Ｃｏｎｔｉｃｉｎｉｏ 「𝙔𝙪𝙯𝙪𝙧𝙪 𝙃𝙖𝙣𝙮𝙪」《TERMINADA》

LIX

Había hablado con Naoki apenas al día después de aquel fatídico día, quería dejar las cosas muy en claro, y luego de decirle lo mucho que de verdad lo quería, le pedí disculpas. Él fue de lo más galante y aunque si me dijo que necesitaría un tiempo para poder volver a ser mi amigo, como antes, al menos lo intentaría, porque tampoco quería perder el bonito entendimiento y la amistad que ya teníamos. Me sentí de verdad tan afortunada, y aliviada de que él pareciera entenderme...aunque eso no debería sorprenderme en realidad, porque él me entendía y me conocía perfectamente, a veces incluso más que yo misma.

Los días pasaron y me di cuenta de que Saya había mantenido también su promesa, pues Yuzuru no había mencionado nada al respecto cuando hablaba conmigo y yo estaba comenzando a relajarme. Ya estábamos llegando a finales de julio, y las lluvias seguían llegando cada vez más y más fuertes, afortunadamente, aquella tarde solo estaba un poco nublado y aunque se veía que llovería por la noche, a mi hora de salida no había caído ni una sola gota del cielo.

Luego de marcar mi hora de salida y de tomar todas mis cosas, salí del hospital por la puerta principal, pues aquel día caminaría a casa, me gustaba hacerlo, pues no estaba lejos y así me ahorraba el dinero del parquímetro y la gasolina. Justo estaba a punto de comenzar a andar por la acera, cuando un coche bonito, elegante y negro se detuvo a mi lado, lo reconocí de inmediato, era el coche de Yuzuru. Me detuve al mismo tiempo que Yuzuru salía del coche y me miraba, con una sonrisa comenzó a rodear su coche y llegó hasta mi lado, yo todavía lo miraba confundida, pues no tenía ni idea de que podía estar haciendo allí —¡Dana-chan! Uff, que bueno que te alcancé, temía que pudieras salir más temprano o algo así, me alegra que aún estés aquí— Yo miré al ajeno con el ceño ligeramente fruncido, todavía sin entender —¿Alcanzarme? ¿Que pasa?...¿Has venido a verme?— Yuzu rió un poco y asintió —Pues claro, ¿a quien más si no? Quería invitarte a un lugar...necesito que veas algo— Yo ladee un poco la cabeza, todavía algo aturdida por su repentina presencia allí —¿Una cosa? ¿Que cosa?— Él, sin dejar de sonreír, simplemente negó —Oh no, es una sorpresa, si te digo que es, dejará de ser una sorpresa— Yo suspiré, exasperada, pues no me gustaba que me trajeran en ascuas todo el tiempo, pero he de admitir que una parte de mi se emocionó, pues ese efecto que Yuzu tenía en mi nunca se iría, lograba erizarme la piel y hacerme sentir como una adolescente hormonada simplemente son rozarme o sonreír. Lo odiaba por eso, odiaba que me gustara tanto.

Estaba tan distraída pensando en todo esto y en la invitación de Yuzu a quien sabe donde, que no me di cuenta de que Naoki se acercaba a nosotros hasta que no lo tuve ya a un metro de nuestra posición, Yuzuru no podía verlo, pues le daba la espalda, y yo no fui lo suficientemente rápida para evitar lo que pasó después. Siempre dicen que esta clase de cosas pasan en cámara lenta, pero para mi, fue todo tan rápido que apenas y tuve tiempo de parpadear, cuando Naoki jaló con fuerza el hombro de Yuzuru, lo giró para ajustarlo a su posición y le soltó un puñetazo de lo más salvaje en la boca.

—¡¡Naoki!!— Solo pude gritar su nombre al ver todo esto, y me llevé las manos a la boca, aturdida al ver como el cuerpo de Yuzu caía al suelo con fuerza. Me quedé en shock al menos un par de segundos, todavía tratando de procesar lo que acaba de ver, cuando la voz de Naoki llegó a mis oídos —Yo sé que Danae tiene un corazón de oro y todo lo perdona, pero yo no podía dejar que te salieras con la tuya solo así como así Hanyu, al menos un puñetazo tenía que darte— Fue entonces cuando yo reaccioné y aparte de preocupación por Yuzu, también me sentí molesta —¡¿Que demonios Naoki?! ¿Por qué has hecho eso? ¿Quien eres tú para andar repartiendo castigos de esa forma?— Entonces, Yuzu comenzó a levantarse del suelo, con una mano sobre la boca —No...no...está bien Dana-chan, él tiene razón...esto es lo menos que merezco, está bien—