Capítulo XLI: "Llegamos, pero...no a casa"

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Capítulo XLI: "Llegamos, pero...no a casa"

– ¿J-Jinguji? –me sorprendió verlo apoyado en el marco de la puerta–. ¿Qué haces aquí?

–Vine a ver si necesitabas ayuda para terminar de empacar.

–Ah...no te preocupes por eso. De todas formas, no hace mucho que terminé. Gracias...

–De nada.

Bajé un poco la mirada. No podría decirle que escucharlo cantar después de tanto tiempo me había hecho feliz, y más si era una de mis canciones. Qué vergüenza.

–Pensé que no conocías mi canción "knocking on the mind" –cambié de tema.

– ¿Mm? ¿Por qué supusiste eso?

–Porque siempre me ignorabas cuando te hablaba...

–Lo siento –admitió mientras se acercaba para ponerse de rodillas frente de mí, sorprendiéndome al instante–. Sé que no debí tratarte de esa manera, y aun así tú me demostraste que me amabas a pesar de todo. Enserio estoy muy agradecido contigo; por el amor que me tienes; por permitirme vivir la experiencia de ser padre; por hacerme feliz; por haberme enseñado lo que es amar de verdad; por convertirte en la madre de mi hijo; por haber nacido...por todo, mi amor. Te amo, mi Masato.

Su mano rozaba mi mejilla izquierda para tratar de quitar las lágrimas que poco a poco caían por esta. Fueron...simplemente unas hermosas palabras.

–Incluso me aprendí todas tus canciones –soltó una pequeña risita después de su comentario.

"Yo también" eso fue lo que quise decir; sin embargo, las palabras no salían de mi garganta. No podía. Me sentía impotente al no poder decirle las cosas como eran, al no tener el valor que él tenía cada vez que se atrevía a decirnos cuanto nos amaba.

–J-Jinguji...yo...

– ¿Sí...?

–Yo...yo te a... –fui interrumpido por la puerta siendo abierta.

– ¿Ya están listos? –preguntó con una sonrisa Takumi–. ¿Papi? ¿Mami? ¿Qué pasa?

Ahhh...estuve tan cerca de confesarme. Dios, que vergüenza.

–Nada hijo. ¿Ya llegó el taxi? –Ren le preguntó mientras se iba poniendo de pie. Takumi asintió con la cabeza–. Bien. ¿Terminaste de empacar? –Takumi nuevamente afirmó con la cabeza–. Entonces, vamos, Masato.

Extendió su mano a mí para poder ayudarme a colocar de pie, yo simplemente acepté. Jinguji fue el que cargó mi maleta hasta la entrada de la habitación como si fuera muy "caballeroso".

– ¿Llevas todo, Takumi? –pregunté preocupado–. ¿Cepillo de dientes? ¿Pasta dental? ¿Juguetes? ¿Ropa?

– ¡Mami! –me reprendió por mis preguntas.

–Estoy seguro de que no olvidamos nada. Deberías tranquilizarte un rato, Masato –expresó algo divertido mi alfa. Tal vez por mi actitud.

–Lo siento. Estoy un poco nervioso, eso es todo.

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Las maletas se encontraban dentro del vehículo que nos llevaría a la estación del tren. Todo ya estaba listo, lo bueno es que habíamos pagado nuestra instancia en el hotel, por lo que no tendríamos ningún problema en adelante.

Apenas nos sentamos, Ren me tomó de la mano, entrelazándolas al mismo instante.

– ¿Q-Qué haces? –susurré para que Takumi no escuchara, pues estaba a un lado de Jinguji mientras observaba lo que había detrás de la ventana izquierda.

Falacia de amor [RenMasa]Where stories live. Discover now