Cómo me enamoré de ti

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Las semanas pasan.

Cada vez que nuestra dulce niña ve al extraño chico de los ojos lavanda la pobre no puede evitar ponerse nerviosa. Cuándo tu cerebro detecta peligro decide entre huir o pelear, ella siempre escogía correr.

Pero el destino es bastante caprichoso y le gusta hacer las cosas a su manera.

El día estaba tan sombrío. Llovía a cántaros.

La niña temblaba de frío esperando el autobús, mataría a su papá, a su tonta junta, si mamá tan sólo no se hubiera ido para cuidar de la abuela, ella no estaría allí, empapada y con un diluvio cayendole encima.

Entonces sintió algo ser colocado en sus hombros, un impermeable. Rin miró al joven que le había colocado la prenda. No pudo evitar suspirar. Sus ojos eran magnéticos.

El joven parecía pelear consigo mismo, ¿Qué será lo que le pasa?

-¿Eres Rin, cierto?- pregunta el de cabellos lavanda.

Era la primera vez que hablaban. Algo se clavó en el pecho de la chica, contuvo el aliento para asentir.

Él sonrió y le tomó la mano, ella tembló, quizas por el frío, quizas por el contacto.

-Soy Hakudoshi- se presenta -Creo que estoy enamorado de ti...

La chica abrió los ojos de par en par, su corazón bombeo sangre a todo su cuerpo, su cerebro entró en estado de supervivencia, decidió huir de ésa disparatada situación. Corrió lo más rápido que pudo.

El chico corrió tras ella por las calles llenas de agua, bajo la lluvia.

Rin no podía entender sus sentimientos, él llevaba tanto tiempo viendola, preguntandose en secreto lo que sería tener su atención. Ese momento de gloria en que ella le notara.

Cuando finalmente pasó, en la biblioteca, ella desvió la mirada de Kohaku, lo miró a él. No pudo evitar sonreírle, finalmente había pasado. No habría marcha atrás.

Le costó acercarse a ella, confesar su querer y no le dejaría escapar. Por favor, no podría perderla sin siquiera tenerla.

Llegaron hasta un centro comercial.

-¡Rin, por favor, espera!- gritó.

Ella dejó de correr. Quizás para escucharle, quizás por el cansancio.

Él logra acercarse, sus mejillas estaban rojas por la carrera, estaba sudado y agitado, mojado, aún así, parecía un ángel.

-Déjame entrar en tu vida- pide con ansiedad.

Ella enmudecio.

Todos los curiosos rodean a la pareja, querían saber el desenlace de ésta historia, igual que ustedes.

La chica seguía agitada, sus pulmones parecía le reventarian en cualquier momento, todo en ése instante le resultaba tan abstracto, tan irreal, era una incongruencia, algo disparatado.

¿Cómo era posible que un chico estuviera parado allí frente a ella pidiéndole ser quién llenará su soledad?

¿Sería posible querer a alguien así, tan de repente, tan rápido?

Haku tomó su mano, sonrió, volvió a plantear la petición.

Ella dudó, dudó tanto, de todo y todos.

-¿Qué tal si empezamos siendo amigos?- propone aún confundida.

Él asintió.

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Dos semanas después, Hakudoshi estaba a punto de conocer a los padres de su novia, ¿Qué tan malos podrían ser el señor y la señora Taisho?

Tomó aire y llamó a la puerta.

Rin abrió, al verlo se preguntó, ¿Cómo se enamoró de él?

Le invitó a pasar, esperaba que su padre no pusiera peros a la relación o su madre pudiera convencerlo.

Así es aveces el amor, espontáneo, bonito, sencillo.

Así fue para ella.

Fin

Aquí el final mis preciosas lectoras, las hamo ♡

Espero la disfrutaran, está sencilla pero siempre hecha con amor.

Les invito a pasar a leer mi nueva historia corta, Paraiso.

Ojalá la disfruten ^-^

Libro De One-shots  (Sesshome Y Otras Parejas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora