XLVIII

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El cabello me caía lacio sobre la espalda y un hermoso vestido color borgoña se me ceñía a la cintura, cayéndome sobre los muslos en ondas, lo acompañé con el saco que me había regalado Yuri ese día temprano y con unas zapatillas rojo oscuro, como un vino tinto muy muy añejado, me maquillé un poco y faltando cinco minutos para las ocho, yo ya estaba lista para salir. No tuvo que pasar mucho tiempo para que Naoki llegara por mi, lo cual la verdad agradecí, pues me dio mucho menos tiempo para seguir pensando en cosas relacionadas a Yuzuru Hanyu.

Naoki llevaba un pantalón de vestir junto a una camisa blanca muy sencilla, lo que le daba el toque elegante era su corbata de moño abierta que le caía por ambos lados, de color negra. No podía negarlo, se veía muy guapo, tenía el porte que cualquier modelo desearía para llevar un traje de aquellos. Salimos en su coche en poco menos de diez minutos, en el camino nos la pasamos hablando sobre cosas sin importancia, él no mencionó a Alina y yo estuve feliz de que lo mantuviera así, la verdad...al parecer, Naoki ahora sabía leerme perfectamente, sabía cuando callar, sabía cuando las cosas me lastimaban, sabía cuando solo sonreír...era como si yo fuera un libro abierto que él podía leer sin ningún tipo de problema. Esto me asustaba un poco, pero también resultaba muy cómodo, desde que Yuzuru había salido de mi vida, no había hecho otra cosa que estar en guardia todo el tiempo, con todas las personas, era refrescante notar como bajaba un poco los escudos cuando estaba con Naoki, sabía que él no me juzgaría, me entendería y me haría sentir mucho mejor con sus palabras.



El restaurante era el más lujoso y exclusivo de Sendai, eso se podía notar incluso en la decoración, los cubiertos, la mantelería y la vajilla...todo nos gritaba "costoso" a la cara, cuando nos sentamos en nuestra mesa, yo miré a Naoki con una sonrisa de disculpa —Oye, de verdad te agradezco mucho esto...sé que probablemente hayas gastado muchísimo dinero, si quieres podemos dividir la cuenta...— Naoki ya estaba negando, por supuesto —Por favor Danae, no seas tonta, es tu regalo de cumpleaños, no voy a dejar que pagues absolutamente nada, por cierto, te ves preciosa hoy— Yo bajé la mirada, sonriendo todavía —Gracias—

Luego de ordenar, hablamos un poco más mientras bebíamos un vino tinto que Naoki había escogido, era cosecha tardía y estaba delicioso, tan dulce como la miel. La comida también estuvo exquisita, claro estaba, por el precio que estaba pagando, tenía que ser deliciosa o demandaría al restaurante. —...y bueno, ya sabes que mi hermano se casa con su novia en julio, así que tendré que pedir permiso unos días para poder ir a su boda, será en Tokyo— Naoki me miró con una sonrisa traviesa —No te preocupes, le diré a tu jefe que no sea muy duro contigo— Yo lo miré y comencé a reír, pues él era mi jefe ahora, con un suspiro, le di un sorbo a mi copa de vino —Ah, lo malo es que tendré que ir sola, mis padres estarán allá desde una semana antes para ayudar con todo, no me gusta mucho andar sola en Tokyo, siento que es un monstruo que me va a comer— Naoki rió un poco y se recargó en su silla —Tendrás que conseguir un guía que conozca Tokyo muy muy bien ¿no crees?— Yo le miré y en un momento de iluminación, me incliné hacia él, emocionada —¡Naoki! ¿Podrías ser tu mi guía?— El adulado se rió de nuevo y negó con la copa de vino en la mano —Pero si a mi no me han invitado a esa boda ¿cómo voy a presentarme así nada más?— Yo ya tenía una respuesta para eso, claro está —Ah no, yo soy la hermana del novio, entonces sé muy bien que te puedo invitar, quedas oficialmente invitado a la boda, y a ser mi guía en Tokyo, ¿aceptas? La paga será una buena fiesta y buena comida— Comencé a reír de nuevo y solo pude ver como Naoki hacía un gesto de brindis con su copa —Ya con eso me has convencido, acepto. Por una buena fiesta y buena comida— Y entre risas, brindamos. Después de cenar, estábamos esperando el postre cuando de pronto se acercó uno de los meseros cargando un enorme y precioso ramo de rosas rojas que extendió hacia mi, yo miré a Naoki, sorprendida —Feliz cumpleaños señorita, esperamos que haya tenido un cumpleaños de lo más placentero en nuestro restaurante— Mientras decía todo esto, el mesero me extendió las rosas y yo las tomé, todavía no me recuperaba de la sorpresa cuando otro mesero se acercó a dejar en frente de mi un plato bellamente decorado con un pastel de frambuesa que se veía delicioso y en un lado del plato, escrito con algo que parecía ser chocolate decía "Feliz cumpleaños, Danae". El mesero se alejó y yo miré a Naoki todavía sin poder creerme nada de eso —¿Pero qué...? ¿Has sido tu Naoki?— Reí un poco, el ajeno me miró y asintió —Culpable, solo quería que tuvieras un buen cumpleaños, con regalos y un buen momento, como te mereces— Yo dejé las rosas a un lado para que no me estorbaran al momento de hablar con Naoki y con una enorme sonrisa en el rostro le agradecí —Oh Naoki, muchas muchas gracias...todo esto es precioso, de verdad— Algo en mi interior se sentía...raro, como si me sintiera incómoda, como si alguna parte de mi estuviera empujando la imagen de Yuzuru hacia el centro de mi mente, yo luché con todas mis fuerzas por mantenerlo al fondo, estaba pasando por un buen momento y no quería arruinarlo.

Conticinio 「𝙔𝙪𝙯𝙪𝙧𝙪 𝙃𝙖𝙣𝙮𝙪」《TERMINADA》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora