Acoplarse a vivir con la familia Hanyu fue mucho más fácil de lo que Danae había pensado, la señora Hanyu la trataba como a una hija más, terminó descubriendo que era bastante amable, cariñosa con su hijo y siempre trataba de hacer algo por todos los que conocía, era algo callada al comienzo pero con el tiempo, Danae terminó contándole prácticamente toda su vida. Yuzuru era como un buen amigo, en sus tiempos libres podían ponerse a platicar de absolutamente todo, desde patinaje hasta videojuegos, era agradable y siempre trataba de ver el lado positivo de las cosas.
A Danae los primeros días se los dieron libres, luego de hacer los ejercicios de rehabilitación con Yuzuru por las mañanas, tenía el día libre. Aprovechó para reunirse con amigos que había dejado en Toronto, amigos que ahora ya trabajaban en grandes hospitales y tenían muchas cosas que contar, experiencias increíbles, de nuevo Danae sintió un poco de envidia, pues ella quería ser capaz de contar esa misma clase de historias. Sin embargo sus amigos parecían bastante impresionados con sus historias sobre Japón así que le hicieron sentir solo un poco mejor sobre su situación.
Después de aquellos cuatro días libres que tuvo, Yuzu le hizo saber que a partir del lunes comenzaría a entrenar en el rink del TCC y de esa forma, luego de comer y de que la señora Hanyu le encargara a su muchacho varias veces, Danae se encontraba de camino al TCC junto a Yuzu, el departamento estaba tan cerca del club que podrían llegar caminando así que eso hicieron. En el camino hablaron sobre lo que le estaba permitido y no hacer al patinador, como Danae había ido observando su evolución, quedaron de acuerdo en que practicar giros y maniobras estaba bien, eso sí, nada de saltos, absolutamente nada de saltos.
Al llegar al rink, a Danae la invadieron recuerdos que tenía de su vieja escuela de patinaje, todo estaba casi exactamente del mismo modo, la entrada, todas las áreas en el mismo lugar, hasta el área de casilleros seguía casi exactamente igual, solo la habían ampliado un poco. Al llegar al casillero de Yuzu, Danae tomó asiento en una de las bancas que estaban frente a los mismos y continuó observando todo lo que le rodeaba, aquel día ella no patinaría. Con Yuzu habían llegado al acuerdo de que ella no patinaría mientras él estuviera entrenando, después de todo, era su trabajo mantener un ojo en él, no distraerse y ese tipo de cosas, sin embargo Yuzu le había prometido que encontraría momentos para dejarle patinar pues sabía lo mucho que le gustaba hacerlo. Cuando notó que el chico ya estaba casi listo para salir al rink, Danae tomó al preciado pañuelero Pooh que Yuzu siempre llevaba con él, su botella de agua y una pequeña toalla y se puso en pie ya dispuesta a seguir al patinador. En camino al rink, hablaron brevemente sobre lo que ella recordaba del TCC hasta que llegaron al rink, allí Yuzu caminó hasta uno de los costados y entonces una mujer de cabello rubio y corto se acercó a él con una sonrisa, abrazándolo con fuerza. Danae no pudo evitar la sensación de que ella conocía a esa mujer, sin embargo se mantuvo al límite de la conversación que ambos mantenían hasta que Yuzu decidiera presentarla, sin embargo eso no fue tan necesario, pues la mujer se percató de su presencia y entonces Yuzu se vio prácticamente obligado a presentarlas —Ah, Tracy, ella es Danae, mi enfermera, Danae-san, ella es Tracy Wilson, mi entrenadora— Danae se apresuró a estrechar la mano a aquella mujer, amontonando las cosas de Yuzu en uno de sus brazos para poder hacerlo, no podía seguir evadiendo la sensación de que recordaba de algún modo a esa mujer pero justo cuando estaba a punto de hacer memoria, Tracy abrió mucho los ojos y miró a la enfermera como si hubiera descubierto una maravilla del mundo.
—¡Danae! ¡Danae Roy! No puedo creerlo ¡eres tú!— Tanto Yuzu como Danae se vieron sorprendidos por la repentina efusividad de Tracy, pero no pasó demasiado tiempo para que todo eso tuviera una explicación —¡Danae! Yo fui quien te enseñó a patinar ¿no me recuerdas?— Y entonces Danae pudo hacerlo, a su mente acudieron memorias de aquella misma pista, de Tracy enseñándole a pararse sobre el hielo, a andar, a hacer trucos para mantener el equilibrio, lo recordó todo de golpe y supo el por qué aquella mujer rubia se le hacía tan conocida, con una enorme sonrisa en el rostro abrazó a Tracy con ímpetu, siguiendo simplemente sus impulsos, y aunque las cosas de Yuzu se lo dificultaron un poco, en ese abrazo se mostró lo mucho que de verdad apreciaba a esa mujer —¡Lo recuerdo! Oh dios...ha pasado tanto tiempo pero lo recuerdo, claro que te recuerdo— Las mujeres se abrazaron por un par de segundos más y luego se separaron, sonriendo la una a la otra con todas las ganas del mundo. Entonces Tracy recordó que no estaban solas y se giró hacia un muy sorprendido Yuzu que las miraba con la boca un poco abierta, Tracy rodeo los delicados hombros de Danae con un brazo en un gesto afectivo —Yuzu, Danae fue mi alumna cuando apenas era una niña, recuerdo perfectamente el día que llegó y todo, no duró mucho tiempo conmigo pero era fantástica ¿sigues patinando Dan? Dios, eras muy buena, yo tenía muchas expectativas contigo, yo sé que podrías ganar una medalla, estoy segura—
—Oh no, no, sigo patinando pero no lo hago de forma profesional, solo como un pasatiempo, ni siquiera sé hacer saltos complicados como los que hace Yuzu— Danae miró al chico del que había hablado y descubrió algo diferente en su mirada cuando le veía, como si de repente el patinador la viera a ella desde una nueva perspectiva —¿De verdad era tan buena?— Yuzu preguntó y Tracy se apresuró a responder, entusiasmada —¡Oh pero claro! Recuerdo que apenas era una niña pero nunca en mi vida había visto un axis tan alineado, era perfecta, es una lástima que no lo hicieras mas profesionalmente Danae, tenías todo el talento para lograr grandes cosas— Danae no pudo evitar sonrojarse un poco por tanto halago por parte de su antigua profesora, pero también en parte por la forma en la que Yuzuru le miraba ahora, lo sentía diferente de alguna forma, como si algo hubiera cambiado en ella y ese algo hiciera que los ojos de Yuzu brillaran, aunque no estaba segura de si eso era bueno o malo. Después de una corta charla entre los tres, Yuzu se preparó para entrar al rink junto con Tracy y Danae se quedó a un lado, detrás de la valla junto a Pooh para observar la práctica.
En cuanto Yuzuru pisó la pista, una horda de personas le rodeó, abrazándolo y felicitándolo, seguro por la segunda medalla que acababa de ganar, Danae no pudo evitar notar la mirada de algunas chicas hacia Yuzu, era una mirada algo sugestiva y coqueta, Yuzuru ni siquiera mostró interés en ello pero para Danae fue inevitable sentir una punzada de algo que le molestó al notar esas miradas dirigidas al patinador, algo que al principio no supo identificar, pero en cuanto una de esas chicas pasó los brazos por la cintura del joven y le susurraba algo en el oído, Danae supo que eran celos, para ser más específicos, un poco de envidia. Danae no había tenido la oportunidad siquiera de tocarle mucho más allá de lo profesional, le dio celos de que aquella chica si pudiera hacerlo. Trató de hacer a un lado esos pensamientos pues sabía que ella ni siquiera tenía derecho a sentirse así, Yuzuru no era nada más que un paciente para ella, debía de verlo así por muy difícil que le estuviera resultando, además todavía no había llegado a un acuerdo consigo misma sobre si el chico le atraía o no, una vocecita dentro de su cabeza le seguía diciendo que si, pero ella se esforzaba en encontrar razones para refutar, no debía. Yuzuru se llevó un buen rato saludando y agradeciendo a las felicitaciones de sus compañeros de rink, algunas personas hasta se sacaron fotos con él, Yuzuru nunca se negó a nada por lo tanto cuando Tracy pudo comenzar el entrenamiento con el chico habían pasado al menos quince minutos desde que habían entrado al rink.
Tracy estuvo con Yuzu en el hielo por un espacio de al menos media hora, después se alejó y dejó que el chico siguiera sus instrucciones desde lejos, monitorizando y guiándolo desde la valla, Danae se acercó a Tracy y mientras Yuzu patinaba y pirueteaba dentro del hielo, se dedicó a contarle un poco a Tracy de lo que había sido su vida, estaba en medio de aquella plática y observando a Yuzu patinar cuando Yuzu se agachó, tocando uno de sus patines con una mano y girando sobre su propio eje, Danae mantuvo la vista fija en los movimientos del chico, la forma en la que se movía, sus pantalones ajustados y la forma en la que la tela delineaba perfectamente su...
—Jesús...— Un murmullo escapó de entre sus labios sin poder evitarlo al notar lo bien trabajada que se encontraba la parte "inferior" del cuerpo de Yuzu, sin notar que Tracy estaba allí y podía oírle, al salir del trance, notó la mirada burlona de la mujer y un rubor casi exagerado se extendió desde sus mejillas a sus orejas y cuello, desvió la mirada rápidamente y con un carraspeo bajó la cabeza, caminando rápidamente a cualquier lugar con tal de que no tuviera que ver ni a Yuzu ni a Tracy, terriblemente avergonzada —¡Voy al baño!— Casi gritó y se sintió mucho peor cuando escuchó la risa de Tracy resonando por todo el rink, Danae casi corrió hacia la salida.
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Conticinio 「𝙔𝙪𝙯𝙪𝙧𝙪 𝙃𝙖𝙣𝙮𝙪」《TERMINADA》
Fanfiction〔 Del lat. 𝘊𝘰𝘯𝘵𝘪𝘤𝘪𝘯𝘪𝘶𝘮 〕 ● 1.- m. p. us. Hora de la noche en que todo está en silencio. *no es Yuzuvier* *tampoco es YuzuruxEvgenia* EN EDICIÓN [ muy lenta ]