Falacia de amor [RenMasa]

Capítulo XXXVIII: "No los volveré a dejar ir"

Capítulo XXXVIII: "No los volveré a dejar ir"

–Siempre fuiste muy lindo, Masato.

–Por favor, cállate –supliqué totalmente avergonzado por las palabras de Ren.

–A partir de ahora, demostraré que quiero que tú y mi hijo estén conmigo, en cada segundo de mi vida. Es una promesa.

– ¿Eh? Y-Yo...

Veía como Jinguji se ponía de rodillas mientras agarraba mi mano izquierda.

– ¿Q-Qué haces? –depositó un pequeño beso en la mano que sostenía, causando que me avergonzara casi inmediatamente.

–Algo que debí haber hecho desde hace mucho tiempo atrás. Se fue arrodillando frente a mí.

–Mi Masato...–habló dulcemente–. No sabes lo feliz que me has hecho al defender el amor que tienes presente. Por eso, ¿quieres hacerme el hombre más afortunado aceptando ser mi bello príncipe por lo que queda de nuestras vidas...mi amor~♥?

Mi visión se fue tornando borrosa debido a las lágrimas acumuladas en mis ojos y un nudo se formó en mi garganta evitando que pudiese decir algo. Así que lo único que se me ocurrió, fue te asentir repetidas veces con la cabeza.

–Perdón si no tengo un anillo, pero te prometo que más adelante te lo compraré y podremos hacerlo oficialmente –me dijo.

–E-Eso no importa, sólo abrázame.

Mi alfa sonrió ante mis palabras. Luego se puso de pie para poder abrazarme, nuestros olores se mezclaban al darnos cuenta de que nuestros cuerpos encajaban perfectamente, como si fueran hechos el uno para el otro.

Extrañaba mucho el calor que me brindaba su cuerpo, me hacía sentir muy cómodo y protegido. Por eso, cerré los ojos para dejarme llevar por aquella dulce sensación.

No sé por cuanto tiempo exactamente estuvimos abrazados, pero realmente no me importaba mientras pudiera demostrarle lo mucho que necesitaba este gesto.

–Todavía no me has dado tu respuesta~ –habló juguetonamente.

– ¡Por supuesto que sí, idiota! –expresé con un sonrojo.

–Hey~ no deberías de insultar a tu futuro esposo.

– ¿Por qué no? –pregunté mientras veía en los ojos de mi alfa un brillo de puro amor–. Entonces, ¿cómo se supone que deba tratarte?

–Mm...con amor. Que me despiertes por las mañanas con un beso de buenos días; que me des muchos abrazos y si quieres...llegar a algo más que unas caricias~.

–I-Idiota. Mejor hablémoslo en nuestra casa.

–Nuestra...–repitió en un susurro–. Se escucha muy bonito cuando lo dices tú.

–No digas cosas vergonzosas, mucho menos con mi padre presente.

–Es cierto –vi cómo se alejaba para quedar justamente enfrente de mi padre.

–Jinguji, ¿qué haces? –pregunté con cierto temor.

–Masaomi –dijo directamente el nombre de él. Oh, no. No debió hacerlo.

–No porque estés "comprometido" con mi hijo te da el derecho a llamarme como a ti te plazca –contestó de mala gana.

–Lo siento, lo siento~ –se disculpó–. Solamente le iba a preguntar... ¿si ya ha aceptado nuestra relación? –preguntó repentinamente serio.

–Aun no –contestó–. Yo sabré cuando será el momento correcto de aceptarlo.

– ¿Y eso que significa? –expresó con cierta molestia.