Falacia de amor [RenMasa]

Capítulo IV: "Amigos y ya"

Capítulo IV: "Amigos y ya"

Después de esa pequeña plática que había tenido con Van, era momento de ir a grabar ese acontecimiento.

– ¡Acción!

Solamente veía en sus ojos temor por lo que tenía que hacer, mi equipo consistía de cuatro hombres, los cuales me habían acompañado para poder "callarle la boca" a aquel traidor; lo agarraban de los brazos para evitar que escapara, por lo que yo debía de hacer el trabajo sucio. El arma que traía en mis manos apuntaba directamente hacia a él, su voz suplicaba que lo dejara ir y que ya no seguiría pasando información pero no debía correr el riesgo o, más bien, cometer otro error como este.

–Tápenle la boca, ya me cansé de escuchar sus palabras sin valor alguno.

Acataron mi orden, pues aquel traidor ahora se encontraba con cinta en aquella boca habladora.

–Espero que tus compañeros se enteren de las consecuencias de tus acciones, supongo que, después de esto, habrán comprendido que no se deben de meter con el líder Nakahara.

Solamente se escuchó el sonido del arma dispararle, su cuerpo se encontraba inmóvil y la sangre corría por el suelo. Guardé el artefacto dentro de mi saco, no sin antes sacar un pañuelo para limpiarme el rostro, pues un poco de aquel líquido rojizo había salpicado en mi rostro.

–Ya saben qué hacer, recuerden borrar todo tipo de evidencia.

Después de limpiar, comenzamos a subirnos dentro del coche. Conforme avanzaba, escuché un sonido extraño, como si se tratara de un reloj. Esperen, ¿reloj? ¡Oh no!

– ¡Bajen del auto inmediatamente!

Mis compañeros abrieron las puertas y saltaron lejos, intenté hacer lo mismo; sin embargo, mi pie se había quedado atascado en el asiento contrario.

–"¡Maldición, esto no estaba en el guión!" –pensé.

Golpeé con todas mis fuerzas el asiento, pero el poste se encontraba demasiado cerca y la condenada bomba no ayudaba en anda. Comencé a jalar mi pie, me dolía, pero tenía que salir. Lo hacía lo más rápido que podía. Después de muchos intentos, pude liberarme y abrir la puerta. Salté, y mi cuerpo comenzó a rodar hasta quedar completamente quieto luego de unos cuantos giros.

Vi ante mis ojos como el coche chocaba contra aquel palo de metal y estallaba. El fuego fue invadiendo completamente el objeto, el cual, ahora se hallaba siendo consumido por las llamas.

– ¡Corte!... ¡Esa fue sin duda la mejor escena!

El director se fue acercando hacia mí, simplemente toqué mi tobillo, me dolía mucho, y creo que por el esfuerzo acabe cortándome con algo, porque ahora estaba sangrando.

– ¡Demonios! ¡Duele!

Todos los que estaban presentes se me acercaron rápidamente al darse cuenta que no me levantaba a pesar de que la escena ya había terminado.

– ¡Ma-chan!

Ese alfa se acercó, y apenas llegó, tocó mi tobillo. Esa acción causó que me doliera un poco la zona en la que él tocaba, pero hacia presión para evitar que continuara el sangrado.

– ¡Director, traiga un médico rápido! ¡El tobillo de Ma-chan está sangrando!

No pude decir nada, pues en los ojos de él podía ver la preocupación por la situación. Van me terminó cargando hasta llevarme con Taiki y el médico. Me dio un poco de vergüenza porque me cargaba como una princesa pero, apenas llegamos, me sentó en una silla e inmediatamente el doctor comenzó a revisar la herida, no tardó mucho en vendármelo, y en darme las indicaciones.