XXXIX

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—Tienes que dormir ya Yuzuru, colguemos—

—¿Es que ya no me quieres Dana-chan? ¿Ya no me extrañas? Yo que quiero seguir hablando contigo hasta el amanecer— Yo puse los ojos en blanco, riendo entre dientes mientras Yuri, una compañera de trabajo, que últimamente se había convertido en una muy buena amiga, me miraba, expectante —No me vas a chantajear con eso Yuzu, sé que en Toronto ya casi es media noche, y a mi ya casi se me acaba la hora de la comida...te llamaré en cuanto despiertes ¿de acuerdo?— Yuzuru por supuesto se quejó como siempre, pero al final pudimos colgar, me había pasado la mayor parte de mi hora de comida hablando con él, y Yuri ya me miraba de mala manera.

—No hay manera Dana-chan, nunca puedo hablar contigo cuando tenemos descanso, ¿cómo se supone que voy a cultivar mi amistad contigo si no puedo siquiera hablar contigo?— En sus palabras había reproche, pero en su mirada no había nada más que diversión. Yo me reí y le pasé el brazo sobre los hombros —Ya, discúlpame Yuri, sabes que es la única hora en la que puedo hablar con él...¿mhh?— La miré con ojitos de perrito abandonado, sabía que no podía negarme nada con eso, y funcionó, comenzó a reír mientras recogíamos los platos de la cafetería del hospital y los llevábamos al área de lavado.

Habían pasado ya tres semanas desde que Yuzuru había regresado a Toronto, entrábamos en la última semana de abril y yo ya estaba contando los días para volver a ver a Yuzu. Me habían aceptado en el primer hospital en el que había tenido entrevista, me quedaba perfecto, pues estaba cerca de mi departamento. Casi inmediatamente a mi llegada, había conocido a Yuri, una chica de mi edad que también trabajaba como enfermera, a las dos nos habían asignado al área de pediatría en nuestro primer rol de hospital. Nos hicimos amigas casi desde que nos saludamos, ella había pasado seis años viviendo en Nueva York, así que hablaba inglés casi perfectamente, aunque aún se le podía escuchar rastros del acento japonés. Descubrimos que teníamos muchas cosas en común, sobre todo en lo que a películas y música se refería, así que congeniamos de inmediato. A la semana de pasarme todo el tiempo con ella, por supuesto que ella comenzó a darse cuenta de que había alguien en mi vida, y aunque al principio traté de ocultarlo lo más posible, solo fue cuestión de unos días para que me pillara diciéndole al teléfono "Yuzuru", y no...no era un nombre tan común como para que pudiera decirle que se trataba de mi vecino. Sin dudas, no había persona japonesa que no conociera a Yuzuru Hanyu en Japón, y mucho menos en Sendai, la cuna del doble campeón olímpico, así que supo rápidamente de que Yuzuru hablaba. Me preocupé un poco, pero Yuzu me aseguró que mientras pudiera mantener el secreto, estaría bien, y ella me lo prometió, nadie se enteraría, y aunque llevábamos poco tiempo de conocernos, yo confié en ella, sabía que ella nunca me delataría. Conforme más pasaba el tiempo, más me convencía de éste hecho, pues Yuri demostró ser una amiga leal, de confianza, y yo me alegré de haber encontrado a alguien así.

A veces Saya venía a verme al fin de mi jornada y me invitaba a cenar, también con ella había comenzado a desarrollar una bonita amistad, de verdad mantenía un ojo en mi, y no dejaba que yo comenzara a pensar demasiado en Yuzuru porque sabía que después de eso venía la depresión, me sacaba a cenar, a desayunar, una vez me llevó al rink Sendai y me mostró en lo que consistía en su trabajo, básicamente era como la gerente del rink, y se encargaba de administrar todo lo que correspondía al rink, incluidas las donaciones de su hermano. Con el pasar de los días, las invitaciones de Saya se extendieron a Yuri también, y pronto nos hicimos amigas las tres, cuando teníamos días libres, íbamos por helado o de vez en cuando al cine a ver alguna película. Gracias a Yuri y a Saya pude seguir sin encerrarme en mi burbuja de conmiseración, y la verdad es que también el deseo de ver a Yuzuru y de esforzarme mucho para hacerlo, se convirtió en una parte de las razones por las cuales me levantaba cada mañana, con cada día que pasaba, se acercaba más el día en el que podría verlo otra vez, tenerlo cerca y ese pensamiento me ayudó a seguir.

Conticinio 「𝙔𝙪𝙯𝙪𝙧𝙪 𝙃𝙖𝙣𝙮𝙪」《TERMINADA》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora