"Tenemos porno gratis".
La herida del vampiro comienza a curarse, mientras toma de la sangre que le da Ace. Toda su muñeca manchada, las gotas sobre la cama y el adivino que al parecer está viendo algo a la vez que es mordido.
—Es ahí —expresa el clarividente estando pensativo, mirando a la nada —. Lo veo, no —Se corrige —"los" veo.
Las fosas nasales de Blake se dilatan, respira en profundidad sintiendo el éxtasis de la sangre y se relame los labios al terminar de beberla, luego se muerde el inferior, para luego suspirar, el alivio llega a él.
"Está encendido el vampirito".
Dejen de pensar en cosas sin sentido, hay que averiguar cómo salir de aquí.
"Pues vamos a tener que seguir esperando ¿o deseas salir mientras tienen porno?"
Voces pervertidas, eso no me ayuda en nada ¡Quiero soluciones y las quiero ahora!
—Hay una forma para arreglar tu enfermedad —Se cubre la herida Ace con una pequeña venda del botiquín que está sobre la mesita de luz —pero necesitamos a una bruja.
—¿Así de fácil tienes la solución? —Se ríe.
—Por fragmentos sí, pero tengo que reunir más piezas del rompecabezas, ese sí es un trabajo difícil, así que lo dejaremos para después —explica y el vampiro se inclina para levantarse pero Ace apoya su mano en su torso y lo detiene —. No quieres retirarte, el sexy robot está cerca.
—¿Mi hermano?
—Sí, deberías ir con cautela, no sabe que te has curado —Se acerca a su rostro —. Yo que tú me quedo un rato más para salvarte de su tortura.
¡¡Eso es trampa, yo quiero su escarmiento!!
—Ese sería un buen plan sino fuera porque te estás subiendo encima —aclara viendo el movimiento de Ace.
"¡Sí, nuestro porno!"
"No trajimos palomitas para esto".
No quiero ser espectador de un escena caliente, pero me dió hambre ¡Yo también quiero pochoclos! Malditas voces que nombran la comida en un momento vergonzoso como este ¡¡Malditas!!
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Es Nyx #3
ParanormaleÉl es ella, la oscuridad de la noche. ¿Escuchas las voces? Él las oyó detenidamente. Esperó paciente a que aquellas personas mínimo se disculparán, pero no sucedió, así que él decidió escucharlas a ellas, cuando no quedaba ni una pizca más de esper...
