Una promesa, a veces son tan fáciles de romper, pero de alguna forma quiero creerle. Me recuerda a cuando tenía optimismo y confianza en las personas. Luego se esfumaron, como si nunca hubieran existido esos sentimientos.
—No me pongas esa cara, no quiero verte triste —Emmet agarra mi barbilla —. Robaría todos los postres del mundo, solo para ver una sonrisa tuya.
"La cursilería no, por favor".
"Oye, no lo mires así".
—Me gustan los postres —digo tímido.
"¡Hey, te estamos hablando!"
"Nos está ignorando".
—Que bueno —Emmet sonríe —¿Qué tal uno de chocolate? —Se inclina hasta mi rostro otra vez, volviendo a estar serio.
Giro mi vista hacia un costado para no mirarlo.
—No eres comida —le aclaro en tono bajo, mientras siento una extraña sensación, que el silencio la vuelve más incómoda y entonces frunzo el ceño —. Menos un chocolate.
—¿Por qué no? ¿Dónde quedó tu imaginación? ¿Te molesta?
—Es... es que...
"Es que eres insoportable".
Me río cuando las voces se burlan de Emmet y él se queda observándome detenidamente.
—Como les gusta a tus amiguitas arruinar el ambiente ¿no?
—Les gusta ser el centro de atención —Continuo sonriente —. No puedes competir con ellas mientras estén en mi cabeza, lo siento —Me hago el que no se dió cuenta —. Ah cierto, yo no me disculpo, pudrete y déjame dormir —Me cubro la cabeza con la manta otra vez.
—Vale, me quedaré aquí, cuidándote.
Me saco la sábana de mi rostro, para mirarlo enojado.
—No lo necesito, no soy un niño.
—Creo que olvidas, que pediste que no me vaya —me recuerda.
"¡¿Cómo olvidarlo si se lo recuerdas cada dos malditos segundos?!"
Vuelvo a reír.
—Yo creo que no necesitamos de otros en nuestras conversaciones ¿No crees? —opina Emmet frío como siempre.
—No puedo callarlas yo, menos vas a hacerlo tú —me burlo.
—¿Seguro? —Busca debajo de la manta, el bolsillo de su chaqueta y de allí saca una piedrita de color amarilla —¿Quieres probar algo nuevo?
"No, no queremos".
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Es Nyx #3
ParanormalÉl es ella, la oscuridad de la noche. ¿Escuchas las voces? Él las oyó detenidamente. Esperó paciente a que aquellas personas mínimo se disculparán, pero no sucedió, así que él decidió escucharlas a ellas, cuando no quedaba ni una pizca más de esper...