Libro De One-shots (Sesshome Y Otras Parejas)

Aparición (editado)

LAS MEJORES HISTORIAS DE AMOR SE ALIMEMTAN DEL ROMANCE, ESTA HISTORIA SE ALIMENTA DE LO DIFERENTE Y EL DESEO. LO DESCONOCIDO PUEDE ATERRAR Y TAMBIÉN...

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Inglaterra, 1838, principios de la era victoriana

-Lady su carruaje está listo- anuncia la empleada doméstica a la joven que frenéticamente trata de estar lista.

-Gracias Yuka- contesta  -Sango, ayúdame con el equipaje- pide la azabache a su doncella.

-Sí- la castaña comienza a terminar de acomodar la ropa dentro del baúl.

Cuando todo está listo los empleados de la casa llevan los tres baúles con las pertenencias de la chica hasta el carruaje.

Kagome baja los escalones mientras se calza los guantes seguida de su doncella.

-Te deseo buen viaje hija- dice el padre de la joven que le mira desde el pie de los escalones -Saluda a tu tío y primos de mi parte...- sonríe con una expresión indescifrable.

Ella llega al último peldaño de la escalera de caoba tallada, sus botines negros pisan la alfombra egipcia.

-Gracias padre- sonríe -Les daré tus saludos

-Sabes que puedes retractarte si lo deseas, finge una enfermedad, o simplemente di que no- se acerca a su querida hija, le toma de las manos.

-Éso no es posible- lanza tajante, debía parecer fuerte, por ambos -Mi tío es nuestro mayor benefactor, casarme con uno de sus hijos es lo mejor- alza la barbilla decidida.

-No sé como puedes estar tan tranquila... no los conoces bien, la última vez que los viste tenían ocho...- niega con la cabeza soltando un suspiro.

-Despreocupate padre, sólo iré por presentaciones, si alguno me parece aceptaré el trato, si no... declinare la propuesta y aún tendremos benefactor, ése fue el convenio- sonríe con astucia.

-Ésa es mi hija- alaba el padre.

-Regresaré en unas semanas- sacude su vestido color verde limón con intrincados bordados dorados, se ajusta el tocado y camina hasta la puerta.

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Pov Kagome

Subí a la diligencia, Sango se sentó a mi lado, aspire el asfixiante y frío aire de Londres por última vez antes que el sirviente cerrara la puerta, algo me decía que no regresaría, exhale y mi aliento podía verse, contemplé mi casa a través de la ventanilla, como todas las grandes casas de ciudad, hermosa, vi las calles, atestadas de personas, suciedad y charcos. El cochero le ordena a los caballos avanzar, escucho los cascos de los animales impactar el adoquin de la vieja calle. Se que voy en dirección a lo desconocido.

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El camino fue casi silencioso, Sango a quien considero mi mejor confidente y amiga, por inapropiado que eso suene, trataba de distraerme. Yo simplemente veía el camino desolado que me llevaba hasta el "castillo" de mi tío, su casa es tan enorme que siempre le vi apariencia de castillo. Quizás lo haya sido en alguna época. Las horas pasan tan lento...

Nos acercábamos, la casa está rodeada de un bosque, por la época (término del otoño) lo único que se puede ver son los árboles casi desnudos, las hojas podridas en el suelo y por supuesto, el desalentador gris en el cielo. Ni un rayo de sol que pueda alegrar éste viaje, ni una esperanza que de señal que todo saldrá bien.

Es casi medio día pero en éste bosque la niebla da un aspecto oscuro casi de penumbra, lo odié, odio las cosas frías y tan aburridas. El paisaje invita a la melancolía, perfecto para algún escritor del género, casi podía escuchar una orquesta tocar alguna mustia sinfonía. Suspiro pesado, la ventana está empañada, se ve borroso, pero... me pareció apreciar algo a lo lejos, un vestido rojo, ¿Alguna mujer en el bosque?, ¿Quién en su sano juicio saldría al bosque?