Falacia de amor [RenMasa]

Capítulo LXIII: "Te amaré por siempre"

Capítulo LXIII: "Te amaré por siempre"

Antes de hablar, me le quedé viendo totalmente embobado por la belleza de mi amado omega. Sin duda alguna, el más hermoso para mí.

–Ren, deja de verme –comentó mientras me brindaba una ligera, pero linda, risita.

–Masato –lo llamé con cariño–. Desde que éramos unos niños, supe que finalmente había encontrado lo que por tanto tiempo estuve buscando...a ti, mi amor –me acerqué para poder limpiar unas finas lágrimas que se deslizaban por sus mejillas enrojecidas–. El destino quiso que dos niños que se habían enamorado inesperadamente, volvieran a reencontrarse. Lo supe cuando nos vimos en la escuela Soatome, aunque no estábamos en los mejores términos, conseguimos entablar una amistad. Pero, nuevamente aquellas emociones que sentí de niño, regresaron más fuertes que nunca, y no sabes cuánto me encantaba saber que tú eras mi destinado...pero, si no lo hubieras sido, me importaría muy poco porque de todas formas te amaría. Incluso puedo decir que fue ese amor que te tengo lo que logró cambiar al alfa que era un patán, un desconsiderado, y al que no le preocupaba lastimar a los demás. Me enseñaste a amar, a luchar por lo que me importa, a ver las cosas de diferente manera. Eres tan increíble, Masato, que no dejaré de reafirmarme a mí mismo que he tomado la mejor decisión de escogerte como mi compañero de toda la vida. No importa cuánto es el tiempo que nos tomó afrontar todas y cada una de las dificultades que nos pusieron, eso solamente nos dio fuerza para continuar con este amor que sentimos, así como también a tener la familia que hemos estado forjando juntos. Los amo, Masa, de eso no tengas duda, mi amor.

Le sonreí, no solo porque estaba feliz de ver en sus ojos el amor que me tiene, sino que todo lo que dije...salió de mi corazón.

–Ren... –lo oí suspirar–. Yo también encontré la parte que le hacía falta a mi vida, esa pieza eres tú, Ren. Sé que nuestra relación no comenzó de la manera que queríamos, pero que ahora estemos aquí juntos, uniéndonos en matrimonio, me hace tan feliz que todo esto parece un sueño. Y del cual no quisiera despertar –entrelazó nuestras manos, en un gesto de genuino amor–. Tú eres la persona que amo; él que me enseñó lo que es el verdadero amor; él que me hizo pasar momentos de angustia, desesperación, felicidad, tristeza, entre muchas más emociones que jamás creí sentir por alguien. Demostraste un sinfín de veces lo que significamos en tú vida Takumi y yo que no dudaría de ti sí me dijeras que eres capaz de bajar todas las estrellas por nosotros. Me acostumbré tanto a ti que...simplemente no podría vivir una vida si no estás a mi lado, Ren. Ambos tuvimos pasados difíciles que trataron de separarnos de ser felices con nuestro hijo, pero finalmente logramos llegar a ser una familia nuevamente.

Sus ojos brillaban tan hermosamente que no podía apartar la mirada de ellos. De verdad, quiero besarlo ahora mismo.

–Te amo tanto, mi alfa que jamás volveré a dudar de este amor que siento por ti, Ren, porque estoy dispuesto a dedicarles mi vida entera a nuestro hijo y a ti –terminó sonrojándose ante sus últimas palabras.

Le sonreí–. Estoy seguro de que a Takumi le gustaría eso jejeje~.

–Sí –soltó una risita.

Luego de que terminamos con los votos, proseguimos con los anillos. Cabe decir que ni Masa ni yo sabemos cómo eran, según mi suegrito nos los regalaría para demostrar que ya aceptó nuestra relación.

Aunque...Masato todavía no lo sabe.

Pronto, vimos como Takumi se nos acercó con una pequeña almohada de color azul con detalles plateados en manos, traían encima nuestros anillos. Apenas los miramos, supimos que eran perfectos. Vaya, mi suegrito no tiene mal gusto.

Acaricié la cabeza de mi hijo antes de agarrar el anillo que le correspondía a mi amado, mi pequeño soltó una pequeña risa acompañada de una gran sonrisa. Eso sin duda alguna, me hace tan feliz. Después, fui agarrando con suavidad su mano izquierda, y la acerqué a mí.

–Yo, Jinguji Ren, te tomo a ti, Hijirikawa Masato, como mi esposo. Prometo amarte, respetarte y cuidarte, en lo próspero y en lo adverso, en la salud y en la enfermedad por todos y cada uno de los días de mi vida –hablé mientras le ponía aquel hermoso anillo.

Masato repitió la acción, pero siempre conservando una hermosa sonrisa en su rostro.

–Yo, Hijirikawa Masato, te tomo a ti, Jinguji Ren, como mi esposo. Prometo amarte, respetarte y cuidarte, en lo próspera y en los adverso, en la salud y en la enfermedad por todos los días de mi vida –dijo con suavidad mientras colocaba el anillo en mi dedo anular–. Te amo –murmuró en voz baja.

Reí–. Yo también.

–Sí no hay nadie que se oponga a la unión de ésta pareja, yo los declaro oficialmente esposos –nos sonrió a ambos. Luego, volteó a verme–. Puedes besar al novio.

Nuestras miradas enseguida se cruzaron, cómo se tratase de la primera vez que nos veíamos, fue tan mágico. Pero, incluso después de la ceremonia, todavía continuaba nervioso. Valía totalmente la pena.

– ¿Nervioso, Ren? –me burló. ¡Qué lindo!

–Obviamente. ¿Tú no?

–Sí, y bastante.

–Te amo, Masa –le dediqué una cálida sonrisa, de esas que eran sólo para él.

–Yo... ¡mm!

No le di ni tiempo para hablar. Simplemente no podía a esperar para besarlo. Quería sentir sus suaves y dulces labios, aquellos que besé muchas veces. Y de los que jamás me cansaré.

Los aplausos y los gritos no se hicieron esperar. Así que rodeé la cintura delgada de Masa para poder pegarlo más a mí. Me encanta. No obstante, el aire comenzaba a hacernos falta, no tuvimos de otra más que separarnos de aquel increíble beso.

–R-Ren –suspiró–. Tonto, déjame terminar de hablar.

–Pero, enserio, quería besarte –hice un puchero.

–Tenemos mucho tiempo para eso ahora que estamos casado, mi tonto alfa –juntó nuestras frentes con amor.

–Lo sé, mi amor.

¡HE RENACIDO!  XD

¡Perdón por haber desaparecido durante mucho tiempo, estuve tan ocupada que se me pasó el tiempo.

¡Pero finalmente logré terminar otro capítulo jajaja~!

Nos vemos hasta la siguiente semana, amigos y amigas. Volveré a retomar la publicación de la historia.

¡Bye bye~!