de nuevo en la mesita.

–Tienes el descaro de preguntar por ella después de irte por un largo tiempo sin siquiera comunicarte.

–Eso no contesta mi duda.

–Tsk...en su habitación –dijo resignado.

–Gracias.

Me levanté para poder ir a ver a mi hermana menor, ha pasado bastante tiempo desde la última vez que la visité. Ella es a la única que le demuestro todas mis emociones. Caminaba por las puertas hasta que encontré su habitación. Entré sin siquiera preguntar, ya que no me gustaba ser muy formal y serio con la pequeña.

–Mai estoy en...casa –mi hermanita se encontraba sobre su cama llorando con unas fotos en las manos–. ¡Mai, ¿qué te sucede?!

Fui acercándome rápidamente a ella. Finalmente había volteado a verme, sus ojos estaban rojos y lloraba con mucho sentimiento, esa escena hizo que me doliera el pecho. Por instinto, la abracé y, para tratar de calmar sus lágrimas, tuve que darle unos cuantos besos en sus mejillas mojadas por las lágrimas.

– ¿O-Onii-chan? –escuchar su voz quebrada por el llanto solamente causó que quisiera llorar también–. ¡Volviste! –ahora podía apreciar que en su tono de voz se volvió más alegre que antes.

–Sí, aquí estoy. Pero, ¿qué pasa? ¿Por qué lloras?

–Es solo que extrañaba a mamá y a ti. Ya...no tenía con quien jugar o alguien que me cantara una canción porque...sniff...papá no quería –bajó lentamente la cabeza mientras que nuevas lágrimas amenazaban con salir.

–Sabes cómo es él, pero no te preocupes más por eso, ya que pronto tendrás con quien jugar –alcé su cabeza poniendo mis manos en sus mejillas y, aprovechando esto, limpié sus lágrimas con mis pulgares.

– ¡¿Enserio?! ¡¿Quién?!

–Mmm... –continuaba limpiando sus lágrimas–. ¿Por qué no jugamos a las adivinanzas y así tratas de averiguarlo?

– ¡Ok~!

Me senté frente a ella para que pudiésemos vernos a los ojos.

–Comencemos. La primera pista es que es muy pequeño e indefenso.

–Mmm... –dijo pensativa–. ¡Lo tengo!

– ¿Así? ¿Qué es?

– ¿Es un perrito?

–Jajaja, no Mai, no es una mascota. Bueno, la siguiente pista es que tiene que pasar como nueve meses para que puedas conocerlo.

– ¡Onii-chan, esto es muy difícil!

–Bien, todavía no puede hablar o caminar, al menos que haya crecido, así como tú.

– ¡Ah, ya sé!

– ¿Es...?

– ¡Es un bebé!

– ¡Muy bien Mai, eres muy inteligente!

Acaricié su cabeza despeinándola después de aquella acción.

–Pero Onii-chan, aquí no hay un bebé.

–Bueno, supongo que tendrás que esperar para poder conocerlo –puse mi mano sobre mi vientre, así podría captar lo que trataba de decirle.

– ¡¿Eh?! ¡¿Onii-chan, te comiste al bebé?!

–Jajaja, no...verás, está creciendo en mi vientre, pero cómo es muy pequeñito aún no se puede ver –le dedique una pequeña sonrisa–. Conforme vaya desarrollándose podrás sentir sus pataditas.

Mai se fue acercando hasta poner una de sus manitas en mi abdomen y repitió la misma acción pero ésta vez con su cabeza; podía ver cómo intentaba escucharlo.

–Hola...Onii-chan dice que aún eres muy pequeñito, y por eso no puedo verte – reí levemente al ver el gesto de mi hermanita–. Espero con ansias poder jugar contigo, ¡nos divertiremos mucho! Incluso cuando te sientas triste yo estaré para limpiarte las lágrimas de tus ojos, así como Onii-chan lo hace conmigo ¿sabes porque? Porque él es muy amable; me cuida, me da de comer y también me canta cuando no podía dormir, tiene una voz muy bonita. Me recuerda mucho a mamá, antes de que se fuera. ¡Por eso digo que tenemos mucha suerte al tener a Onii-chan cuidándonos y queriéndonos!

Estaba llorando por las palabras que había dicho Mai. No creí que ella pensara eso. Yo también sufrí cuando mamá nos dejó, pero no lo demostraba porque tenía que ser fuerte por Mai.

–No me gusta que llores Onii-chan. Fue mi culpa, ¿verdad? Yo siempre hago enojar a papá, por eso él no juega conmigo.

–No, no fue tu culpa Mai. Eres una niña muy buena e inteligente, y si nuestro padre se enoja por hacer lo que te gusta, entonces, el que está mal es él, no tú ¿sí?

– ¡Te extrañé mucho Onii-chan!

–Yo también, Mai.

–Pero, ¿y el papá del bebé?

–É-Él...ésta trabajando, por eso no vino conmigo.

–Oh... ¿él también quiere al bebé, verdad?

–S-Sí...lo quiere... –hablé desanimadamente.

Mai, si tan solo supieras que nunca nos quiso a ambos. Que este pequeño crecerá sin su padre, por mi culpa.

– ¡Vamos a comer, Onii-chan~!

Se levantó muy rápido de la cama para después comenzar a jalarme de la mano hacia la cocina.

Mi tiempo aquí está apenas comenzando, al igual que los días en las que no estaré con el padre de mi hijo. Supongo que tendré que acostumbrarme a estar sin tu presencia...Ren.

¡Maratón #3!

Falacia de amor [RenMasa]Where stories live. Discover now