4. Haz lo que te digo

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Estoy en casa, solo ya que mi hermano se ha ido a trabajar. De repente tocan el timbre y dejo de ver la televisión. Es bastante tarde ¿Quién será?

Voy hasta la puerta y cuando abro miro confundido a Lydia, la cual se encuentra con una gran sonrisa en el rostro.

—Hola Rein —dice la rubia entrando a la casa sin mi permiso.

—¿Qué haces aquí y a esta hora? —cierro la puerta y pregunto siguiendo sin entender —¿Cómo conseguiste mi dirección?

Se ríe.

—Tengo mis métodos —camina y se sienta en mi sillón como si estuviera en su propia casa —. Quería preguntarte algo.

—¿Eh? Sí, vale —digo indeciso. Da dos golpecitos al lado suyo y cuestiono —¿Quieres que me siente ahí? —asiente y camino hasta allí —¿Qué? —digo cuando ya estoy a su lado.

—¿Te gusta Eris? —pregunta directo y me sobresalto.

—¿Eh? No sé a qué te refieres, me cae bien pero...

—¿Te gusta o no? —frunce el ceño —¿Te parece linda? ¿Quieres salir con ella? Responde —exige —. Ahora.

—No, no, no —niego repetidas veces nervioso.

—¿Y qué hacían en la enfermería?

¿Por qué me está haciendo tantas preguntas?

—Pues... —. No le puedo decir que es una bruja —le pregunté si quería ser mi amiga.

Su semblante enojado desaparece y sonríe.

—Ah era eso.

—Sí, eso —repito.

—Hey ¿Y yo? —mueve su dedo en su pelo.

—¿Tú? —sigo confundido.

—Sí ¿Te parezco linda?

—¿Eh? Su... supongo.

—¡¿De verdad?! —se acerca a mi rostro animada y yo retrocedo —Quiero decir —se sonroja —tú me gustas mucho.

—Eso no está bien —digo disconforme —Walker va a matarme si te oye decir eso.

—Él no se va a enterar —apoya su dedo en el cierre de mi pantalón.

—¿Qué estás haciendo?

—No sabés las ganas que te tengo Rein —vuelve acerca su rostro —. Si guardas silencio, nadie se va a enterar —se muerde el labio inferior.

¿Me está advirtiendo? Eso sonó a amenaza.

—Yo no... ¡Ay! —me tira hacia atrás —Espera Lydia —digo nervioso.

—Tú haz lo que te digo y no le contaré nada a Walker —une sus labios con los míos.

Una chica usa a su novio golpeador como amenaza para violarme, la gente cada vez es más retorcida, aún así no estoy tan loco, prefiero que me golpeén.

—Aparta —me la saco de encima y me levanto del sillón.

—¡¿Me estás rechazando?! —grita molesta.

—S... ¡Sí! —repito más alto.

Se levanta del sillón y me empuja molesta.

—Esta me las pagas, me vengaré, ya verás, no te salvarás de mi ira ¡Te lo juro!

Es Nyx #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora