103. Restauración

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Maik, mi hermano, está muerto, yo lo maté. Lo único bueno que quedaba en mi vida, lo asesiné, con mis propias manos. Soy el culpable, traigo desgracia, detesto esto y la presión en la herida crece y duele.

Es mucha energía negativa.

—¡¡¡Ah!!! —grito desesperado buscando alguna razón, ya que todo está nublado en mi mente —¡¡¡No!!! —se escucha tan alto que hasta hace eco.

Mis lágrimas no paran de caer y ya nada es importante, ni lo que ocurre a mi alrededor. Se crea una onda expansiva desde dónde estoy, todo se oscurece más y más mientras grito. Las plantas se marchitan, el aire no es bueno para respirar, todo lo que hay cerca de mí, se destruye.

—¡¡Rein!! —oigo a Emmet pero no le hago caso, pareciera cómo que no puede acercarse.

Todo está tan nublado y oscuro, sin ninguna importancia para mí.

De repente, una luz blanca se ve a lo lejos, es muy grande, pero tan pérdido en mi mente estoy, que ni me doy cuenta que se acerca hasta mí. Entonces de pronto, recibo un abrazo, ese cabello oscuro y largo de chica, me hace notar enseguida de quién hablo.

—Restauración —su voz femenina retumba en mi mente cuando susurra en mi oído.

Algo extraño ocurre, no sé qué es, pero todo se detiene nuevamente, aunque de una manera distinta. Hay una gran luz en el ambiente, todo se purifica, sin embargo la persona que me abraza, llora, llora por mi culpa, porque no logro lo que quería, a pesar de que arreglo lo que hice, mi conciencia no volvió.

Continuará en...

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