XLVI

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Los primeros días intenté con todas mis fuerzas seguir con mi vida, de verdad que lo intenté. Seguí yendo al trabajo pero pronto hasta algunos compañeros de trabajo comenzaban a mirarme diferente, callaban cuando yo me acercaba y podía sentir sus dedos señalándome cuando pasaba cerca de ellos ¿cómo no? Yo era la traidora, la que había vendido la vida de Yuzuru Hanyu a la prensa, se podía decir que Sendai entero me odiaba, algunas veces incluso en la calle me reconocían y me señalaban, me miraban como si quisieran matarme.

Llegó el momento en que no pude resistirlo más, y sin más, un día dejé de ir al trabajo. No me importaba. Me quedaba en casa la mayor parte del tiempo, ni siquiera salía por comida, la ordenaba a domicilio, después de una semana, dejé de ducharme ¿a quien le importaba? Dejé de hacer el aseo del departamento, y de pronto, basura se apilaba por todos lados...y nunca dejé de llamar. Por la mañana y por la noche, llamaba al menos un par de veces a Yuzuru, con la esperanza de que contestara, a veces también llamaba a Saya, pero nadie contestaba, cuando esto sucedía, me acurrucaba en la cama y escuchaba los audios que Yuzuru me había enviado cuando todavía eramos novios, audios en los que decía que me amaba, y lloraba, nunca dejaba de llorar. Había visto en televisión que Yuzuru solo había dado un corto comunicado a la prensa "Agradecería que mi vida privada se mantenga de esa manera, es algo en lo que siempre me he esforzado y nada de eso cambiará ahora". Dejé de contestar las llamadas también, si no era Yuzuru, no contestaba, Naoki, Yuri, mi hermano y mis padres seguían llamando, pero yo no quería hablar con ellos, solo quería hablar con una sola persona...pero esa persona no quería ni escuchar de mi. Me encerré en mi departamento por al menos tres semanas, sin hablar, sin salir, apenas y entraba algún rayo de luz solar en mi departamento, pues yo había cerrado todas las cortinas, de verdad no quería ver ni hablar con nadie. Me sentía vacía, como una cáscara a la que se le había sacado todo lo interior, ahora no tenía nada, simplemente esa sensación de nada en el pecho, no podía ni siquiera hacer muchas cosas, por ejemplo, ya no podía escuchar música porque toda canción que ponía me recordaba a él y el pecho me dolía tanto que casi no podía respirar, así que una mañana, sin más, todos mis CD's aparecieron en la basura, rotos. A veces me pasaba el día entero mirando a la nada, sentada en mi cama...como muerta en vida. Y es que así era, yo ya estaba muerta en vida, a veces ni siquiera recordaba que había hecho en el día, tenía lagunas mentales y moverme representaba un esfuerzo. Si hubiera seguido así, seguro habría acabado con mi vida.

Sin embargo, un buen día, después de lo que calculé había sido un mes entero de estar en aquella situación, el timbre de mi departamento sonó. Ese simple sonido se había vuelto un sonido tan extraño e impersonal que me tomó un minuto entero darme cuenta de que debía ir a abrir la puerta ¿o no debía? Ni siquiera quería, pero el timbre sonó de nuevo, y una vez más, y otra vez. Sin importarme el no haberme duchado en quien sabe cuanto tiempo y todavía tener puesto una pijama desvaída que había logrado rescatar del fondo de mi armario, fui a la puerta a abrir, al hacerlo, las caras de mi madre, mi hermano, Yuri y Naoki me miraban. Me quedé parada frente a ellos, confundida ¿que hacían aquí? Mi madre se adentró al departamento sin siquiera pedir permiso —Por Dios Danae...¿que demonios es ese olor? ¿No te has duchado?— Conforme iba entrando al departamento, iba recogiendo basura aquí y allá, mi hermano se acercó a mi con cara de asombro —¿Estás bien? ¿Por qué te ves tan mal? Te ves terrible, como si te hubiera pasado un camión por encima— Yo todavía seguía media aturdida, pero aún así pude hablar —¿Que? ¿Pero...que hacen aquí?— Esta vez fue Naoki quien contestó, poniéndome una mano en el hombro con suavidad —No has contestado el teléfono en casi un mes Danae, nadie sabía de ti, estábamos comenzando a preocuparnos de verdad— Yo negué, todavía sintiéndome un poco sobrepasada con tanta gente en el departamento, la voz de mi madre me llegó desde detrás, de alguna parte de la sala —Danae, si quieres que nos vayamos está bien, pero tu sabes que esto tiene que detenerse en algún momento ¿de acuerdo?—

Conticinio 「𝙔𝙪𝙯𝙪𝙧𝙪 𝙃𝙖𝙣𝙮𝙪」《TERMINADA》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora