Ｃｏｎｔｉｃｉｎｉｏ 「𝙔𝙪𝙯𝙪𝙧𝙪 𝙃𝙖𝙣𝙮𝙪」《TERMINADA》

XLII

Después de que Yuzuru regresara a Toronto en julio, traté de seguir mi vida como hasta entonces. Funcionó bastante bien, aunque no había día en que no pensara en lo mucho que extrañaba a Yuzuru, seguían pasando los días, las semanas, los meses...y aunque ambos nos esforzábamos por mantenernos en contacto y mantener la "chispa" que nos había unido, yo sentía como si esta se me estuviera escapando de las manos cada vez que pasaba un día más. Esa sensación se acrecentó un poco más cuando llegó septiembre, y con ello, el día del Autumn Classic International, en Canadá. Me dolía no poder estar ahí, era rarísimo porque el año anterior si que había estado, no había faltado a ninguna competencia de Yuzuru, el ACI era la primera vez, y se sentía como si estuviera siendo dejada de lado aunque yo supiera perfectamente que no era así.

Cuando la competencia terminó, Yuzuru me llamó y yo traté con todas mis fuerzas animarle, había ganado, si, pero los puntajes eran una broma sin duda y Yuzuru estaba molesto por ello. Al terminar la llamada, cerré los ojos, y comencé a soñar despierta.

Esa misma noche tomaría un avión a Canadá, casi podría sentir las nauseas de la emoción al abordar, las horas se me harían eternas mientras cruzaba el Pacífico, siempre con el rostro de Yuzu en la mente. Aterrizaría en el aeropuerto Internacional de Toronto y luego de cruzar migración, tomaría un taxi y daría la dirección de Yuzu, estaría amaneciendo y los rayos del sol comenzaban a acariciarme el rostro mientras recorría Toronto hasta llegar al edificio donde vivía Yuzu, yo tenía la clave de acceso, así que sería muy fácil entrar y llegar hasta su departamento, tocaría la puerta, Yumi Hanyu saldría a recibirme con una de esas sonrisas fáciles que tenía y uno de esos abrazos que me hacían recordar a mi madre, luego, detrás de ella, aparecería Yuzuru, se sorprendería al verme, pues no lo esperaría, pero sonreiría con ganas y correría hacia mi. Mientras salía de mi ensoñación, todavía me parecía sentir sus brazos rodeándome, su voz en mi oído diciéndome lo mucho que me había extrañado...abrí los ojos por fin, y me encontré a mi misma en mi departamento, en Sendai, con Yuzuru a miles de kilómetros de distancia. Suspiré.

Al final, no aguanté mucho más, si seguía así terminaría viendo a Yuzu hasta noviembre, en el NHK y si seguía esperando, se harían los cuatro meses sin verlo y me volvería loca, sin duda. Todo lo planee en secreto, solo me comuniqué con Brian Orser para hacerle saber de mis planes y de si podría ayudarme a llevarlos a cabo, él estuvo más que de acuerdo. Me ayudó a conseguir las acreditaciones para estar presente en el Skate Canada como equipo personal médico de Hanyu, aunque técnicamente ya no lo fuera y me ayudó a mantener el secreto de Yuzuru, en el trabajo tuve que pedir unos días libres, cinco para ser exactos y la verdad es que a veces hasta trabajaba doble turno, no podían decirme que no. Tendría que llegar exactamente el día del programa libre a Kelowna y marcharme el día de la gala, pero no me importó, solo necesitaba verlo, abrazarlo una vez más para estar segura, para sentir que seguía en su corazón, para recargarme, era lo único que deseaba.

Así, el veinticuatro de octubre me encontraba en un avión de ANA rumbo a Kelowna, Canadá. Estaba tan nerviosa que apenas y podía quedarme quieta en el asiento, la sobrecargo de vuelo tuvo que venir a asegurarse de que estaba bien más de tres veces, cuando por fin llegué a Kelowna, ya era veinticinco de octubre y tenía el tiempo contado si quería llegar a ver el programa corto de Yuzu. Afortunadamente, migración fue bastante rápido y el taxi me llevó también bastante deprisa. Al llegar al recinto del evento, llamé al manager personal de Yuzu, Brian me había dicho que el no podría ir a recibirme pues estaría con Yuzu, pero se había encargado de que el manager estuviera al tanto de todo, incluso de no decirle nada a Yuzuru. El manager fue bastante amable y hasta me ayudó con mi maleta gigante, me ayudó a pasar al área de vestidores del recinto —Dentro de dos minutos Hanyu-senshu comenzará su programa corto, si quiere, puede salir a verlo— Asentí, mientras agradecía una vez más y casi corrí hacia las gradas, quería verlo, era lo que más quería en el mundo y sabía que había tenido muchísima suerte de haber llegado justo a tiempo.