Capítulo XXI

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—¿Cómo dices?—


—Lo que escuchaste, te estoy presentando mi renuncia y mi recesión del contrato, ya he llamado a mi hermano para que venga a traerme, me llevaré mis cosas hoy mismo, regresaré a Toronto...no, a Toronto no, no lo sé, pero iré a algún lugar en el que ni de casualidad podamos encontrarnos, es lo que debí hacer hace mucho tiempo— Danae explicó todo aquello en segundos ante la mirada estupefacta del patinador, que todavía la miraba como si no pudiera comprender ni una sola palabra de lo que ella decía. Yuzuru hubiera seguido en silencio y mirándola de no ser porque Danae sacudió un poco el sobre y lo extendió hacia él nuevamente —No, espera Dana-chan, no, no puedes irte así, no acepto tu renuncia ni tu recesión del contrato...no—

—¿Por qué no? Es lo mejor, para ti, para mi, para Evgenia, para tu relación de la cual yo no sé absolutamente nada— Danae estaba enojada, eso podía verse a simple vista, pero no enojada con Yuzuru o con Evgenia ni mucho menos, más bien enojada consigo misma—Mira Yuzuru, es que me lo he pensado mucho y tienes razón, tu no hiciste nada, la que se imaginó un millón de cosas, la que se esperanzó en vano fui yo, yo solita, así que para evitarnos más de todo esto pues mejor renuncio, me alejo y cada quien puede seguir su camino como mejor le parezca ¿de acuerdo?— Yuzuru seguía teniendo cara de confusión pero aún así no aceptó el sobre de Danae y se adentró aún más en su habitación, dejando la puerta abierta y se dejó caer en la silla que se encontraba frente a su escritorio, en donde al parecer había estado hasta entonces, el chico se llevó las manos a la cara de nuevo y suspiró, luego se descubrió el rostro y clavó la mirada en los ojos de Danae —¿Tu quieres irte? Ven, acércate y dime a los ojos que realmente quieres irte—

—Yuzuru, por favor, no hagas esto así—

—No, tu no hagas esto así Dana-chan, ven aquí, escúchame un momento— Danae dudó un poco pero se acercó, adentrándose a la habitación del patinador, una pequeña parte de su mente registró que nunca antes había entrado a la habitación de Yuzuru, ni en Toronto ni en ningún lado, era como si al fin le dejara entrar un poco a su vida, pero no, debía de dejar de pensar en eso. Se acercó lo suficiente para que Yuzu le tocara y lo hizo, le tomó de la mano y la guió hasta su cama, sentándola en la orilla con cuidado, acercó su silla a ella, de esa manera quedaban sentados a la misma altura, le estaba obligándola a verle a los ojos —Escúchame, Dana-chan, sé que hoy fue un día difícil, sé que debes estar cansada, hastiada, molesta, dolida, créeme que lo sé, experimento esas mismas sensaciones yo también, antes que nada, déjame que te ofrezca una disculpa, a pesar de como me sienta en determinados momentos ahora sé que no debo descargar mi frustración contigo, tu no lo mereces, sea verdad o mentira lo que yo diga así que te pido me perdones, no fue mi intención ser tan grosero contigo, tu no has sido nada más que un apoyo para mi en todo este tiempo y no mereces esa clase de comportamiento de mi parte, perdóname. En segunda y en este punto si quiero serte totalmente franco, respecto a tus sentimientos...—Yuzuru suspiró, bajando la mirada un segundo, Danae sintió como si su corazón se detuviera, a la expectativa— También quiero que me perdones por esto pero no puedo corresponderlos, es difícil porque, no lo sé, no quiero lastimarte, créeme que es lo último que quiero, pero Evgenia...ella me entiende ¿sabes? Ella y yo luchamos por una misma cosa desde que tenemos uso de razón y eso nos une, al final del día es algo que ambos tenemos, es algo que nos convierte en una misma cosa ¿comprendes? Sé que esto te parecerá totalmente egoísta y lo es, yo sé que lo es y también sé que me convierto en una persona terrible al pedirte esto luego de haberte dicho todo lo anterior pero quiero, necesito que te quedes conmigo ¿de acuerdo? Ya has visto cómo han reaccionado las personas que me conocen al hecho de que haya alguien marcándome el tempo en cuanto a prácticas se refiere, Danae-chan, aunque tu no lo creas, soy increíblemente difícil de controlar, sobre todo cuando se me mete una idea entre ceja y ceja y si no fuera por ti yo justo ahora no podría patinar, ya habría arruinado mi tobillo más allá de todo reparo, por favor créeme cuando te digo que eres de las pocas personas, si no es que la única que ha logrado atarme la correa y saber jalarla cuando tienes que hacerlo, honestamente me da un poco de miedo que te vayas, siento que no podría, ya sabes, cuidarme por mi mismo, siento que mi espíritu de lucha, mi competitividad me haría hacer cosas estúpidas y es que...ugh...me conozco demasiado bien como para saberlo— El chico volvió a respirar y Danae tuvo que tragar saliva para intentar deshacer el nudo en su garganta —Lo sé, sé que te pido algo horrible, pero por favor, por favor no te vayas, quédate conmigo Danae ¿por favor?— En ese momento, el chico levantó la mirada y ella pudo ver en esos ojos castaños la súplica, sentía que era imposible decir que no a esa mirada.

Conticinio 「𝙔𝙪𝙯𝙪𝙧𝙪 𝙃𝙖𝙣𝙮𝙪」《TERMINADA》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora