Capítulo XLVI: "Nuevo proyecto"

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Capítulo XLVI: "Nuevo proyecto"

Podía sentir como su miembro se iba frotando en mi trasero a pesar de que traíamos puesto la ropa. Aunque yo solo tenía mi bóxer. Sus manos ya se encontraban estimulando mis tetillas, y fingía ligeras penetraciones conforme la calentura iba aumentando. Es casi como si lo estuviéramos haciendo.

–Jinguji, ya no más...ah...tenemos que cumplir con nuestras responsabilidades –traté de razonar con mi alfa, pero simplemente se negaba–. El presidente me citó, puede ser importante...

–No me importa –contestó de inmediato–. Sólo quiero disfrutar de un rato con el amor de mi vida~.

– ¡Mm...! –Ni siquiera me había dado tiempo de contestarle pues estaba iniciando un beso. Hizo que volteara la cabeza hacia él para poder realizar aquel gesto. Esto...se siente muy bien.

¿Cómo es que con sólo unas palabras logra hacer que mi corazón se derrita?

–Ah...Jinguji...

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Iba caminando por los pasillos del gran edificio por el que ahora deambulaba, bueno al menos subí hasta el elevador pues me sentía muy agitado. Apreté el botón con el número del piso más alto de aquel lugar. Extrañamente no había mucha gente en el ascensor.

Al cabo de unos muy cortos minutos, salí. Y, aun con los nervios apoderándose de mi cuerpo, entré por la puerta.

–Llega quince minutos de retraso, mister Hijirikawa –escuché la voz de presidente, apenas di un paso a su oficina. Sólo podía ver la parte de atrás de su silla.

–Tuve que resolver un problema antes. Lamento mi impuntualidad, presidente –hice una reverencia como disculpa.

¡Maldito Jinguji! ¡Esta si me las va a pagar!

–Jinguji...basta... –traté de negarme.

–Tranquilo, cariño~. No creo que el presidente se enoje por unos cuantos minutos de retraso.

–P-Pero... –sentí su mano apretar mi miembro ya que la había metido en mi ropa hasta llegar a aquel lugar– ¡Ahh~!

–Después de todo, no es tan mala la razón por la que vas a llegar tarde –susurró en mi oreja.

–N-No puedo decirle al presidente... –me quejé en medio de unos besos que nos dábamos.

– ¿Por qué?

– ¿Quién sería capaz de decirle a su jefe...ah...que llegaste tarde por culpa del calenturiento de tu alfa? –dije con sarcasmo.

–Yo diría que por mi lindo omega... –mordió el lóbulo de mi oreja con descaro.

–Idiota...ya basta...no sigas...

Por más que se lo pedí, no se detuvo hasta que los dos nos corrimos. Y por culpa de su calentura llegué muy apurado hasta aquí.

–Lo dejaré pasar solo por esta ocasión, mister Hijirikawa –dijo.

–Gracias, le prometo que no volverá a suceder –suspiré ya que me sentí un poco más calmado–. Ah, por cierto, ¿por qué me mandó a llamar, presidente?

Durante todo el corto tiempo en el que estuvimos hablando se mantuvo serio, cosa que era muy extraña viniendo del director.

–Me enteré por tus amigos que decidiste volver.

–Ah...sí, apenas ayer llegamos –respondí algo nervioso–. Y, acerca de mi carrera como idol, quería preguntarle si yo...

–Por eso te pedí que vinieras –me interrumpió.

Falacia de amor [RenMasa]Where stories live. Discover now