El que el chico dejara aquella expresión tan seria en su rostro y comenzara a reír le descolocó aún más e hizo que el ceño de Danae se frunciera un poco. El desconocido simplemente se deslizó por el hielo hasta la valla, dejando allí su estúpido Winnie the Pooh* para luego girarse a la muy sorprendida chica que tenía enfrente.
—Tú...— Danae estaba avergonzada y muy sorprendida y definitivamente esa era una mala combinación para ella —¿Cómo...? ¡¿Sabes español?!—
—Tengo un amigo español— Respondió el japonés en un perfecto inglés pero con un acento muy marcado, Danae contuvo la respiración unos segundos, pensando en que debía responder ahora, definitivamente no se iba a disculpar, realmente creía que el chico era un idiota, pero se sentía avergonzada por alguna razón, una pequeña parte de su mente le decía que había actuado como niña pequeña. Sin embargo el chico ni siquiera le dio tiempo de responder algo ingenioso —Ves...Javi enseña malas palabras en español y aunque no quiera, yo recuerdo, por eso, imbécil, no lo soy y tampoco echaré de la pista— Definitivamente el susodicho dejó a Danae sin armas, sin nada más que responder, así que Danae, en el único mecanismo de defensa que le quedaba, levantó el mentón ligeramente, queriendo parecer segura y miró al chico japonés como si fuera inferior a ella.
—Bueno, vale, de todos modos aunque no me eches no me gustaría estar contigo en el rink— Como lo malcriada que realmente era, miró al ajeno con algo de despotismo y se giró, haciendo que su cabello se moviera un poco demasiado dramático de un costado a otro y comenzó a patinar hacia la salida, intentando mantener lo más que pudiera su orgullo y su dignidad, presionando en un puño el pañuelo que el japonés le había regalado. Mientras se colocaba los protectores a las cuchillas de los patines, creyó escuchar como el chico que se quedaba atrás se reía entre dientes. Danae apretó los dientes y tragándose el coraje para ya no hacer más el ridículo siguió caminando. Realmente ya detestaba a ese tipo.
Al abrir los ojos, Danae deseó poder volver a cerrarlos por un largo rato más, era sábado y no le apetecía salir, sin embargo sabía que ahora tenía un trabajo y necesitaba hacerlo bien. Realizó su rutina de siempre y salió de su casa al nevado paisaje que se extendía ante ella, caminó hasta la clínica y al llegar saludó con su recién aprendido saludo japonés que ya no le costaba tanto trabajo, era de las pocas oraciones en japonés que podía pronunciar correctamente. En cuanto tuvo un pie en la clínica, pudo ver como el doctor Tsukasa se acercaba a ella con rapidez y un par de papeles en las manos, se acercó tanto a ella que Danae se sintió intimidada y mucho más todavía al sentir el brazo del doctor japonés rodeandole los hombros, casi arrastrándole con él para que caminara —¡Danae! Muy bien, has llegado justo a tiempo, dentro de un par de minutos podrás conocer por fin a nuestro paciente, pero antes, necesito que firmes un par de cosas—
¿Firmar algo? ¿De qué se trataba todo eso? Danae le miró con algo de desconfianza, pero se dejó llevar hasta la oficina del doctor aunque el contacto físico que estaban manteniendo apenas y le dejaba respirar y estaba luchando contra todo pronóstico para no ruborizarse ¿por qué le ponía tan nerviosa el doctor Tsukasa? No era el momento para pensar en eso, así que trató de concentrarse en las palabras del doctor mientras se adentraban en la oficina y Danae se permitía tomar asiento para asimilar lo que le estaban diciendo —¿Firmar algo? ¿De que se trata?—
—Verás, este paciente es una persona muy muy muy importante, es...se podría decir que famoso, todo Japón le conoce y sé que por allá en otras partes del mundo también le conocen mucho, entonces como entenderás, hay muchas personas involucradas en su seguridad y cuidan los intereses privados de este paciente, por eso, antes de que lo veas y comiences a ayudarnos a tratarlo, necesito que firmes un contrato de confidencialidad, ya sabes, cosas de sus publicistas para no meternos en problemas y esas cosas— Alguien "famoso"; aquello intrigó muchísimo a Danae y observó con cuidado las hojas que el doctor Tsukasa le había colocado en frente, eran al menos tres páginas escritas con letras pequeñas por ambos lados; se tomó un poco de tiempo para leer muy rápido algunas de las cláusulas que por gracia del buen señor Dios estaban en inglés. "No hablar de los problemas médicos del Sr. Hanyu con la prensa a menos que reciba autorización del mismo" "Mantener en estricta confidencialidad todo lo que escuche, vea o de la que sea partícipe con respecto al Sr. Hanyu y su familia" "Prohibido hablar con la prensa de cualquier asunto relacionado al Sr. Hanyu a menos que éste le autorice". Todas las cláusulas eran parecidas e iban por los mismos rumbos, en conclusión, era mantener la boca cerrada respecto a todo lo que tuviera que ver con el dichoso "Sr. Hanyu".
—Déjeme entender, si firmo esto simplemente debo mantenerme callada respecto a este Sr. Hanyu y hacer mi trabajo ¿no es así?—
—Es así Danae, muy bien— El doctor Tsukasa sonrió y Danae tuvo que bajar la mirada para que aquella sonrisa reluciente no le deslumbrara y el doctor no viera el muy ligero rubor que le adornó las mejillas. Tomó la pluma y se dispuso a firmar —¿Y por qué es tan famoso? ¿Es cantante o qué hace?— Preguntó mientras firmaba, no es como si ella fuera a conocerlo, no estaba para nada enterada de la farándula de Japón o de la farándula en realidad, no era mucho de fijarse en personas famosas, su carrera de enfermería le había absorbido como esponja por cuatro largos años y había desconectado de ese tipo de cosas.
—Es atleta, medallista olímpico de patinaje sobre hielo— Eso sí que sorprendió a la muchacha, terminó de firmar y miró al doctor con las cejas alzadas demostrando su sorpresa; no es que ya supiera quién era, ni siquiera porque le gustara mucho el patinaje se interesaba en las competencias o esas cosas, simplemente le pareció una increíble y hasta cierto punto agradable coincidencia. Ella patinaba, así sería muchísimo más fácil saber a qué tipo de lesiones se estaba enfrentando. Cuando terminó de firmar, el doctor Tsukasa guardó el documento asegurándole que se lo haría llegar a las personas correspondientes y guardaría algunas copias del mismo —Bueno, es hora, el Sr. Hanyu está ahora en el piso de arriba con el doctor Ichijiro y yo iré a examinarlo también en un segundo, así que vamos, ha llegado la hora—
Danae asintió y se levantó del asiento, siguiendo al doctor de inmediato hacia las escaleras, la clínica contaba con un pequeño elevador pero solo lo utilizaban para las personas que realmente lo necesitaban. Caminaron por el largo pasillo hasta llegar a una de las habitaciones del final, Danae nunca había estado ahí pero al entrar se dio cuenta de que era un cuarto de rehabilitación equipado con todos los materiales necesarios para la recuperación después de alguna lesión. Caminó detrás del doctor Tsukasa en todo momento hasta que tuvo que presentarse ante el doctor Ichijiro y su nuevo paciente, se inclinó hacia adelante, adoptando el saludo japonés por excelencia que era hasta un tanto pegajoso y saludó en japonés. Al erguirse, pudo ver la escena que se desarrollaba delante de ella.
El doctor Ichijiro se encontraba examinando con detenimiento el tobillo derecho del paciente, el cual se encontraba sentado en una de las camillas, a su lado, se encontraba una mujer de mediana edad, su madre supuso, pero entonces, Danae le dio una segunda mirada al paciente y sintió como si la sangre se le congelara en las venas. Recordó las palabras del doctor Tsukasa y las de la maestra de patinaje que antes le había ayudado en la pista: "Es una persona muy muy importante" "Una persona muy importante va a usar el rink".
Y allí estaba, ese chico al que antes le había dicho imbécil, mirándole con la misma sorpresa que ella a él, Danae sintió nauseas, no supo por qué y de nuevo, por segunda vez en dos días seguidos deseó que la Tierra se abriera y se la tragara, que se la llevara hasta el centro mismo del planeta. Más mala suerte no podía tener, estaba muy segura.
❀
*Quiero aclarar que de ninguna manera pienso que Pooh-san sea estúpido, es el Pooh más adorable, hermoso y ternurito de la Tierra, simplemente estoy tratando de plasmar la actitud déspota, grosera y maleducada de Danae. Esto por supuesto irá cambiando con el tiempo. Muchas muchas gracias por leer. <3
ESTÁS LEYENDO
Conticinio 「𝙔𝙪𝙯𝙪𝙧𝙪 𝙃𝙖𝙣𝙮𝙪」《TERMINADA》
Fanfiction〔 Del lat. 𝘊𝘰𝘯𝘵𝘪𝘤𝘪𝘯𝘪𝘶𝘮 〕 ● 1.- m. p. us. Hora de la noche en que todo está en silencio. *no es Yuzuvier* *tampoco es YuzuruxEvgenia* EN EDICIÓN [ muy lenta ]