Capítulo XLII: "Nuevo hogar, nuevas sorpresas"

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Capítulo XLII: "Nuevo hogar, nuevas sorpresas"

Todavía no salía del shock de ver frente a mí una casa de dos pisos, demasiado grande. Hasta podría hacerse pasar como una escuela.

–Jinguji, ¿en...dónde estamos? –logré hablar con preocupación.

Mi alfa me miraba fijamente al rostro sin decir nada aún. ¿Qué con todo este misterio?

–Jinguji –hablé ya molesto–. ¿A dónde nos trajiste?

–Ah...sería mejor si entráramos.

Eso fue lo único que se atrevió a decir antes de bajarse del taxi. Sin embargo, yo continuaba sentado aun con mi hijo durmiendo en mi regazo. ¿Qué hago? Podría decirle al taxista que arranque y que nos lleve de regreso a la estación o...simplemente confiar en él.

Supongo que la primera opción es más factible, pero...me voy a arriesgar y confiaré en el alfa que me marcó como suyo. Solté su profundo suspiro para después bajar la mirada y ver a mi pequeño dormir.

–Hey~ ¿vas a quedarte todo el día sentado ahí o vas a bajar? –gritó mientras bajaba las maletas.

– ¡Cállate! –repliqué. Fui acercando mi mano hasta la mejilla de mi hijo, y la acaricié lentamente para poder despertarlo–. Takumi, hijo, despierta... –susurré suavemente.

–Mmm...ahh~ –soltó un pequeño bostezo mientras poco a poco abría sus ojos azules. Qué lindo–. ¿Ya llegamos, mami? –dijo cuando terminó de estirarse.

–Sí, cariño.

– ¿Eh? ¿Y papi? –preguntó desesperado. Empezó a voltear a ver a diferentes lados para intentar encontrar a su padre.

–Tranquilo, sólo fue a bajar nuestras maletas. Vamos que nos está esperando.

Me dedicó una gran sonrisa, y empezamos a bajarnos ya luego de haberle pagado al señor que nos trajo aquí. Nuestras cosas ya estaban afuera, pero algo me enojó. Sí, Jinguji continuaba mandándole mensajes a alguien.

– ¿Sigues hablando con "no es nadie", Jinguji? –ya estaba cansado de escuchar falsedades. Él se había asombrado al verme tan molesto que inmediatamente escondió su celular en su bolsillo derecho del pantalón–. Tsk...sabía que no debí creerte cuando dijiste que confiabas en mí...

Estaba realmente enojado.

Agarré la mano de Takumi y empecé a caminar lejos de él junto con nuestras cosas. No sé como pero volvería a Kyoto. Sin embargo, pensé que Jinguji no iba a seguirme, así como la vez en la que decidí irme del Master Course, aunque...me equivoqué pues mi cintura fue aprisionada por sus brazos, deteniéndome al instante.

Sentía su respiración chocar contra mi oreja y su fuerte olor a chocolate invadir mis fosas nasales. No lo negaré, se sentía muy bien el ser abrazado con tanta necesidad.

–No se vayan –rogó con la voz temblorosa.

–Sabes perfectamente que odio que me mientan –le reproché.

–Lo sé...pero jamás te mentiría si no fuera por una buena causa.

– ¿Cuál es esa causa que dices? –pregunté mientras deshacía el abrazo para verlo frente a frente.

–Ven, entremos.

Entrelazó nuestras manos, aprovechando que con la izquierda estaba sosteniendo la pequeña mano de mi hijo. Mi corazón latía con rapidez ante su gesto, y mi rostro se iba sintiendo cada vez más caliente.

Dios, siento que podría morir en cualquier momento.

Nuevamente caminamos; sin embargo, esta ocasión fue hacia la puerta de aquella casa. Solté un pequeño suspiro mientras Ren abría la puerta. No entiendo cómo es que lo hizo con tanta facilidad ya que estaba cargando nuestras cosas.

Pronto, vi como abría la puerta.

– ¡BIENVENIDOS A CASA~!

Ese grito hizo que me detuviera antes de dar un paso a dentro de aquel lugar. Alcé la cabeza, y vi a todos mis amigos frente a nosotros.

Asombro era muy poco para describir como me sentía en ese preciso momento. Esto nunca me lo esperaba.

– ¿C-Cómo...? –ni siquiera pude terminar de hablar por el nudo que sentía en la garganta.

–Yo les dije –oí la voz de mi alfa–. Con ellos estaba hablando por el celular, no con una mujer.

–Y-Yo...

Unas cuantas lágrimas se colaron en mis ojos sin que pudiera evitarlo.

Tantas cosas que sufrí; tantas cosas que me hicieron feliz pero a la vez triste. Todos y cada uno de esos momentos forman parte de mi vida. Ahora me doy cuenta de cuanto me alegra mucho saber que conocí a personas como ellos.

Takumi no había esperado más para soltarme y correr con los demás. Podía ver cuán feliz estaba por esto, al igual que yo.

–Debiste...sniff...haberme dicho...acerca de esto... –dije mientras abrazaba a mi alfa, aproveché para para esconder mi rostro en su pecho y para poder tranquilizar el llanto que se había presentado.

–Lo siento –besó mi cabeza con cariño–. Pero los chicos querían que fuera una sorpresa para ambos, principalmente para nuestro hijo.

–Y lo fue, idiota –ambos volteamos a ver a Takumi, quien abrazaba a los demás con una gran sonrisa adornando su adorable rostro.

–Te amo, Masato... –escuché que repentinamente Jinguji dijo esas palabras que, sin duda, aceleraron a mi corazón.

Simplemente lo abracé con más fuerza. "Yo también", eso fue lo que pensé, aunque todavía no tengo el valor suficiente para decírselo.

Sin duda, una verdadera sorpresa para nosotros.

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Poco a poco fuimos acomodando nuestras cosas en nuestras respectivas habitaciones. Takumi tenía su propio cuarto junto a la mía y de Ren, sí, el muy idiota fue el que nos acomodó en la parte de arriba.

–Entonces, ¿empezaron a vivir aquí? –le pregunté a mi alfa, quien guardaba nuestra ropa en los cajones del ropero de la habitación mientras que yo la doblaba.

–Sí –me respondió–. Saotome nos ayudó a conseguirla a un precio bastante razonable.

–Oh...ya veo. Pero, ¿por qué decidieron dejar de vivir en el Master Course?

–Es que... –y, antes de que terminara de contestarme, el llanto de alguien resonó por toda la residencia causando que me pusiera de pie rápidamente–. ¡Espera, Masato!

Escuché a Ren gritar cuando había salido del cuarto; sin embargo, decidí ignorar sus palabras. Bajé rápido de las escaleras, pero tratando de no caerme y lastimarme. Apenas llegué en la parte de abajo, empecé a caminar por los pasillos tratando de buscar que o quien produjo ese ruido.

Tardé tan solo unos pocos minutos en encontrar el lugar, el cual provenía de la cocina. Solté un pequeño suspiro una vez que estaba frente a la puerta que, con solo empujarla, podías entrar sin dificultad.

Y lo hice.

– ¿Qué...?    

¡Lamento publicar tan tarde! Es que he tenido poco tiempo para poder avanzar en la historia. Pero, ya lo estaré haciendo.

¿Qué tal les pareció el capítulo de hoy? ¿Qué se imaginan qué es?

Gracias por todo su apoyo que han brindado en esta historia, es algo que realmente aprecio mucho.

Bueno, nos vemos la siguiente semana.

¡Bye bye~!

Falacia de amor [RenMasa]Where stories live. Discover now