Ｃｏｎｔｉｃｉｎｉｏ 「𝙔𝙪𝙯𝙪𝙧𝙪 𝙃𝙖𝙣𝙮𝙪」《TERMINADA》

LI

Mi relación con Naoki evolucionó de forma silenciosa, si es que se podía decir así. Ni él ni yo nos pedimos nada, ni tuvimos necesidad de decirnos nada el uno al otro, pero de pronto, él comenzó a tomar mi mano de vez en cuando, me acomodaba el cabello detrás de la oreja o me acariciaba la mejilla con los nudillos, y todo esto se volvió tan natural que no sentí la necesidad de detenerlo. La verdad, también era un poco egoísta al no hacerlo...porque estaba muy consciente de que nunca podría corresponder sus sentimientos, le quería, lo quería muchísimo, pero nunca podría alcanzar el nivel de amor que él tenía por mi...¿era correcto seguir permitiendo este tipo de cosas aún sabiendo que yo no sentía lo mismo por él? Bueno, tenía la respuesta para eso, no, no era correcto...pero lo necesitaba.

Naoki me daba el alivio y la tranquilidad que yo necesitaba, cuando tomaba mi mano, cuando acomodaba mi cabello, cuando me acariciaba...me sentía en paz, todos mis fantasmas desaparecían y por un momento me hacía olvidar lo rota que estaba por dentro, esto llegó a tanto, que cuando yo tenía aquellos sueños en los que buscaba a Yuzuru desesperadamente y despertaba hecha un desastre, ahora buscaba mi teléfono y lo llamaba a él, y él podía tranquilizarme con solo su voz, platicándome cosas sin importancia, el juego que había comprado, lo que había comido, lo que fuera...su risa me daba la suficiente entereza para no deshacerme a pedazos, me mantenía de una sola pieza. Por esto mismo no podía pedirle que dejara de tratarme así o que se alejara...lo necesitaba, no podía pedirle algo así, sería entregarme a mi misma al vacío y al dolor.

Con la llegada de diciembre llegaron las heladas y la nieve, y aunque me encantaba ver todo Sendai cubierto de una hermosa capa blanca de nieve, también me recordaba lo cerca que estaba de cumplirse un año...de todo lo que había cambiado mi vida. Exactamente hacía dos años Yuzuru me había pedido que fuera su novia, y hace un año ya que también me había sacado de su vida sin miramientos...era una época que prometía ser difícil. Traté de ignorar el hecho de que Navidad se encontraba cada vez más y más cerca, aunque resultaba casi imposible, algo como la navidad era muy difícil de ignorar cuando todo el mundo parecía restregarlo en tu cara cada que tenían oportunidad. Me alegraba al menos que Naoki no estuviera hablando de nada de eso, me hacía la vida mucho más fácil. Claro, no tenía idea de que eso pronto iba a cambiar.

Naoki estaba en mi departamento, pues aquel día íbamos a intentar cocinar algo nuevo, era una receta japonesa de la que yo no tenía ni idea, pero al parecer él si, así que solo estaba dejándome guiar. Esto se había vuelto una clase de hobby entre nosotros, yo no era muy fan de cocinar, pero me ayudaba a mantener la cabeza ocupada, a Naoki por su parte, le encantaba cocinar, y la verdad es que lo hacía muy bien, siempre que él cocinaba para mi, todo estaba delicioso, tenía talento. Fue cuando yo estaba cortando nabe que él se acercó a mi, y mientras lavaba unas verduras, me miró —Dany, ¿tienes planes para Navidad?— Yo contuve la respiración y negué, pensando en lo mucho que me gustaría evitarme esta conversación —No, no los tengo...mis padres querían dejar que David y Megumi tuvieran su primera navidad como esposos a solas, me invitaron a pasar navidad con ellos, pero les dije que no, que ellos la pasaran bien— Él siguió lavando verduras un rato más, sin decir nada, hasta que por fin lo soltó...Naoki no era mucho de guardarse las cosas —¿Te gustaría pasarla conmigo?— Yo lo miré como si me hubiera pedido bailar desnuda sobre el fuego y él comenzó a reírse, negando —Vamos Dany, tienes que dejar de mirarme así cada vez que te pido que pases tiempo conmigo ¿tan malo soy?— Yo reí y negué, suspirando, no, la verdad es que no era para nada malo pasar tiempo con él, y sinceramente ¿que esperaba hacer en Navidad aquel año? Sumirme en la depresión mientras recordaba mis dos navidades anteriores? ¿De verdad iba a ser así de patética? Suspiré de nueva cuenta y lo miré —Está bien, pasemos Navidad juntos— Él me miró con una de esas sonrisas que me gustaban tanto, las que me recordaban por qué él me gustaba tanto...y esa sonrisa me convenció de que esa era la decisión correcta —Está bien, ¿te parece bien en mi departamento? Te prepararé algo rico de comer...—Se veía tan emocionado por el simple hecho de que yo le dijera que si que me dio ternura, me conmovió...¿cómo podría negar que me encantaba pasar tiempo con él? El tiempo que pasaba a su lado era el único momento en mi vida en el que no sentía dolor...y eso ya era mucho decir.