Donde menos lo pensé 5

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El carruaje de la casa Taisho arribó muy temprano en la mañana. Sesshomaru ya estaba allí ayudando al anciano con los escalones, mientras bajaban varios curiosos se arremolinaban para ser testigos de aquello tan extraño, era más común ver una vaca con cinco patas que a un noble ayudando. El hombre acomodó al anciano Higurashi en el carruaje y regresó para ayudar con lo poco que las mujeres pudieran llevar, no era como si tuvieran baúles llenos de ropa u objetos. Jaken salió para cureosear tambien lo que ocurría, sus ojos ancianos se aguaron cuando vieron a Sesshomaru, al pequeño Sesshomaru.

-Amo bonito...- dijo con su voz temblorosa.

Taisho lo contempló por unos minutos, entonces lo reconoció.

-Jaken...

¿Cómo término allí el hombre que lo vio crecer?, ¿Otro atropello de Byakuya?

Se acercó a él y lo saludo con un apretón de manos típico de hombres pero que allí transmitía algo más, aprecio de muchos años.

-Amo Sesshomaru... Byakuya...

-No digas más- le miró serio, maldecía a Byakuya y a él por no actuar pronto, estaba ocupado en su frívola vida de soltero -Regresarás a casa

Jaken lloró de felicidad, asintió. Kikyo le ayudó a juntar sus cosas.

Ya todos estaban en el carruaje, todos menos la salvaje de ojos azules. Sesshomaru frunció el ceño frustrado, le dijo que llegaría a primera hora y ella no estaba. De verdad le gustaba meterse en problemas. Pidió a Koga irse con ellos hasta el hogar Taisho luego que Naomi dijera dónde estaba la niña.

Kagura presenció todo desde su ventana, ella había abandonado la pensión en la madrugada, no deseaba molestar. Apretó su pecho y suspiró. Debía regresar a su hogar, ver a su hermano antes de morir, porque ya le quedaba poco, suspiró, debía decirle a Naraku sobre su pequeño sobrino, confesarle dónde lo dejó. Estrujo los párpados, la solitaria lágrima salió. Su pequeño Hakudoshi ahora debía tener dos años, si es que sobrevivió, los niños huérfanos abandonados en iglesias corrían muchos riesgos. Suspiró, bajó los escalones, la diligencia ya estaba abajo esperandola, no llevaba equipaje, sabía no lo necesitaba.

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-No entiendo- dijo Kagome sentada en un banco fuera de la tienda junto a la anciana Kaede, la joven sentía debía despedirse, había sido muy buena con ella, conversaron y la plática llegó hasta el tema de la poción.

-Cómo lo oyes niña- recalca la anciana -Es para atraer al amor de tu vida, no para enamorar a cualquier zángano...- agitó la mano.

-Pero yo no quiero atraer a nadie- dijo segura de sus palabras. Si eso significara que le harían lo de anoche... no lo deseaba, definitivamente no lo deseaba. Su cuerpo tembló de miedo al recordar el incidente, aún se sentía sucia, usada, triste... herida.

Kaede le tomó las manos con ternura, algo andaba mal con ésa muchacha, normalmente era un sol y ése día parecía un aguacero.

-Yo hablo de un buen amor querida niña...- sonrió para calmarla -Es hermoso vivir un buen amor...- suspiró.

-Señora Kaede- sonrió -Yo ya vivo un buen amor, tengo a mi familia... no me hace falta nada más...

La boca de Kaede se abrió para hablar más sin embargo...

-Señorita Higurashi- llamó una voz grave y penetrante. Sesshomaru estaba en el porche  de la tienda frente a ellas imponente como siempre, aunque su atuendo ahora era menos elegante.

-¡Duque!- se puso de pie en un tirón e hizo una torpe reverencia.

Kaede miró a uno y otro.

Libro De One-shots  (Sesshome Y Otras Parejas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora