Capítulo XXVII

2.7K 163 49
                                    



"¿Había conocido el amor antes? Porque juro que no había conocido la verdadera belleza hasta esta noche"




El ACI había pasado y nosotros habíamos vuelto a la rutina diaria en Toronto, las próximas competencias eran hasta noviembre así que Yuzuru se podía dar el lujo de relajarse un poco, eso significaba también mucho menos trabajo para mi pues aunque Yuzu seguía yendo a entrenar casi diario, era un poco menos intenso, su tobillo no podía considerarse completamente sanado, pues aún tenía que tomar analgésicos para mitigar el dolor pero iba a mejorar, eso hasta yo lo podía notar. Me seguía sorprendiendo un poco lo profesional que podía ser Yuzuru, a pesar de que Evgenia se encontraba con él todos los días, él la seguía tratando como si nada hubiera pasado, como una amiga más y Evgenia lo trataba de la misma manera, todas las relaciones que había tenido antes, aunque tampoco es que fueran muchas, me hacían sentir completamente infantil al ver cómo se trataban entre ellos, mis miserables tres novios anteriores y yo no habíamos terminado en muy buenos términos que digamos ¿sería un problema mío? ¿O acaso Yuzu y Zhenya lograban simplemente disimular muy bien sus emociones? Siendo sincera, a veces lograba vislumbrar un poco de tristeza en los ojos de Yuzu mientras miraba a Zhenya, eso me hacía sentir terrible, no precisamente porque fuera por Zhenya, sino más bien simplemente porque estuviera triste, cualquier cosa que entristeciera a Yuzuru me iba a afectar, así de tonta estaba por él, aunque si a esas vamos, yo también era perfectamente capaz de al menos disimular mis sentimientos por él, si lo pensaba, yo también era muy profesional. Por la cabeza podrían pasarme mil escenarios mientras estaba con Yuzu pero él nunca se enteraba de ello, por supuesto.

Era fin de semana y literalmente yo no tenía nada que hacer, así que al caer la tarde, me recosté en el sofá y comencé a ver El Viaje de Chihiro por millonésima vez, era mi película favorita desde siempre y la verdad es que ya había perdido la cuenta de cuántas veces había visto la película. Incluso me sabía los diálogos y todo, a pesar de ello, nunca me cansaba de verla y seguía llorando de felicidad y emoción cada vez que llegaba la parte en donde Chihiro recuerda el nombre de Haku, siempre terminaba conmovida.

—Ya estás llorando otra vez por eso— Sentí un suave jalón en el pelo desde atrás, fue tan sutil que no me causó dolor alguno, sin embargo al escuchar la voz de Yuzuru era casi imposible no empezar a jugar —¡Ouch! ¿Quieres arrancarme el pelo desde la raíz?— Fingí que me dolía muchísimo pero obviamente Yuzu no se creyó ni una palabra, al contrario, volvió a jalar esta vez con un poco más de fuerza, todavía muy suavemente pero esta vez si pude sentir un poco el dolor —Ay, ya bueno, está bien— Suspiré mientras me secaba las pestañas de los últimos resquicios de lágrimas, la película estaba llegando a su fin —¿No te cansas de ver eso? En lo que llevo de conocerte ya vi esa película más de veinte veces Danae— A Yuzu le encantaba bromear, pero la verdad era que si, así de frecuente veía esa película —Vale, pero esta vez no te he invitado a verla, así que no te quejes ¿vas a algún lado?— La pregunta escapó de mis labios con rapidez, Yuzu iba vestido como si fuera a salir a algún lado, con gorra y todo —¿Quieres venir? Se me antojó algo de McDonalds— Mientras hablaba, caminó hasta la puerta, colocándose los zapatos y tomando su billetera y llaves, no tuvo que decirme dos veces, ni siquiera terminé de ver la película completa y seguí a Yuzuru. La verdad es que lo seguiría a todas partes, él solo necesitaba pedirlo.

Esa noche cenamos en McDonalds, hamburguesas, papas, nuggets y un refresco compartido del tamaño de un galón, gigantesco. Cuando había conocido a Yuzu, me había sorprendido que el chico pudiera darse el lujo de comer ese tipo de cosas, por lo general, los atletas cuidaban muchísimo su alimentación, su ingesta de calorías y proteínas, de carbohidratos, pero Yuzuru no era precisamente así, yo había descubierto ya su truco. Cuando Yuzu comenzaba a concentrarse para una competencia, que era más o menos un mes antes de la misma, también comenzaba a cuidar lo que comía, hasta entonces, no se restringía nada, tampoco era que comiera chatarra como si no hubiera un mañana pero si algo se le antojaba, como aquella noche, McDonalds, por ejemplo, no se lo negaba sí mismo. Eso me gustaba, era como si mantuviera al menos una parte de sí mismo aparte de Yuzuru Hanyu, el atleta, el campeón olímpico, en momentos así, podía ver sin problemas quien era simplemente Yuzuru, un joven de veintitrés años común y corriente.

Conticinio 「𝙔𝙪𝙯𝙪𝙧𝙪 𝙃𝙖𝙣𝙮𝙪」《TERMINADA》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora