Libro De One-shots (Sesshome Y Otras Parejas)

Paraiso

(Ésta historia toca un tema que puede ser considerado sensible, no pretendo ofender a nadie, es sólo ficción, no lo tomen como crítica o algo por el estilo hacía él género o la sociedad en general)

¿Qué sería del ser humano sin las mujeres?

Las botas de la joven se habían mojado, mierda, eran sus botas más bonitas. Miró el desastre. No pudo adivinar que el bache en la calle era tan hondo, bufo por lo bajo, siguió su camino. Las nubes y los edificios ocultaban el sol, siempre el ambiente tan gris y sombrío, como el mundo en ése momento.

A Donde sea que fuera era una carrera contra las posibilidades.

Las posibilidades de ser secuestrada, de ser atacada, de ser violada allí mismo, ser llevada a alguna casa de prostitución, las posibilidades de ser vendida como esposa colectiva. Cada día, cada hora, siempre todo era una carrera contra las posibilidades. Ahora ser mujer era sinónimo de una vida de miedos, miedo de cualquiera.

Hasta salir de compras resultaba tan peligroso, todo gracias a un grupo de hombres que decidieron lo que supuestamente era lo mejor. Porque las Naciones Unidas se dejaron vender, llevaron a cabo su maravilloso plan para salvar a la humanidad. Salvar a la humanidad, todo sea por la humanidad, ¿Acaso el género femenino no era parte de la humanidad?, más sin embargo...

Ahora una mujer no podía siquiera salir a la calle sin sentirse acosada o con miedo de ser secuestrada y, en éste mundo utópico creado por ése grupo de sujetos poderosos, las mujeres, niñas y adolescentes, eran un bien preciado.

Tan escaso como el oro.

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Magatsuhi Shikon, científico, pero también padre de familia. Al ver a su hijo Hakudoshi jugar con su "hermana" no puede evitar sentirse culpable, las decisiones que se toma buscando el bien de un hijo ¿Acaso pueden ser malas o repudiables?, nadie podría juzgarle, excepto ellos...
¿Habrá tomado la mejor decisión?, ¿Su hijo se lo agradecería o lo vería como un monstruo?

Pero... en éstos tiempos... era lo único que pudo pensar para evitar su hijo muriera sin una compañera, su apellido debía ser perpetuado. No había de otra. ¿Era tan egoista de su parte?
¿Acaso la niña no tenía una buena vida, lejos de privaciones, lejos del miedo?

Rin corre por la casa gritando mientras Haku amenaza con atraparla, ellos se llevaban bien, las cosas estarían bien, y es que... ¿El fin no justificaba los medios?

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Sesshomaru contempla la ciudad, sus rascacielos, la contaminación del aire, visual y auditiva. Otro patético día.

Caminó hasta su computadora, abrió el archivo de su más nueva investigación, la mujer de Mutis (barrio inventado) que desapareció, nadie sabía nada, nadie vio nada, era como todos los otros casos. Según algunas de sus fuentes, había una red de trata de blancas operando en los bajos estratos de la ciudad, parece que los secuestros de mujeres ya no son únicamente en asia y América central, se había extendido hasta ellos, hasta los Estados Unidos, por las noticias, Inglaterra y otras potencias sufrían de ésta ola de secuestros. El mundo estaba cayendo en el caos, sin embargo, los responsables... nadie se atrevía a decirlo.

¿Quién podría culpar a una ONG o a la ONU?

Fue a la cocina para servirse un café, no se detendría hasta encontrar a los reponsables de tanta desgracia, sobretodo por lo ocurrido a su madre. Ningún ser humano merecía ser arrancado de su familia, ser vendido como si fuera mercancía y ser violada hasta morir.

Estrujo el mango de la taza, incluso hoy recordar le enervaba la sangre.

Miró el reloj de su muñeca, debía apresurarse, las noticias no saldrían solas a la luz. Terminó su café, tomó su computadora y las llaves para salir por la puerta.

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Sango no deseaba salir pero no tenía de otra, ése hombre tenía su pasaporte y su sueño de volver a su hogar, debía hacer lo que le pidieran. Suspiró de nuevo. Miró su reflejo en el espejo.

¿A esto habían llegado?, ¿Cuándo las cosas comenzaron a salir mal?

¿Quién decidió que la mujer no tenía cabida en la sociedad?

Ahora... el mundo envejece y agoniza, todos desean aquello que antes consideraron irrelevante, ahora el mundo entero pedía a gritos mujeres, aún así, la sociedad se negaba a reconocer la problemática. Se extinguian. Sin mujeres, el mundo estaba muriendo.

Sango salió a la pasarela, su vestido transaparente ya no le causaba vergüenza, tampoco su situación de trofeo, después de tantos años, terminas por acostumbrarte a ciertas cosas. Los tacones le apretaban, caminó lo mejor que pudo mientras la audiencia silba y lanza improperios. Era desagradabe, era tan vil, tan retorcido...

-¡Sean bienvenidos a la subasta semanal del sexo!- anunció el presentador un sujeto ni malo ni bueno, simplemente indiferente. Byakuya era gey, conveniente para el administrador, así la mercancía estaba a salvo de cualquier deprabado que quisiera tener muestra gratis. El jefe era muy meticuloso en esos detalles, por éso no había sido atrapado hasta ahora.

La audiencia enloqueció. Las chicas ya estaban colocadas en fila india, esperando por su momento, por su momento de ser alquiladas por unos minutos o varias horas, dependiendo el dinero, aveces hasta días.

-Cada quien conoce las reglas de nuestra subasta- continuó el sujeto mientras se pasea por la pasarela -Escojan a su favorita y... ¡Qué gane el mejor!- concluye.

La castaña se desconecto del mundo entero, no tuvo conciencia hasta que fue llevada hasta una habitación aparte, sintió su cuerpo ser tumbado en la cama, entonces llegaron las manos y besos de alguien. Giró la cabeza para cerrar los ojos. Sus pensamientos la llevaron a un mundo más hermoso, uno en el que no sufría, uno en el que todo estaba bien, uno en que no dolía tanto el existir.

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Kagome tomó asiento tras su escritorio, comenzó con el primer caso de la mañana, una mujer que escapó de un matrimonio colectivo, la pobre fue obligada a ser esposa de todos los hombres del edificio de apartamentos, recibía cinco sujetos al día.

Para la azabache era difícil controlar sus emociones, tanto dolor... ¿Por qué?

Los casos seguían apareciendo, niñas abusadas, señoras, mujeres, no importaba la edad. La Fundación a la que Higurashi pertenecía se dedicaba a ayudar a estas mujeres y niñas, todas compartían la desgracia de una sociedad experimental, una decisión y una ideología absurda.

El almuerzo llegó, la chica comió mientras veía las noticias en su celular. A su alrededor había tantos hombres...

Miradas, todas ellas se posaban sobre ella. Pensar que los gobiernos mundiales siguen con su ideología de reducir la población mundial para acabar con la pobreza. Por éso tantas campañas de esterilización, tantos abortos forzados, tantos homicidios de familias numerosas, éso era una campaña contra el género femenino y la vida. ¿Por qué las mujeres debían pagar el precio de una sociedad mal administrada?

Terminó su almuerzo, salió a la calle, el invierno se acercaba, se cubrió bien con su abrigo. Su celular sonó.

-Diga- dice la joven.

-Kagome ayudame- susurra su prima -Unos sujetos me están siguiendo, tengo miedo...

La azabache se alarmó.

-Tranquila, ¿Dónde estás?, trata de buscar un lugar abierto y concurrido... Kikyo, no me cuelgues, hagas lo que hagas no me cuelgues, busca ayuda mira a tu alrededor, busca un policía, alguien... - comienza a correr.

-Estoy cerca de times square - dice con la voz agitada -Por favor ven...

Kagome hecho a correr más de prisa, desesperada. Hablaba con su prima y preguntaba sobre la situación. Estaba a unas calles cuando la llamada se cortó.

La sangre de Higurashi se helo.

-Kikyo- llamó -Kikyo háblame- vio en todas direcciones tratando de verla -¡Kikyo!

Continuará...

Espero la tematica les haya resultado interesante
Saben que me gusta tocar temas nuevos de vez en cuando ♡

Díganme si les gustó

Sin más, me despido, hasta el próximo episodio ^-^