Querida Kagome 9

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-Sesshomaru... Sesshomaru Taisho- dice mientras da vueltas por su habitación buscando algún bonito conjunto, no sabía por que, pero, estaba sumamente feliz.

Taisho sonrió al verla por la ventana, parecía estar flotando, ¿Habrá sido él el causante de tanta felicidad? Sonrió más al pensar en ésa posibilidad.

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Inuyasha camina de un lado a otro de su habitación, ayer, al ver a Kikyo... Su corazón dio un vuelco, ella se había quedado, lo cuidó, ella lo amaba... y se casarían en cuatro días. ¿Qué había con Kagome entonces?

Escuchó su voz por el pasillo, cantaba. No cantaba bien, no era una princesa con voz de ruiseñor, pero eso no era lo que importaba. El que ella estabiera cantando por los pasillos le hacía pensar que estaba contenta. Le pareció extraño que no fuera a buscarlo y más aún, verla llegar en la tarde con Sesshomaru. ¡Con Sesshomaru!
Por todos los Bills, Kagome llegó en la tarde acompañada de Sesshomaru.

Ahora escucha los pasos de su hermano, debía ser él porque nadie caminaba con esos pasos firmes y constantes. Aveces le irritaba el que Sesshomaru fuera tan perfecto y estirado, sería mejor que hiciera cosas alocadas de vez en cuando.

-Buenos días Sesshomaru- se escuchó la voz de Kagome. Inuyasha pegó su oreja a la puerta para escuchar.

-Buenos días señorita Kagome- contestó en su aburrido tono frío.

-¿Vas a la empresa?

-Hmp

Hubo un largo silencio, estaba por quitarse de la puerta pero hubo más voces.

-¿Qué haces en la empresa todo el día?- preguntó Higurashi.

-Podrías venir conmigo y averiguarlo- contestó frugal.

Inuyasha casi sufre un infarto ante semejante propuesta. ¿Qué pasaba con su hermano?

-Sí

Se escucharon los pasos alejarse. ¿Se había perdido de algo?, ¿Por qué tan de repente esos dos andaban tan juntos?

No le gustó para nada lo que estaba ocurriendo. Algo había allí.

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La matriarca Taisho estaba dentro del coche que los llevaría a la empresa, esperaba por Sesshomaru. Lo divisó pero...

-¿Ves lo mismo que yo?- le pregunta Irazue al chófer, por más que quisiera creerlo, no podía.

-Sí señora...- contesta Higurashi espantado, eso era increible, inverosímil.

-¿Entonces no estoy alusinando?- vuelve a preguntar.

Su hijo le abría la puerta del coche a Kagome, ¡Kagome!
Si fuera Inuyasha lo entendería pero... era SESSHOMARU

-No señora, a menos que ambos alusinemos lo mismo- dijo el empleado.

Kagome subió al coche. Irazue juraría haber visto una sonrisa en su rostro, una que jamás le vio antes.

Sin darse cuenta tenía la boca abierta. El auto gris salió de la mansión.

-Señora- llama Higurashi.

-Hoy no iré a la empresa- sonrió la mujer -Llévame con Toga- baja la mirada, observa sus manos -Siempre lo sospeché pero... creí que era mi imaginación...

-A la orden- puso el motor en marcha.

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Kagome sacaba la cabeza por la ventana, el viento jugaba con sus negros cabellos, sonreía viendo la ciudad, New York era hermosa. Sesshomaru voltea a verle, ¿Cómo pudo pensar que su alegría era molesta?

Llegaron al edificio, la gran empresa de telecomunicaciones Taisho se erguia frente a ella. Entró a su lado, sólo faltaba tomarle de la mano pero eso jamás lo haría, nunca tomaría su mano. Éso pensaba mientras cruzaban el vestíbulo. Las cabezas giraban a su paso. Ella estaba cohibida, todos les miraban con asombro. ¿Acaso Sesshomaru nunca había llegado con una mujer aparte de su madre?

-Vamos- anuncia él. El ascensor se abría frente a ellos. Entraron, pulsó el botón.

La oficina de Sesshomaru era enorme, pintada de blanco inmaculado con tonos ocre, los muebles eran de madera oscura, los cuadros mostraban paisajes hermosos, las fotografías eran de su familia, no había de ninguna mujer, nada.

Él tomó asiento tras el enorme escritorio, le pidió que se acomodara. Comenzó a revisar papeles, ella camina viendo el paisaje en esos ventanales enormes. Taisho estaba concentrado, pudo estudiar sus facciones. Era tan atractivo pero... no era lo que le hacía especial, eran esos ojos que ahora miraban aquellos papeles, Kagome quería que la vieran a ella, para perderse en ése cielo de oro, se estaba volviendo adicta a esos ojos, fue hasta su boca, cerrada en una expresión neutra, se le antojó que la volviera a besar.

Se sentó frente al escritorio, revisó algunos papeles, había estudiado algo sobre balances en sus años de estudiante.

-¿Te ayudo?- preguntó.

-¿Le entiendes?

-Sí- sonrió.

-Adelante- permitió. De todas formas, si lo arruinaba él lo podía arreglar.

Al ver de reojo el trabajo de la chica parecía ir bien, sonrió al ver su esfuerzo, sabía que odiaba las matemáticas.

Llamaron por el teléfono, era su secretaria, dijo que debía ir a Filadelfia para una reunión de banqueros donde estaría Shikon. Agradeció el recordatorio, exhala cansado, a penas y le daba tiempo de llegar, deberían usar el helicóptero, porque ella iría con él.

-Debo tomar el helicóptero- anuncia poniéndose de pie.

Ella hizo igual. Fueron al techo donde el transporte esperaba. Las hélices soplaban agitando el viento. Kagome paró de caminar con su mano trataba de contener el cabello que se le movía por el viento. Taisho volteó para verla.

-¿No vienes?- le extiende su mano.

-¿Yo?- se sonroja.

Él sonríe, asiente. Ella acerca la mano, coloca su palma el la de Sesshomaru. La guía hasta el helicóptero, se acomodan y despegan. Lo extraño es que... el vuelve a sostener su mano. El corazón se le acelera, pareciera que saldría de su pecho en cualquier segundo, suspiró. Sabía que debía ver a otro lado para disimular pero no podía, simplemente sus ojos se negaban a apartarse de él. Taisho notó que era observado, se acercó al rostro de la chica.

-Kagome- acarició su mejilla -¿Puedo?- desliza su dedo pulgar por su tentador labio.

-Ajá- estaba tan perdida que a duras penas articulaba.

Sesshomaru le puso fin a esos centímetros que los separaban, le besó de nuevo, entonces probó algo nuevo, la flor abrió sus pétalos y correspondió a la caricia en su boca. Tan suave, tan sub real, como música de amor.

Continuará...

Perdonen la tardanza, pero aquí está el segundo capítulo del día.

Espero les gustara ^-^

Intentaré estar puntual mañana con uno nuevo.

Me despido, bye ♡

Libro De One-shots  (Sesshome Y Otras Parejas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora