Capítulo XIII

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"Práctica, en cinco minutos"


El sonido de aquel mensaje llegando a su celular sacó a Danae del libro de gramática japonesa que estaba leyendo, con un bostezo y tallándose un ojo con una mano revisó el teléfono y al ver el contenido de dicho mensaje y el remitente no pudo evitar sentirse confundida. Desde que Yuzuru se había visto obligado a desvelar su secreto de prácticas secretas en medio de la madrugada se había vuelto una especie de costumbre el que al menos unas tres o cuatro veces a la semana, el patinador le avisara de cada una de esas prácticas con un mensaje, por lo general siempre le mandaba aquellos "avisos" unas dos o tres horas antes, para que estuviera enterada de la operación "salir en la madrugada sin que mamá nos descubra", aparte, siempre eran ya entrada la madrugada, a eso de las dos o tres, pero en esos momentos eran apenas las doce con quince minutos y no le estaba dando nada de tiempo. Eso ya era algo raro.

Sin embargo no dudo ni un segundo en ponerse de pie y comenzar a cambiarse por algo más apropiado para aquella sesión de prácticas, por suerte, las prácticas en la madrugada se estaban haciendo frecuentes y por ello Danae ya estaba mas o menos lista para cuando Yuzuru decidiera que quería practicar a esas horas, su chaqueta siempre estaba puesta en el perchero de la puerta, su mochila lista con sus propios patines y elementos para patinar, pues como a esas horas no había nadie, ella también patinaba a veces y la ropa siempre la elegía super cómoda, esa noche eligió unos leggins color negro, una blusa rosa pastel y se sujetó el cabello con una liga en una coleta alta un poco floja y descuidada. Habían pasado exactamente cinco minutos desde que le había llegado el mensaje cuando la enfermera salía sigilosamente por la puerta de su cuarto hasta la sala, de puntillas y con la mochila colgando al hombro, Yuzuru también ya le esperaba, él en la puerta del departamento cargando con su maleta de siempre, al verla, el chico abrió la puerta muy lentamente para no hacer ruido, Danae se acercó y salió del departamento, Yuzuru siempre se encargaba de que la puerta no hiciera ruido al cerrarse y abrirse.

Al estar ya en el luminoso pasillo del edificio, Danae pudo ver mejor a Yuzuru y se dio cuenta casi de inmediato que algo no estaba bien, el chico estaba demasiado serio y eso no sucedía a menudo, al menos no fuera de prácticas, Danae había visto a Yuzuru concentrarse y sabía lo serio y decidido que podía parecer en esos momentos pero fuera de el rink, cuando no practicaba, siempre había visto a Yuzu con una sonrisa en el rostro y con ella siempre había sido de lo más amable, por ello verle con el ceño ligeramente fruncido y con esa expresión le asustó un poco, sin embargo no quiso hacer preguntas, no dijo absolutamente nada y simplemente se dedicó a seguir al campeón olímpico hasta salir del edificio. El recorrido hasta el club lo hicieron en silencio y aquello no hacía más que empeorar la ansiedad de la chica, ¿que estaba pasando? Ese no era el Yuzu de siempre, el que ella conocía.

El haberse dado cuenta de lo mucho que le gustaba Yuzuru Hanyu implicaba eso, el preocuparse constantemente por el estado del dicho muchacho y el hecho de que los estados de ánimo de Yuzu le afectaran tan directamente todavía le descolocaba de cierta manera, no estaba para nada acostumbrada y le frustraba también el hecho de no tener el valor de acercarse a preguntar o poder hacer algo, ser una simple "empleada" era más que frustrante. Todo siguió en silencio entre ellos mientras llegaban al club y se adentraban en él, caminaron hasta los casilleros y Danae se quedó parada en la entrada del área mientras Yuzuru caminaba hasta su casillero, lo abría y comenzaba a prepararse para patinar, todavía en silencio. Danae estaba ansiosa y aunque había llevado sus patines, ahora al ver el humor que el chico tenía no estaba segura de querer meterse al rink con él. Con pasos lentos y jugueteando con sus propios dedos, algo nerviosa, se acercó hasta el muchacho —Eh, Yuzu...¿quieres...puedo entrar al rink contigo?— ¿Por qué esas palabras sonaban tan difíciles en su boca? Por alguna razón, temía la respuesta del ajeno, antes no tenía que hacer esa clase de preguntas, simplemente se metía al rink si quería y ya, pero ahora no estaba segura de ello por el estado anímico del chico. La mirada del pelinegro se colocó sobre ella y Danae sintió una punzada de dolor en la boca del estómago, aquella era una mirada fría, sin rastro de la amabilidad y la calidez que lo caracterizaban.

Conticinio 「𝙔𝙪𝙯𝙪𝙧𝙪 𝙃𝙖𝙣𝙮𝙪」《TERMINADA》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora