XLIII

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Cuando aterricé en el aeropuerto de Haneda, no pude evitar sentir de nuevo ese vacío que siempre sentía cuando Yuzu no estaba a mi lado, sin embargo, me animé al pensar en que lo vería muy pronto, solo un mes más y estaría de nuevo con él, este pensamiento me ayudó a no derrumbarme allí mismo, en migración.

Lo que definitivamente no esperaba era ver a Yuri, Naoki y Saya ya esperándome fuera de migración, habían ido a recogerme para acompañarme a casa, aparte me invitaron a comer...nunca me había alegrado tanto de tener tan buenos amigos y de que la hermana de mi novio pareciera quererme tanto, la verdad, mi relación con Saya era como si ya fuéramos hermanas de sangre, ella alegaba que siempre se había sentido muy sola, su madre se había pasado su vida entera pendiente de Yuzuru, y aunque ella no se lo reprochaba y entendía el por qué de las cosas, si que a veces había sentido que necesitaba una amiga, ahora me tenía a mi y nos llevábamos de maravilla, salíamos a comer, ella me platicaba sobre sus cosas de la vida, su trabajo, su vida amorosa, hacíamos pijamadas y nos burlábamos un poco de los celos de Yuzu cuando se enteraba que yo estaba con su hermana, sinceramente, yo también había necesitado un poco una hermana, pues aunque había tenido a mi madre, había cosas que simplemente no podrías contarle a tu madre aunque lo quisieras...y había encontrado en Saya una confidente y una amiga.


A pesar de que el tiempo que pasaría antes de ver a Yuzu era mucho menos de lo que antes ya había soportado, no me gustaba en absoluto, ese último mes antes de NHK comencé a tener sueños muy vívidos, eran sueños tan nítidos que había veces que juraba sentir las caricias de Yuzu, o escuchar su voz y sentir su aliento sobre mi piel, sentir su perfume entrando por mis fosas nasales tan claramente...y cuando me despertaba era terrible. Haber sentido a Yuzu tan cerca en mis sueños, pero de verdad tan cerca, y despertarme sola en la oscuridad, sabiendo que él se encontraba del otro lado del mundo, me deprimía bastante. Había llegado al punto en el que a veces despertaba llorando y no podía parar hasta después de un buen rato. La noche anterior a mi vuelo a Sapporo para acompañar a Yuzu al NHK me desperté aferrada a mi almohada con tanta fuerza que me dolían los dedos y comencé a llorar apenas y tomé consciencia de lo que pasaba, me tranquilicé al pensar que tan solo al otro día ya vería a Yuzu de nuevo. Esta vez no podría estar mucho tiempo con él, tendría que regresar a Sendai el día del programa libre, no podría quedarme en la gala, pero no me dolía tanto pues aunque Yuzu regresaría a Toronto luego del NHK, luego del Grand Prix Final en Torino Yuzuru regresaría a Japón para los nacionales y se quedaría en el país hasta después de año nuevo, eso significaba al menos un mes de poder ver y estar con Yuzu más constantemente, sin el enorme charco del Pacífico separándonos.


Un mes después, cuando yo tomé mi vuelo hacia Sapporo, Yuzu ya había llegado, me lo había hecho saber en un mensaje, así que yo solo tendría que llegar y él ya estaría allí, estaba emocionada y feliz, sin saber realmente lo que me esperaba allí, ignorante a todo lo que pasaba, yo llegué al hotel y di mi nombre, estaban buscando mi número de habitación cuando vi salir a recepción a Yumi Hanyu, sonreí con todas las ganas del mundo y la saludé. Supe que algo estaba mal cuando ella no pudo sonreírme de vuelta y se acercó a mi a pasos rápidos, me dio un abrazo pero ese gesto no tenía nada de la calidez que caracterizaba a la señora Hanyu —Danae, que bueno que has llegado, tu habitación está al lado de la de Yuzu...pero...tenemos un problema— La verdad me asusté, nunca había visto a Yumi Hanyu tan preocupada, y luego de que me dieron la llave de mi habitación, la seguí con toda la rapidez que pude, mientras subíamos en el elevador, la señora intentó explicarme la situación —En cuanto llegamos a Sapporo, Yuzu se encerró en su habitación y no ha querido ver a nadie, sé que mi hijo está por enfrentar un desafío muy grande y tiene miedo, pero nunca lo había visto encerrarse de esa manera, he intentado de todas las maneras posibles que nos abra la puerta, pero no quiere...quizá...quizá contigo si quiera— Suspiré, Yuzu me había hablado de ello y la verdad es que a mi también me había contagiado un poco de su miedo, aunque por un momento, la emoción de volver a verlo me había ganado. Yuzuru se había lesionado el tobillo en NHK, y gracias a esa lesión casi pierde su carrera entera como patinador, estar allí de nuevo, era una especie de trauma para él, un trauma que tenía que superar, si, pero que aún así daba muchísimo miedo.

Conticinio 「𝙔𝙪𝙯𝙪𝙧𝙪 𝙃𝙖𝙣𝙮𝙪」《TERMINADA》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora