Querida Kagome 8

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(Una gran disculpa por no haber contestado su beshos msjs ayer, saben que me encanta hacerlo pero estuve muy ocupada y luego pos el internet se me fue, perdón T_T
Por éso éste cap es más largo y está dedicado a todas ustedes con amor, me esforcé porque quedara bien ^-^

Con el patrocinio del internet de mi hermano, aquí el cap ♡)

Sesshomaru la beso.

Nunca pensó que un beso podría ser así, tan... no podía describirlo, era como acariciar con la boca un pétalo húmedo de flor, pero algo andaba mal, ella no correspondía, ella se alejó, lo miró impactada, casi espantada, ¿Por qué le molestaba que lo viera así?, ¿Él la asustaba?

No pudo seguir en sus cavilaciones porque una cachetada por parte de la fémina lo hizo voltear el rostro. ¿Por qué...?

Para Kagome el mundo daba vueltas al revés, todo era absurdo en ése instante, el beso, Sesshomaru, aquellas manos en su cintura, las mariposas revoloteandole en el estómago, su repentino temblor en todo el cuerpo, el que ése beso la haya tentado a cerrar los ojos y perderse en esos labios que nunca contempló en probar, definitivamente todo estaba patas arriba. No pudo más que apartarse y soltarle una sonora cachetada para salir huyendo después. Es todo cuanto podría hacer, huir de allí lo más rápido posible.

Sesshomaru la vio irse, cerró los ojos y acarició sus labios.

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Cuando la familia Shikon arribó a la fiesta, explicaron la razón de la ausencia del menor Taisho, Kikyo fue a su cuarto, se sentó al lado de su cama, permaneció allí por horas.

Cuando la fiesta acabó Taisho entró en su habitación, las luces del cuarto ocupado por Kagome permanecían encendidas, las cortinas no estaban corridas, podía ver adentro perfectamente. La contempló desvestirse, como su piel era bañada en la luz artificial de la lámpara. La vio ir al baño. Esperó atentamente para verla cambiarse, sentarse en la cama y secar su cabello. Él no era de hacer esas cosas, nunca había espiado de ésa forma a una mujer. Se apartó de la ventana para tirarse en la cama, quedó dormido rápidamente.

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Kagome despertó temprano, llevaría el desayuno a Inuyasha. Apenas abrió la puerta observó a una mujer, aún con vestido de fiesta, acomodada en la cama. Ambos dormían. Dejó el desayuno en la mesita de noche y se marchó, no se entrometeria en ésa relación, ahora que conocía a la mujer que sería esposa de su amor imposible se sintió estúpida, por haberse dejado llevar anoche, pudo lastimar personas.

Bajó los escalones, vio a Sesshomaru caminar con ropa cómoda hacia el salón. Sus ojos no pudieron despegarse de ésa figura masculina, se acercó, sentía su mejillas arder por los recuerdos de anoche. Trató de convencer a su cerebro que aquello fue un error del momento, un desliz por parte del metódico y rígido señor de negocios. Taisho voltea, y allí están esos ojos tan enigmáticos como su dueño.

-Buenos días- saluda frío. Ya intuía ésa actitud, más sin embargo, le dolió un poco. No era como antes, antes sus miradas de desdén sólo la hacían recordar quién era, ahora le causan una punzada en el pecho.

-Buenos días Sesshomaru- observó los pantalones de mezclilla, su camisa deportiva, le quedaban muy bien -¿Vas a algún lugar?

-Iré al club, como todas las mañanas en domingo- dijo colocándose el reloj de pulso, aquel que le perteneció a su padre.

Nunca supo que Sesshomaru fuera a algún club, había mucho que no sabía de él, quizás estaban iguales, ¿Qué podría saber él de ella?

-¿Qué haces en ése club?- pregunta muy curiosa. Por primera vez indagaba en su vida.

Libro De One-shots  (Sesshome Y Otras Parejas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora