Capítulo XV

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Al respirar por la boca, el vaho que producía podía verse con bastante claridad, era muy extraño decir que estaban casi entrando a la primavera y sentir tanto frío como en invierno, era una de las características de estar siempre cerca del hielo, era como si las estaciones no existieran. A Danae le gustaba de hecho, siempre habría preferido el frío. El Ice Rink Sendai estaba completamente vacío y mientras Danae caminaba por la orilla del rink, detrás de la valla, seguía de vez en cuando con la mirada a Yuzuru que practicaba, todavía no podía realizar saltos, pero practicaba su control de cuchillas y su secuencia de pasos, que aunque a Danae ya le parecían bastante buenas, Yuzuru era un perfeccionista empedernido, aunque le dijeran que lo hacía perfecto no se sentía contento. No pudo evitar una ligera sonrisa en los labios; por esa clase de cosas era que se arrepentía bastante de no haber aceptado la invitación de Yuzu para ir a uno de sus días de Continues with wings, Danae se había sentido abrumada por la cantidad de cosas que el patinador le ofrecía, aparte de dejarle quedarse en su casa en Toronto, le estaba dando trabajo y prácticamente viajaba con todo pagado, no se le hacía justo y cuando le habían ofrecido ir a aquel evento de forma gratuita, lo rechazó muy educadamente. No quería sentir que abusaba de Yuzu, aún así, ahora que lo pensaba y después de haber visto el increíble desfile que había organizado Yuzuru para Sendai, se arrepentía un poco de no haber aceptado, habría sido fantástico poder ver como Yuzuru, de nuevo dejaba que la magia dentro de él se extendiera, como sus alas. Siempre le parecería algo fascinante, aunque le seguía pareciendo abrumadora la forma en la que Yuzuru se deshacía en gestos con ella, aunque para el chico no tuvieran ninguna importancia, para ella si, mucha. Por ello se conformaba simplemente con verlo por medio de videos en Youtube. Sabía que debía sentirse afortunada, ella podía verlo patinar casi todos los días, con eso debería de bastar.


Después de ya dos meses de trabajar al lado de Yuzuru se enorgullecía un poco de poder decir que conocía al menos la forma en la que el chico practicaba, por ejemplo, en ese momento, cuando Yuzuru se giró hacia ella y dio un par de vueltas, extendiendo los brazos, como si bailara, como si jugara, Danae entendió a la perfección que iban a detenerse. Observó su reloj de pulsera, eran las dos de la madrugada con cuarenta y tres minutos, era hasta temprano, muchas veces Yuzu se quedaba hasta las tres y media o hasta que notaba como Danae ya no podía ni sostenerse en pie por el sueño, muchas veces él había insistido en que ella no necesitaba estar presente en esas prácticas tan de madrugada, pero ella insistía, sí debía.

Danae se descolgó la ligera mochila que llevaba al hombro y se acercó a la valla, recargándose en ella mientras sacaba de la mochila al fiel compañero Pooh-san y una botella de agua, Yuzuru ya se acercaba a ella, quitándose los guantes.

—Creo que ya me harté de no hacer saltos— Yuzuru tomó la botella de agua que Danae le ofrecía, sonriéndole como si con ese gesto pudiera conseguir lo que quisiera. Si Danae no pasara horas preparándose para esa sonrisa probablemente así sería —Y yo creo, señor Hanyu, que yo ya me harté de decirle que debe primero cuidar de ese tobillo rebelde— Danae le siguió el juego, pasandole a Pooh y dejándole tomar unos cuantos pañuelos con los que el chico comenzó a limpiarse la nariz, Danae tomó sus guantes y los guardó en la mochila, dejando que el joven recuperara la respiración, tomara agua y se preparara para salir. —Danae-chan, déjame hacer un salto, solo uno, ¿de acuerdo? Solo uno, no sabré si no puedo resistirlo si no lo intento— Yuzu la miró con una carita de cachorrito abandonado que Danae no pudo resistir durante mucho tiempo, por mucho que lo intentó.

—Solo uno, si termina mal le diré a todo el mundo que Yuzu-kun es demasiado terco como para pensar en toda su carrera como patinador y que ya no quiere competir, que va a retirarse, por eso ya no le importa más lo que le pase a su tobillo, ese pobre tobillo que recibe todos los golpes más duros que...— La risa de Yuzu le interrumpió, Danae quedó embelesada con ese sonido, pero logró componerse rápidamente, mirando al patinador con algo de dureza —De acuerdo, de acuerdo, lo entiendo Danae-chan, si algo sucede me encargaré de que nadie se entere de que mi enfermera es una incompetente— Aquello pudo haber dolido de no ser porque al levantar la mirada, Danae miró a Yuzuru y descubrió en su expresión la travesura a realizar, el juego, la broma. No pudo evitarlo y puso los ojos en blanco, tomó los guantes del ajeno y los metió a la mochila y con un suspiro, observó cómo el chico giraba de nuevo a toda velocidad por el rink. La  verdad es que su tobillo estaba avanzando muy bien y aunque parecía que no daría problemas por un intento de salto, ella no quería arriesgarse. Claro, ella, Yuzuru era otra cosa. Ansiosa, se quedó mirando cómo el joven daba una vuelta entera al rink y cómo se preparaba para el salto, contuvo la respiración al ver cómo se elevaba en el aire, aterrizaba sobre el pie derecho y luego se apoyaba en el izquierdo, un segundo después, sus manos fueron las que evitaron las que se diera en toda la cara contra el hielo. Danae sintió cómo si el corazón se le detuviera pero se tranquilizó un poco más al ver la sonrisa en el rostro del muchacho y la forma en la que se tiraba en el hielo, con los brazos extendidos, riendo, ella respiró profundo, repitiéndose a sí misma que todo parecía estar bien, solo era una caída ligera. Aún así, ingresó al rink, colgándose de nuevo la mochila en el hombro y se acercó al campeón olímpico que ahora estaba tirado sobre el hielo —¿Estás feliz ahora, señor Hanyu? — Al llegar a su lado, dejó caer la mochila sobre el abdomen del muchacho, éste se quejó pero no perdió la sonrisa, Danae estaba segura de que si el joven sintiera que algo no iba bien, o que el dolor era más de lo que podía soportar, se lo diría.

Conticinio 「𝙔𝙪𝙯𝙪𝙧𝙪 𝙃𝙖𝙣𝙮𝙪」《TERMINADA》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora