28. Defender su felicidad

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Llego a casa y camino hasta la cocina, me detengo cuando veo a mi hermano junto a Eliza. Se ven muy alegres riendo juntos y preparando todo para la cena. Se nota que Maik está feliz.

"Que las apariencias no te engañen, es una zorra".

"Saquemosla de aquí".

"No la queremos".

¿Por qué la odian? Creí que detestaban a Darren Wein.

"Las emociones negativas de Darren se quedaron con nosotras".

"Al igual que las tuyas, nunca nos separamos de ellas".

"La energía negativa es nuestro alimento, no lo olvides".

—Rein —me llama Maik quitándome de mis pensamientos más oscuros —¿Te sumas? —me sonríe —Haremos el postre que tanto te gusta.

—¿Cuál es? —pregunta curiosa Eliza y luego se hace la que piensa —Ah ya sé ¡Torta de frutilla! ¿Acerté? —pregunta ilusionada.

Se forma un silencio incómodo mientras me quedo mirándola. De repente recuerdo las palabras de Max:

"Dale una oportunidad".

—Si te atreves a defraudarlo, nunca te perdonaré —le aclaro y se forma más silencio —pero por ahora, de acuerdo.

Ella sonríe.

—Me asustaste, me pone muy feliz que me digas eso.

"Hasta casi llora la estúpida".

Ignoro a las voces cuando mi hermano me abraza.

—Te quiero mucho.

Sonrío.

—Yo también te quiero —le correspondo al abrazo.

Días después, arreglo un encuentro con Emmet y voy hasta su casa. Ahora sólo tengo que resolver el problema principal, el mismo de siempre. Controlar a las voces para defender la felicidad de mi hermano.

Toco el timbre mientras observo la enorme casa. Ahora es cuando me siento diminuto de verdad. Mejor, cambiaré a mi forma de chica, me giro para irme y la puerta se abre.

—¿Ya te vas tan pronto? —Ya se me erizo la piel de tan solo oír su voz.

Giro mis ojos celestes hacia él y sonrío ampliamente.

—Se me olvido algo, pero iré después —río nervioso.

—Que bien —dice sin expresión alguna en su rostro, mirándome fijamente —. Adelante —se gira y lo sigo.

Cierra la puerta y mientras avanzamos por el pasillo, ando de curioso observando todo.

—¿Y encontraron al tal Darren Wein? —miro los cuadros y continuo caminando.

—Sí, ya lo hizo, ahora es problema de mi hermano.

—¿Ya no trabajas para él? —bromeo.

Sus ojos oscuros se giran hacia mí y me sonríe.

—En este momento estoy bastante libre, pero ya encontraré algo para hacer —luego de decir aquello vuelve a su semblante serio.

—Genial —me río —¿Por qué no prácticas mantener la sonrisa?

—No es necesario aunque... parece que te burlas de mí —opina.

Sonrío con malicia.

—Yo me burlo de todo el mundo, porque el mundo está a mis pies y yo hago lo que quiera con él.

—Lástima que las voces no te permitan hacer eso que dices.

Me río.

—Bueno, para eso estás tú ¿No ibas a enseñarme? —ladeo la cabeza.

—Claro que sí, pero tomaré algo a cambio.

—Ya te dije sobre Darren Wein —hago puchero —no tengo más información que darte.

—No te preocupes, yo sé exactamente como voy a cobrármelo.

Es Nyx #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora