Libro De One-shots (Sesshome Y Otras Parejas)

Donde menos lo pensé 6 2/2

-Debo irme de aquí- anunció Kikyo -Acababa de estar con él cuando te encontré, me he dado cuenta que le amo y no puedo ser la otra- negó sollozando -Sé que tarde o temprano se cansará de mi y me botara, se casará con una mujer a su altura y deberé recoger los pedazos de mí misma...- limpió sus lágrimas -Debo marcharme antes que ya no tenga remedio...

-Pero... ¿Y mamá?

-Le enviaré una carta cuando esté tan lejos que no pueda ir tras de mí- miró a su hermana menor -Luego de instalarme enviaré por ella y por ti

-No- niega la oji azul -Iré contigo...

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Día siguiente

Sesshomaru camina de un lado a otro de su estudio, mira la hora en su reloj, lo guarda en el bolsillo y continúa caminando. Pasa su mano por el cabello que ya no estaba tan bien peinado, jala su chaleco y limpia una pelusa inexistente, nunca se sintió tan nervioso, ahora que sabía lo que sentía por ella las cosas perdieron sentido, cuando llegara para sus lecciones averiguaria los sentimientos de la muchacha y de allí en adelante procedería. Revisa la hora de nuevo en el reloj, ya era tarde, ella nunca se retrasaba ¿Por qué no llegaba?

Llamaron a la puerta.

-Adelante- le salió con una ansiedad sobrenatural. Carraspeo tratando de tranquilizarse.

Entró una mujer, pero no era Kagome, no era su flor silvestre, era...

-¿Señorita Bennett?- pregunta confundido e irritado. ¿Qué hacía allí? ¡Cómo detestaba la presencia de ésa mujer!

-Me encontré con el mayordomo en el pasillo, me ofrecí a ayudarle- alzó la bandeja en sus manos -Es un señor muy anciano, quería ayudar... ¿Podríamos tomar el té los dos juntos?- dijo coqueta.

La garganta de Taisho se secó, ¿Cómo se atrevía ella a tratar de compararse con Kagome? ¿Cómo pensaba al menos se sentaría a leer como lo hacía con la muchacha?

Cerró los puños irritado, Sara le estaba cansando.

El caballero pasó de largo hacia la salida dejándola sin respuesta, estaba harto de ser educado con ella, parece que eso sólo la confundía, y no pensaba aguantar sus insinuaciones. Preguntó a Naomi, quien en ése instante limpiaba el salón recibidor, sobre el paradero de su hija menor.

-Ella y Kikyo fueron al pueblo en la mañana su señoría, no han vuelto, la verdad me preocupa que tarden tanto pero...- no terminó porque el lord ya se había ido.

Midoriko bajaba los escalones junto a la nana de Rin cuando lo vieron salir disparado hacia las caballerizas.

-¿Qué le sucede?- pregunta entre dientes.

Inuyasha despertaba muy feliz, palmeo a su lado, claramente ella no estaría, nunca lo estaba, él despertaba siempre muy tarde, seguro ella debía ir a hacer sus quehaceres. Al principio le pareció correcto que supiera su lugar y no osara despertar a su lado pero... ya no le gustaba tanto dormir viendo su delicado perfil, oliendo su piel, tocando su cuerpo desnudo y despertar cada mañana en soledad. Ayer ella sólo se había quedado un rato, le dejo poseer su cuerpo como siempre y nada más. Lo desconcertó verla ponerse de pie, vestirse para salir de la alcoba. Kikyo se fue, él no dijo nada. Tomó asiento en su cama, palmeo el lugar donde ella dormía, entonces la epifanía le llegó. Él no la usaba, era ella quien controlaba la relación desde el principio, ella le permitió poseerla, ella pautaba hasta donde llegaba... decidía cuándo terminarla. ¿Acaso lo de anoche fue el final de sus encuentros?

Sacudió la cabeza ignorando la punzada en su corazón, qué más daba, ella no le importaba, debía repetirse que no le importaba. Se levantó dispuesto a mostrarle indiferencia, dejarle ver que si ella creía mandar, eso no era posible, regresaría a su cama cuando él quisiera. Se vistió como el hombre atractivo e inalcanzable que deseaba ella admirara y bajó los escalones le extrañó la conmoción abajo. Su tía estaba en la entrada hablando con Jaken, Naomi también estaba allí observando todo con evidente nerviosismo. Sara mascuyaba algo entre triste y furiosa. Sango y Miroku cotillean atrás.