Capítulo XVI

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Esa noche Danae tuvo un sueño que ni loca contaría a alguien, en toda su vida. En él, luego de que Yuzuru le acariciara de esa manera el cabello, se acercaba cada vez más y más hasta que sintió el tibio y reconfortante aliento del contrario sobre su rostro y luego calidez, pura y hermosa calidez se encontraban con sus labios, Yuzuru le besaba cada vez más urgente, ansioso. Ella despertó con el corazón desbocado y le temblaban las manos ligeramente, tal vez por el nerviosismo, había sido un sueño tan vívido que si su teléfono no le hubiera despertado, habría querido quedarse allí, para siempre, cuando Yuzu le besaba.

Todavía un tanto agitada, tomó su teléfono y se puso aún más nerviosa al ver el número, era Yuzuru el que le llamaba, eran las nueve de la mañana y ella sabía que no había práctica hasta las dos de la tarde, entonces supo que debía ser algo urgente. Respiró profundo para no delatar la inquietud en su voz y contestó.

—Hola Yuzu-kun ¿pasa algo? —

—Hola Danae-chan, eh bueno si, la cosa es que la práctica de hoy se cancela, mi familia tuvo un imprevisto y tendremos que salir de Sendai, mañana estaremos de vuelta por la mañana así que la práctica de mañana sigue en pie pero por hoy tienes el día libre—

—Ah vale, de acuerdo entonces, hasta mañana Yuzu-kun— Estuvo casi segura de que la decepción en su voz fue demasiado obvia, pero al parecer Yuzuru no había notado nada pues se despidió y colgó rápidamente. Danae suspiró, aunque a la mayoría de las personas el tener el día libre significaría felicidad y dicha sin fin, para ella no lo era tanto, un día libre significaba un día sin ver a Yuzu. Respiró profundo y volvió a recostarse en la cama, cubriéndose con el cobertor hasta la cabeza, cerró los ojos y revivió su sueño, una y otra vez. Nunca se lo diría a nadie, pero sería para ella una fuente inagotable de alegría.


El día pasó sin imprevistos, ni siquiera se había duchado cuando le dieron las cuatro de la tarde, se encontraba en la sala, echada en el suelo con una bolsa de frituras a un lado mientras en la televisión pasaban un programa de cocina, de una receta que sabía muy bien ella nunca podría hacer. Cocinar no era precisamente su fuerte, solo encontraba tremendamente satisfactorio ver como alguien más la realizaba. Exactamente a las cuatro de la tarde, puntual cual reloj, escuchó el timbre.

Encontró aquello extraño pues casi nadie sabía que ahora vivía en Sendai, solo su familia y Yuzuru, ¿sería su hermano? ¿Sus padres? Todavía en pijama, si, a las cuatro de la tarde, se apresuró a la puerta para ver por la pantalla de su intercomunicador quien era el inesperado visitante; cuando apretó el botoncito casi le dio un paro cardíaco. Allí, en miniatura se podía ver a Yuzu por la pantalla, saludando con una mano y varias bolsas en la otra mano, pero lo más sorprendente era que detrás de él podía ver a Saya, su hermana, a Evgenia, e incluso Naoki estaba allí ¿cómo era posible? ¡Y ella seguía en pijama!

—¡Dana-chan! Vamos abre la puerta, que traemos varias cosas pesadas y estoy muriendo bajo este sol— La voz de Yuzuru sonó por la pequeña bocina y Danae, aún en estado de shock por la sorpresa, solo pudo parpadear un par de veces, de verdad ¿cómo era posible? —Pero ¿cómo...?— Todavía no asimilaba que incluso Evgenia, que se suponía estaba en Rusia estaba allí, ¿Naoki? ¿No él estaba en Kakunodate? ¿Y no se suponía que tanto Yuzuru como Saya estarían fuera de Sendai?

—¡¡Vamos Dana-chan!!— El tono de Yuzu se hacía cada vez más impaciente así que no pudo decir mucho más y apretó el botón para que la puerta del edificio se abriera. Sabía que tenía aproximadamente tres minutos hasta que tomaran el elevador y llegaran a su piso así que corrió hacia su cuarto, se puso lo primero que encontró más decente y casi derrapando entró en su baño, se mojó la cara rápidamente y estaba cepillando frenéticamente sus dientes cuando el timbre de su puerta volvió a sonar, estaban allí. Escupió la pasta, se enjugó la boca casi en un segundo y asegurándose de tener un aspecto más o menos decente, salió por fin a la puerta, abriendo de un tirón. Lo primero que vio fue la cara sonriente de Yuzu, agitando varias bolsas de plástico frente a ella.

Conticinio 「𝙔𝙪𝙯𝙪𝙧𝙪 𝙃𝙖𝙣𝙮𝙪」《TERMINADA》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora