Capítulo LVII: "Lo haré porque te amo"

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Capítulo LVII: “Lo haré porque te amo”

Las cosas se fueron poniendo más y más desesperantes para ambos. Jinguji fue desabrochando botón por botón la camisa de su ahora prometido. Su blanca piel se fue desprendiendo de la prenda de vestir gracias al trabajo de este.

El alfa no pudo evitar tragar duro, ya que la imagen que tenía al frente suyo lo dejaba con ganas de marcar cada centímetro de su cuerpo. Y no se quedó con las ganas. Su lengua paseaba desde el cuello hasta el abdomen del peli-azul, mordiendo y chupando las áreas en donde más se verían.

–Ren~ –gimió su nombre.

–“Su voz se escucha tan provocativa” –pensó el oji-celeste.

Pocos fueron los minutos en los que aun conservaban la ropa. La esencia a vainilla comenzaba a emanar con más abundancia, llegando incluso a estar por toda la habitación.

–Qué delicia, Masa –jadeó con su voz ronca. Se acercó y besó a su pareja.

–Mmm… –dos de sus dedos fueron bajando hasta llegar a la entrada del menor. Este, al sentir aquellos dígitos rozarle, su corazón empezó a latir con rapidez–. ¡Ah!

Los fue metiendo lentamente, pendiente de las expresiones de su amante.

–D-Duele, Ren –se quejó, sus ojos ya estaban cerrados con fuerza.

–Perdón, mi amor. Aguanta solo un poco más, no quiero lastimarte –besó su mejilla con afecto–. Aunque…ya estás todo mojado aquí.

Movió sus dedos fuertemente. No dudó en comenzar a introducirlos para simular pequeñas penetraciones. Las cosas entre ambos ya se encontraban candentes.

–E-Es…tú culpa… –lo miró. Sus ojos se hallaban cristalizados por la lujuria.

–Sí, es culpa mía por estar perdidamente enamorado de ti.

Aquellas palabras dejaron a Masato sin aliento y con el corazón latiendo a mil. No pudo evitar rodear el cuello del alfa con sus brazos para tenerlo más cerca. Los dedos del oji-celeste dejaron de moverse, permaneciendo quietos en el interior del menor.

–¿No es un poco tarde para ser romántico? –dijo con ironía y aun en busca de más contacto con su alfa.

–Nunca es tarde para serlo, cariño.
Sus labios se unieron nuevamente. Hijirikawa se dedicó a saborear la boca de su prometido, ya que sabían perfectamente que tenían todo lo que les quedaba de vida para amarse. Y aquello, era algo que no dudarían en hacer.

–¿Ya vas a meterlo? –preguntó el omega con sus ojos brillosos.

–Sí lo pides así no voy a poder negarme.

–Hazlo, Ren –pidió con ternura reflejada en su rostro.

–Ah, Masa, acabo de darme cuenta de algo.

–¿Mm? ¿Qué cosa?

–No traje condón.

–¡¿EH?!

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–¡Ah! ¡Ah! ¡Más fuerte, Ren! –gimió el omega.

–Llevamos…ah…un tiempo sin hacerlo, por eso estás tan apretado.

Una estocada no se hizo esperar, dando en el punto en donde más placer le brindaba. Un escalofrío recorrió todo su cuerpo cuando el oji-celeste besó su cuello.

Masato estaba recostado sobre el sillón, con Jinguji entre sus piernas. Sus ropas regadas por toda la habitación. Ellos hechos un desastre, su cabello desmarañado, sudorosos por la acción, jadeando y gimiendo lo que sea que pasara por su cabeza. Sí, todo un show en aquel lugar.

Falacia de amor [RenMasa]Where stories live. Discover now