Mis pies descalzos pisan la arena y visualizo a Darren correr en su forma de chica, hacia el mar. Acto seguido veo cómo Seyn corre detrás de él.
—¡¡Gane!! —grita el restaurador saltando y chapoteando el agua a su pareja.
—¡¡Ah!! ¡¿Cómo puede ser?! —se queja el rubio y se revuelve el cabello indignado —¡¡No te gano en nada!!
—Es que soy La Perfección —Mueve su cabello largo haciéndose el lindo.
—¡Ya verás tú, perfección! —Lo persigue —¡Ven aquí!
—Ay ¿No son adorables? —opina Ace tomando sol en la reposera con sus lentes oscuros.
"A nosotras nos parecen idiotas".
—A mí solo me interesa una cosa —Levanto el dedo índice poniéndome determinado —¡Dame ese pastel, Maik!
—¿No puedes esperar un segundo? —expresa disimulando, ya que estaba coqueteando con Eliza.
Ella se ríe y se levanta de la manta en la que están sentados ambos.
—Yo te cortaré un pedazo de torta, no te preocupes —Me sonríe y abre el envoltorio.
—¡Sí, torta para mí! —Festejo alzando las manos y cuando lo agarro comienzo rápido a comerlo feliz —¡Mm, limón! —digo con la boca llena.
—¿Qué? A ver —Max se pone detrás de mí y le roba el confite a mi porción.
Alzo la cabeza para mirarlo.
—¡Trampa!
—Tienes suerte, te salve de comer chocolate, esto tiene bastante —Se relame los labios.
—Cho... ¿Chocolate? —Me sonrojo.
«Soy un chocolate» recuerdo.
"¿En serio estás acordándote de eso?"
"Vomitaremos, no sabemos cómo, pero de alguna forma".
—Rein, vamos al agua —Me abraza el castaño.
—¿Al agua? —Reacciono —¡Al agua no, quiero más pastel! —Corre así que ya estamos yendo —¡¡Mi pastel!! —Me tira con remera y todo.
Caigo por completo en el mar, una ola me da, así que doy vueltas y cuando dejo de estar sumergido, tomo mucho aire.
—¡Perdón! —grita Max.
—¡¿Me quieres matar?!
Se ríe.
—Claro que no.
—¿Cuál es el problema? —pregunta Darren sobre los hombros de Seyn.
—¡Mariposa, no me dejas ver! —se queja el rubio.
—Me voy a caer, no seas imbécil ¿Y qué con la vista? No la necesitas.
—No puedo contemplar cómo te queda ese bonito bikini blanco. Que por cierto, no combina con Darren Wein —opina.
—¡Tiene estrellitas!
—El blanco no combina, yo quería rojo.
Le pega en la nariz.
—¡Cállate pervertido!
—Son los dos iguales —opino y me giro para evitarlos.
De repente un dolor me aparece en el pecho y no logro sostenerme en pie.
"Y no es un calambre".
Esa herida me está molestando otra vez.
"¡Exigimos venganza contra Blake, venganza!"
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Es Nyx #3
ParanormalÉl es ella, la oscuridad de la noche. ¿Escuchas las voces? Él las oyó detenidamente. Esperó paciente a que aquellas personas mínimo se disculparán, pero no sucedió, así que él decidió escucharlas a ellas, cuando no quedaba ni una pizca más de esper...