Capítulo XXVI

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—Zhenya ha estado bastante decaída, me preocupa un poco— De nuevo se encontraban en el TCC, Danae estaba a la orilla del rink mientras veía a Yuzu practicar Origin, su nuevo programa libre que presentaría por primera vez en el Autumn Classic International de aquel año, Jun se había detenido un momento a su lado para tomar agua, él también estaba ensayando nuevos programas. Danae no supo qué contestar, sí había notado a Evgenia un poco decaída pero ¿qué podía decir? ¿Qué podía hacer? Todavía le perseguía aquella vez que ella había ido a verla para pedirle que "le devolviera a Yuzuru". Aunque entendía un poco más el contexto por el que la chica había estado pasando al momento de pedirle aquello, todavía no lograba comprenderlo del todo, Yuzuru ni siquiera estaba seguro de nada así que no había manera de que Danae pudiera "poseer" algo de él. Zhenya no había sido grosera con ella ni mucho menos, al contrario, la saludaba cada tanto con la misma amabilidad de siempre, a pesar de todo, eso hacía que fuera difícil hacer otra cosa más que quererla, Yuzu al menos tenía razón en eso, ella era una chica estupenda. Con un suspiro, miró a Jun, el chico miraba a Evgenia con el dolor reflejado en los ojos. En ese preciso momento se dio cuenta de que no era la única que sufría por un amor no correspondido, tratando de animarle, le sonrió y palmeó su espalda, el chico le devolvió la sonrisa y continuó con su práctica.



Ese día Yuzu terminó temprano, a eso de las cuatro de la tarde ya se encontraban camino a un estudio en el centro de Toronto en el que por fin verían los trajes para sus nuevos programas, Otoñal, Origin y el programa de gala, Haru Yo Koi, aunque a este último en realidad solo lo habían remodelado puesto que ya había presentado un traje con ese mismo programa en el Fantasy on Ice de ese año. Danae sabía que ella no tenía nada que hacer allí, pero Yuzu le había pedido que lo acompañara y de verdad Danae estaba curiosa por ver los nuevos trajes, así que no se negó para nada. Al llegar al estudio, ya todo un equipo los esperaba, eran todos japoneses y todos estaban al pendiente de lo que pudiera querer o desear Yuzuru, empezaron a hablar sobre la elasticidad de las telas y si dejarían que el cuerpo de Yuzu respirara. Danae se perdió un poquito en sus pensamientos hasta que llegó el momento de que Yuzuru se cambiaría al primer traje, sería Haru Yo Koi. El patinador se adentró a un pequeño vestidor y al salir ya no llevaba pantalones vaqueros, playera o gorra, ahora estaba ataviado con un precioso traje que combinaba armoniosamente el blanco con el rosa pálido, olanes de encaje colgaban de sus hombros, de sus brazos y de la cadera del chico y toda la parte superior brillaba gracias a diminutas piedrecitas esparcidas por todo el pecho y la espalda del joven campeón olímpico. Yuzuru se giró hacia sus modistas y les preguntó que les parecía, ellas aseguraron que se veía magnífico. Y es que si, sí que lucía estupendo, Danae estaba impresionada. Al parecer el traje de Haru Yo Koi estaba perfecto puesto que aunque Yuzuru se moviera, saltara o girara sobre sí mismo, el traje no sufría alteración alguna, era perfecto.

Luego de que se viera el traje desde todos los ángulos posibles, Yuzu volvió a meterse al vestidor a cambiarse al segundo traje, el de su programa corto, Otoñal. Danae no sabía ni siquiera que esperar, pero cuando le vio salir con aquel traje azul abierto hasta la mitad del pecho, casi quedó sin aliento, era un azul degradado cubierto de pedrería, con cada movimiento que Yuzu hiciera, arrancaba destellos de las piedras en todas direcciones, era perfecto. De nuevo tuvieron que asegurarse de que todo estuviera bien, que Yuzu pudiera sentirse cómodo y cuando se constató que no habría ningún problema, el chico volvió a adentrarse al vestidor para cambiar al último traje. Pasaron al menos cinco minutos y Yuzuru salió del vestidor envuelto en un traje que simulaban ser plumas rodeandole el pecho y la espalda, ribeteadas de dorado. Danae estaba segura de que casi terminó con la boca realmente abierta, fascinada con el chico que tenía delante. Con sorpresa, observó como Yuzuru se giraba hacia ella, sonriendo —¿Qué tal Dana-chan? ¿Cómo me queda?— Danae se quedó en silencio un minuto entero y aunque Yuzu comenzó a impacientarse, Danae no respondió de inmediato. Y no es que de verdad lo estuviera pensando, es que estaba tratando de controlarse para poder responder de una forma tranquila, sin parecer demasiado emocionada —Estupendo, me encanta Yuzu— No había mentido, pero lo había dicho de la forma más tranquila posible aunque en su interior estaba gritando como fan loca, ese traje le hacía ver espectacular, además de que Yuzu tenía el porte necesario para llevarlo. Ese día, Danae pudo ver un poco de lo que era ese Yuzuru que se concentraba en hacer de sus programas de competencia todo un arte y le encantó. Una cosa más que adoraba de él.

Conticinio 「𝙔𝙪𝙯𝙪𝙧𝙪 𝙃𝙖𝙣𝙮𝙪」《TERMINADA》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora